Barcelona
El pantano de Sau, una de las grandes reservas de agua que abastecen la región de Barcelona y extensas zonas de Girona, vuelve a ser la imagen más representativa y gráfica de la sequía. Los recursos de agua que almacena este embalse del Ter se sitúan en estos momentos en un 6,5% de su capacidad máxima total. Influyen las escasas precipitaciones, pero también la gestión de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), que ha puesto en marcha un intenso proceso de decantación de estas aguas hacia el embalse de Susqueda, que se encuentra al 40,1% de su capacidad. Todo ello persigue disponer de mejores caudales para hacer frente a la sequía. Los embalses del Ter y del Llobregat están a un tercio de su capacidad máxima, concretamente al 34,5%, mientras que en conjunto los embalses en las cuencas internas no supera el 32%.
Sau ofrece de nuevo una imagen desoladora, con un nivel de sus aguas muy por debajo de la base del viejo campanario de Sant Romà, con lo que recupera una estampa parecida a la de los peores momentos de la sequía el año pasado. Sin embargo, la razón de que esté prácticamente vacío es que los técnicos de la Agència Catalana de l’Aigua están decantando casi toda el caudal hacia Susqueda para poder disponer aquí de unos recursos homogéneos y de calidad, óptimos para poder ser luego conducidos hacia las potabilizadoras de Cardedeu (para su posterior distribución a la región de Barcelona) y del Consorci d’Aigües Costa Brava Girona.
“La sequía no está superada y se debe seguir con un consumo responsable”, dice la Agència de l’Aigua
En las actuales condiciones meteorológicas, con bajas temperaturas, no se dan las circunstancias para la proliferación de algas en el embalse, por lo que el conjunto de estos caudales de Sau presentan una calidad buena, idónea para ser potabilizada. En cambio, en primavera y verano se da una tendencia a la estratificación de las capas de agua, de manera que en la parte superior se concentran las algas y en la inferior hay mayor presencia de lodos, por lo cual se libera agua de la capa intermedia. “Lo que hacemos ahora es aprovechar al máximo esa agua de calidad de Sau para se pueda derivar hacia Susqueda”, dicen los técnicos. Este proceso sin embargo se acabará en el momento en que los recursos de Sau sean ya de peor calidad o salgan ya turbios.
La calidad del agua de Susqueda se ve favorecida por ser un embalse con aportaciones de Sau y de pequeñas rieras.
La región central de Catalunya, servida por el Ter y el Llobregat, acumula en estos momentos un total de 205 hectómetros cúbicos (está al 33,5% de su capacidad), mientras que para salir de la situación de alerta por sequía se deberían almacenar hasta un total de 270 hm3en febrero (un 16% de la capacidad total de sus embalses). El panorama es mejor que el que se daba el año pasado, cuando los embalses del Ter y Llobregat estaban al 16% de su capacidad por estas fechas, “pero la sequía no está superada y se debe seguir con un consumo responsable”, dicen los técnicos del ACA.