La reciente incursión del empresario estadounidense Foster Gillett en el fútbol argentino, en colaboración con Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes de La Plata, ha generado una serie de controversias debido a incumplimientos financieros y procedimientos irregulares en varias transferencias de jugadores.
Uno de los casos más destacados es el fallido traspaso de Cristian Medina desde Boca Juniors a Estudiantes. El pago de la cláusula de rescisión, valuada en 15 millones de dólares, se realizó desde una cuenta personal de Gillett, lo que contraviene las normativas de la FIFA que prohíben la intervención de terceros en estas operaciones. Esta irregularidad llevó a Boca a denunciar la situación ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), poniendo en suspenso la transferencia.
Además, Gillett se comprometió a financiar las adquisiciones de Rodrigo Villagra y Valentín Gómez, provenientes de River Plate y Vélez Sarsfield respectivamente. Sin embargo, hasta la fecha, los pagos correspondientes no se han efectuado, generando preocupación en las instituciones involucradas y dejando a los jugadores en una situación de incertidumbre.
La falta de cumplimiento en estos compromisos financieros no solo afecta la credibilidad de Gillett, sino que también pone en entredicho la gestión de Verón al frente de Estudiantes. La promesa de una inyección de capital extranjero que revitalizaría al club se ha visto empañada por estos incumplimientos, generando dudas sobre la viabilidad y transparencia de estas operaciones.