La guerra comercial entre Estados Unidos y China inició un nuevo y preocupante capítulo con el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar un arancel adicional del diez por ciento sobre las importaciones chinas, que ya comenzó regir, así como aranceles adicionales a importaciones mexicanas y canadienses, cuyos gobiernos pugnan por, al menos, lograr que esas medidas sean pospuestas. China, por su parte, ya respondió este martes con aranceles a las importaciones estadounidenses.
En este contexto, Radio Universidad conversó con Miguel Ponce, ingeniero especialista en Economía y Comercio Exterior, quien analizó el impacto de los aranceles adicionales anunciados por el gobierno de EE UU sobre las importaciones de China, México y Canadá, especialmente en la economía Argentina.
“Ya nadie tiene dudas de que el mundo se encamina hacia una depresión de envergadura que algunos la comparan con la depresión de los años ’30”, señaló Ponce. “En Argentina, no solo tenemos problemas de retraso cambiario. Mercados como la Unión Europea, Brasil, China y el propio Estados Unidos están con dificultades para poder seguir manteniendo los niveles de exportación. Además, esta situación hace que el superávit comercial que tuvimos el año pasado, el 2024, hoy está peligrando. Y te diría, ya nadie tiene dudas de que no vamos a tener ese superávit”, aseguró el especialista, en comunicación con el programa Hay que seguir.
“La duda que tenemos es si en lugar de superávit no vamos a tener déficit. Primero, por lo que comentaba de nuestros tres principales destinos de exportaciones (Brasil, China, la Unión Europea), y segundo, porque nuestra moneda retrasada genera un aluvión de importaciones de bienes. Esto quedó reflejado en diciembre, donde por primera vez las importaciones de bienes superaron a las exportaciones”, marcó.
Panorama preocupante
“Además, de hecho, esto se ve agravado en términos de balanza de servicios. Para que tengan una idea, en lo que va del verano, ya llevamos cinco mil millones de dólares negativos en nuestra balanza turística. Sólo deprime agregar el resto de los servicios y agregar el déficit comercial, para darnos cuenta de la dificultad que nos encontramos en este inicio de año, que, por supuesto está pintando, no sólo en un lunes negro, sino horizontes negros, primero para el conjunto de la economía mundial, pero en particular para nosotros”, alertó.
Pero el panorama desalentador para Argentina no termina allí. Ponce alerta sobre la caída el precio internacional de los commodities argentinos (algunos de ellos son la soja, la carne de res, gas natural, entre otros) y eventualmente medidas de “Flight to quality” – “salto de calidad” en español- en el cual los inversores internacionales buscarán refugio en “papeles de deuda” norteamericana por sobre los “papeles de deuda” de países emergentes, como Argentina, por considerarlos de alto riesgo.
El combo negativo se incrementa con pérdida de competitividad. “Nosotros, en lugar de seguir ese camino que todos toman preventivamente, de depreciar la moneda frente al dólar para no perder exportaciones, para no afectar la producción nacional, tomamos el camino inverso, que es no solo mantener retrasado el tipo de cambio, sino agrandar ese retraso. Porque ahora somos más lentos en el proceso del crawling, que es la devaluación mensual oficial resuelta por el gobierno del peso frente al dólar. Estamos indirectamente volviéndonos más caros y por lo tanto menos competitivos”, plantea Ponce.
Por supuesto, en el medio está el factor inflación, que el Gobierno no pierde de vista en un año electoral. “Los competidores nuestros van a empezar a llevar con más facilidad sus productos, porque Argentina está cara. Se acrecienta la importación y obviamente recae la exportación generándote un conflicto en el precio externo” insistió el especialista.
La política, “controlada”
¿Qué línea económica va a seguir el gobierno en el año electoral? “Se logró apreciar el peso utilizando las reservas del Banco Central para mantener quietos los dólares. Y en este año electoral, te diría, lo prioritario es mantener el plan Lamolina (NR: referencia al retirado referí de fútbol Francisco Lamolina, célebre por su permisividad) del ‘siga, siga’. Sigue el cepo, sigue el retraso cambiario, siguen los dólares tranquilos, se sigue utilizando el tema cambiario como ancla para la lucha inflacionaria, porque obviamente el eje central de la campaña electoral va a ser decir ‘hemos logrado frenar la inflación” señaló.
“La inflación era el primer punto de preocupación para la ciudadanía, hoy es el cuarto. Hoy las primeras preocupaciones son la pérdida de empleo y la inseguridad. Hay una quietud del dólar, con una inflación a la baja y dominada. El elemento político es que este Gobierno tiene activo político y enfrente no tiene nada”, reconoció Ponce.