El Teatre Arnau, inaugurado en 1984, podría reabrir en el primer trimestre del 2027, ya que se ha aprobado definitivamente el proyecto revisado del proyecto ejecutivo de las obras de rehabilitación y adecuación, con una fecha de inicio prevista durante el segundo trimestre del 2025.
La intervención preservará la esencia del teatro de barraca recuperando su patrimonio arquitectónico con el uso de materiales como la madera y el hormigón visto.
Teatre Arnau
Ajuntament de Barcelona
El proyecto de reforma original, denominado “Boca a boca”, obra del despacho Harquitectes, ha sido modificado ahora para suprimir la planta del sótano, reducir la superficie construida y optimizar la distribución de los espacios. Se garantiza así un funcionamiento más eficiente y adecuado a los nuevos usos culturales previstos. Las obras tienen un presupuesto de 10.174.841,02 euros.
El futuro Arnau será un espacio polivalente para actividades de artes vivas, artes escénicas y otras manifestaciones culturales relacionadas con la historia del espacio. En el mismo equipamiento, además, se fomentará el trabajo comunitario y se organizarán prácticas de arraigo para los habitantes de los barrios adyacentes al teatro (el Poble-sec, el Raval y Sant Antoni), en un proyecto que quiere implicar a entidades y vecinos y vecinas de la zona.
Escena del Teatro Arnau
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Cuando pueda regresar a la actividad, el Teatre Arnau se sumará a El Molino, que funciona como espacio musical y de comedia desde hace pocas semanas. La reapertura del nuevo Arnau no solo acabaría de dar vida a la parte baja del Paral·lel, sino que coincidiría con la apertura de los primeros tramos de La Rambla remodelada.
El edificio del Teatre Arnau, que había cerrado en el año 2004, fue comprado por el Ayuntamiento a la Iglesia Evangélica China en el año 2011. Aunque, a causa de las deficiencias estructurales que presentaba, se había considerado la posibilidad de derribarlo, finalmente se determinó salvar el inmueble, el último teatro de barraca que se conserva en Cataluña.
Teatre Arnau
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Desde poco después de cerrar, el Teatre Arnau ha seguido ofreciendo funciones, aunque fuera del teatro y de manera itinerante en espacios públicos como la plaza de Santa Madrona, el Fossat del Mercado de Sant Antoni, Paral·lel 62 o la plaza de Raquel Meller, entre otros.
