(13/02/25). Thyago Mathias, Vicepresidente de Advocacy y Asuntos Públicos para Brasil y América Latina en SEC Newgate.
El 2025 se perfila como un año decisivo para los asuntos públicos en América Latina, con un panorama de creciente incertidumbre política y económica. Factores como el posible regreso del proteccionismo en Estados Unidos, el impacto de elecciones clave en la región y la transformación de la agenda ESG obligarán a gobiernos y empresas a replantear sus estrategias.
Las relaciones comerciales con EE.UU. podrían verse afectadas por un giro proteccionista, impactando sectores estratégicos como la agroindustria, la energía y la tecnología. Brasil, México, Argentina y Chile enfrentarán presiones para redefinir su posicionamiento entre EE.UU. y China, mientras que fortalecer lazos con la Unión Europea exigirá cumplir con regulaciones más estrictas. Ante este escenario, las empresas deberán diversificar sus mercados y adaptar sus cadenas de suministro para mitigar riesgos.
Las elecciones en México, Brasil, Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador redefinirán el equilibrio político y económico de la región. En Argentina, la expectativa de reformas fiscales y regulatorias genera incertidumbre sobre la estabilidad de las inversiones extranjeras. Las empresas deberán fortalecer sus estrategias de gestión de riesgo y relaciones institucionales para anticiparse a cambios en las políticas gubernamentales.
El concepto ESG también está evolucionando. Más allá del discurso corporativo, la presión regulatoria de mercados como la Unión Europea está impulsando la adopción de métricas concretas de impacto ambiental y social. Países como México, Chile y Colombia avanzan en normativas alineadas con estándares internacionales, mientras que la transición energética y la exigencia de trazabilidad en las exportaciones están reconfigurando modelos de negocio en la región.
Ante este contexto desafiante, la capacidad de anticipación y adaptación será clave.
Las empresas que logren desarrollar estrategias proactivas de asuntos públicos estarán mejor posicionadas para navegar los cambios políticos, regulatorios y económicos del próximo año. 2025 no será un año de estabilidad, pero sí de oportunidades para quienes sepan interpretar la nueva realidad con agilidad e inteligencia.