Mientras el radicalismo de Córdoba se mantiene abierto a la posibilidad de un acuerdo electoral con Javier Milei, las dos principales ciudades que ese partido administra -Río Tercero y Villa Nueva- sufren el parate de industrias emblemáticas: en la primera, el polo petroquímico y metalmecánico está en crisis por la apertura de las importaciones; mientras que en Villa Nueva, Nestlé suspenderá sus actividades por al menos un mes al otorgar «vacaciones forzadas».
Neslté -en Villa Nueva, la localidad pegada a Villa María, en el corazón de la vía láctea cordobesa- anticipó suspensiones para todo su personal -190 empleados-por la caída de ventas en el mercado local y la merma de las exportaciones.
La crisis de Nestlé le pega a Ignacio Tagni, el intendente de la localidad que hace un año le arrebató este bastión al peronismo. En su gestión reconocen que el parate afecta al «empleo genuino» de la localidad, aunque evitan criticar a Milei: como en casi toda la provincia mediterránea, el libertario tiene un amplio apoyo. Esa es la trampa.
[Nestlé cierra 30 días una fábrica en Córdoba porque se derrumbó el consumo]
Martín Páez, el titular del gremio de la Alimentación en esa zona, dijo que con las vacaciones generales en la fábrica se «crea una psicosis colectiva, y los trabajadores tienen miedo» porque la posibilidad de despidos «no parece tan lejana».
Según el gremio, la fábrica de Villa Nueva está sobrestockeada. Allí se producen marcas emblemáticas como Nido y Nesquik. Por eso hay interrogantes respecto del impacto que habrá en el «empleo genuino» de la región. El gremio le pidió a Nestlé que liquide sus productos.
Martín Páez, el titular del gremio de la Alimentación en esa zona, dijo que con las vacaciones generales en la fábrica se «crea una psicosis colectiva, y los trabajadores tienen miedo» porque la posibilidad de despidos no parece tan lejana
Por su parte, en Río Tercero, el municipio que comanda el presidente de la UCR, Marcos Ferrer, también crece la preocupación: en la Municipalidad aseguran que la situación del polo petroquímico de la ciudad es «compleja e incierta».
En Petroquímica Río Tercero (Grupo Piero) finalmente hubo 100 despidos directos y un número no precisado de cesantes indirectos, puesto que había subcontratados que realizaban el mantenimiento. Así, la empresa se deshizo de un tercio de los empleados que tenía un año atrás.
En el caso de Petroquímica Río Tercero, la apertura de las importaciones y la habilitación para que empresas extranjeras realicen la logística de distribución de esos productos en el país fue determinante y enciende señales de advertencia sobre su futuro.
La división química de Fabricaciones Militares también está en crisis: su principal cliente era el Grupo Piero (Petroquímica Río Tercero), mediante la provisión de ácido nítrico.
[Cierra una fábrica clave en Río Tercero y temen por el impacto en el sector petroquímico]
En Atanor, el costo de la energía (1,8 millón de dólares por mes) es una espada de Damocles. Aunque la empresa de capitales estadounidenses es competitiva, el peso de la factura de la electricidad impacta en la rentabilidad. Los dueños de Atanor tienen plantas similares en India, por lo que las alertas son reales.
También es dramática la situación en la división metalmecánica de Fabricaciones Militares. Sin producción de armas, fue reconvertida hace años en una planta de reparación de vagones. Hoy sus 300 empleados penden de un hilo. Ferrer impulsa que en ese predio se emplace un Parque Industrial privado que permita la reconversión y el sostenimiento de esos puestos de trabajo.
En diciembre se conoció que el desempleo en la ciudad de Córdoba y su área metropolitana (a más de 100 kilómetros de Río Tercero y Villa Nueva) había alcanzado el 8,8%, muy por encima de la media nacional: equivale a unos 70 mil desocupados, lo que implica un incremento interanual de 2,5 puntos.