Petrona Jerez irrumpió las pantallas de Telefe en la última edición de Gran Hermano y se convirtió casi de inmediato en una de las participantes más queridas del reality show. A pocos días de su salida, repasa con revista GENTE su impactante historia familiar y el motivo real, y nunca antes contado, por el que decidió salir de la competencia.
Además, detalló cómo son los presagios que tiene y las veces que vaticinó hechos. Según ella, este «poder» lo heredó de su abuelo materno y convive con esto sin ningún tipo de miedo.
También hizo un repaso por su dulce historia de amor con Jorge, su esposo hace más de treinta años, quien decidió hacerse cargo de Emi, su única hija.
Petrona cuenta cómo fue el impactante accidente de su esposo Jorge
—¿Cómo fueron estos días fuera de la casa?
—Era placa positiva. Le pedí a la gente que no me votara porque sabía que era una de las favoritas dentro de la casa por el mensaje que había hecho mi esposo en la cena que tuvimos. Me puso: «quedarte» y «apoyo». Eso me dio a entender que me tenía que quedar porque recibía mucho apoyo a través de mi familia y de la gente. No me imaginé que era tanta.
—Ya te fuiste encontrando con fans, ¿cómo lo viviste?
—Nunca me imaginé que iba a salir a la calle y que me pidieran fotos o abrazos. Viví una experiencia muy bonita cuando una señora se acercó y me agradeció porque estaba atravesando un mal momento con su hijo internado. Me abrazó y lloró. Me dijo que le subí el autoestima y que la hice reír mucho con el contenido que hice. Además, me dijo que le provocó mucha ternura ver a una mujer grande cumpliendo su sueño.
—¿Qué sentiste con esas palabras?
—Lloré. Me puse sensible… Yo soy una persona que cree mucho en Dios y le dije que a mi esposo le había pasado lo mismo. Tuvo un accidente muy feo: le pasó una camioneta por encima. Esto pasó en el año 2006. Él tiene prótesis en la cabeza, en la cadera, tornillos en todo el cuerpo…
—Por ese motivo entendías lo que atravesaba ella…
—Claro, entendía su dolor porque pasé por lo mismo. Yo lo encontré a mi marido tirado en la ruta. Fue lo más feo que me pasó en la vida. Soy enfermera y le di los primeros auxilios. Los médicos me decían que estaba muy grave, y le querían amputar la pierna. No los dejé porque yo sabía que la iba a recuperar con las limpiezas que yo había aprendido. Una vez que estuvo en casa lo ayudé a seguir adelante.
—¿En algún momento tuviste miedo?
—No porque soy alguien de fe. Ahí me tildaron de brujita porque tengo presagios. Yo me enfoco primero en Dios. Sabía que él iba a salir adelante. El doctor de él trabajaba conmigo en un hospital público… A mí me mantuvo la fe. Todos pensaban que él iba a morir. Yo sabía que no.
Petrona revela su faceta de «brujita» y cómo son los presagios que tiene
—¿Toda tu vida tuviste la fe en Dios?
—Sí, toda mi vida. Siempre tuve presagios. Es más, en la casa de Gran Hermano la gente habrá visto que cuando había nominados, yo ya sabía quién iba a salir. Lo soñaba…
—¿Te pasó en otras circunstancias?
—Sí, una vez fui a la peluquería y conté que había soñado con un temblor. Esa noche hubo un temblor y al otro día la peluquera no lo podía creer.
—¿Te pasó de tener presagios de niña?
—Sí, de chiquita supe que mi papá iba a partir. Lo presentí cuando estaba trabajando.
—¿De dónde creés que viene esto?
—Yo tuve un abuelito que murió de joven. Descubrieron que tenía un cajón viejo lleno de libros que trataban de cómo se podría sanar… Yo decía que mi abuelo era brujo. En su entierro a mi mamá se le apareció un cuervo grande. Ellos descubrieron que un brujo quiso matar a otro brujo. Él hacía cosas buenas y por eso lo terminó matando. Se batallan entre ellos.
—¿Te hiciste cargo de eso en vos?
—Siempre me pasó. Son sueños que me dan señales. Yo estuve en la casa de Gran Hermano… Vas a ser la primera que va a saber esto: … Tuve una pesadilla con mis hermanos. En ese momento me di cuenta de que en mi casa estaba todo mal, y pasó. Mi hermano es adicto al alcohol… Pobre, sufre por eso. Es por eso que quiero ir a ayudar a sacarlo de ese vicio.
—¿Ese fue el motivo real para decidir irte?
—Sí, porque él me necesitaba y mis sobrinos necesitaban de mí. Yo ya lo venía presintiendo.
—¿Lo hablaste con tu familia?
—Primero hablé con mi esposo, y me contó toda la historia. Tuvieron muy malas Fiestas porque a mi hermano le agarró un ataque de locura y debieron internarlo. Mi hermano es el más chico y yo soy como su mamá. Yo soy el pilar de la familia y quien pone límites.
—¿Alguna vez te asustaste con estas señales?
—No, nunca tuve miedo.
Así era su vida antes de entrar al reality show
—¿Cómo era tu vida antes de Gran Hermano?
—Era empleada pública. Es mi trabajo desde hace dieciséis años.
—¿Llegaste a ejercer como enfermera?
—Sí, un tiempo. Hice como pasantías en el hospital. Aprendí mucho y me gustó, pero cuando ocurrió el accidente de mi marido me tuve que hacer cargo de todo.
—¿Y no te generó dudas dejar un trabajo de tanta antigüedad para entrar a Gran Hermano?
—No, porque fui a hablar con mi jefe y le dije los motivos. Me apoyó. Mi hija de 29 años cubrió mi trabajo. También tengo un nieto que se llama Noah tiene siete; Mateo va a cumplir dos años en abril. Delfina fue la hija soltera de mi hija y la crié como su fuese mía.
—¿Cómo te llevas con tus nietos?
—Hermoso…Nosotros somos una familia muy unida. Tenemos el don del diálogo y sabemos darnos amor. Las peleas matrimoniales deben arreglarse lejos de los niños. Siempre hay que conversar sin gritar. Yo lo pasé con mi papá porque él tomaba mucho. Se me vienen esos recuerdos de que sufría cuando era chica. Mi mamá se quiso matar… Mi hermano mayor viajó de Tucumán a Buenos Aires para anotarse en la Policía Federal. Lo trasladaron de nuevo para allá e hizo respetar a mi mamá. Mi papá cambió muchísimo.
—Tenés una muy fuerte historia de vida…
—Sí. También tengo una hermana que tuvo un año de diálisis y murió. Mi hermana Graciela está en lista de espera para recibir un trasplante. Ojalá Dios me escuche porque quiero que esté un poco más en mi vida. Mi hermana Helena tiene una discapacidad y es como una niña.
—¿Vos sos la que se hace cargo de toda la situación familiar?
—Sí, pero tengo una hermanita más chica que me ayuda. En realidad pasó lo mismo que con mi nieta Delfi. Mi mamá y mi papá adoptaron legalmente a la hija de mi hermana que murió. Sería mi sobrina, pero para mí es mi hermana más chiquita. Mi esposo Jorge me dice que yo siempre me hago cargo de los problemas de los otros.
—Siempre sostuviste a tu familia, ¿no te dio temor entrar a Gran Hermano y no saber de ellos?
—No, porque fue un sueño que yo quise concretar. Reuní a toda mi familia y se les adelanté que quería cumplirlo, estar adentro de la casa y a la vez deseaba dejar todo armonioso. Y lo dejé todo acomodado, pero se dio vuelta.
—¿De dónde sacás la fuerza para volver a Tucumán y enfrentar todo esto?
—La gente te da fuerza y motivación. Me sentí muy sentida y amada. Me escribieron de todas las provincias y de varios países.
Cómo imagina su futuro tras la salida de Gran Hermano
—¿Tenés pensado trabajar de algo similar?
—Yo estudié teatro desde los ocho años hasta los 15. Sería mi sueño trabajar como comediante y humorista en un teatro. Yo dejo todo en manos de Dios. No me enojo por nada. Si algo te desvía de un objetivo es por algo. Hay que agradecer siempre por las cosas lindas…
—¿Te animarías a mudarte a Buenos Aires?
—Ya lo hablamos con Jorge. Él es chef y cocinero… Tendría trabajo. Sé que se le van a abrir muchas puertas. Si hay algo que me propongan a nivel laboral, estoy dispuesta a venir.
La entrañable historia de amor de Jorge y Petrona
—¿Cómo empezó tu relación con Jorge?
—Hace más de treinta años… DE chico él era jugador de futbol, así que yo era botinera (risas). Mis papás me llevaban a todos lados a verlo jugar. Yo tenía 15 años y él 13…
—¿Ya estabas enamorada de él a esa edad?
—¡Enamorada de esos rulos hermosos! Después tuve a mi hija y con su papá nunca funcionó la relación. Mi hija tenía un año cuando me separé. Un día mi prima me dijo que Jorge estaba soltero y que se acababa de separar. Él venía de un noviazgo de ocho años. Fui y lo encaré. Le toqué el timbre, me atendió su papá y lo buscó. Éll estaba muy triste porque quería mucho a su novia. Los dos estábamos de duelo amoroso. Lo invité a salir, contestó quer sí, le pedí que me esperara, así podía dejar a Emi con mi mamá- Me contestó que no: él siempre quiso salir con mi hija. Siempre participó en nuestras citas. Emi le empezó a decir que era el papá.
—¿Quiso tomar el rol paternal?
—Sí, y le dio todo el amor que mi hija necesitaba. Con él no tengo hijos, porque no pude después de ella. Pensé que sería un motivo para que Jorge me dejara. Sin embargo él me acompañó. Tuvimos momentos difíciles, pero yo creo que Dios le da recompensas a las personas buenas…
Fotos: Cande Petech
