El cuello de la camisa asoma prolijo por encima del sweater. El jopo de su pelo entrecano se yergue firme. El tono monocorde de su voz no ha cambiado. Sebastian Coe luce igual que hace seis años y medio, en la última entrevista con este periodista. La diferencia es que hoy usa lentes y que aquel mano a mano de julio de 2018, meses antes de los Juegos Olímpicos de la Juventud, fue cara a cara a metros del Obelisco y esta vez el ícono del deporte mundial habla por Zoom, a la hora señalada, desde la habitación de un hotel de París.
Vive la cuenta regresiva hacia la elección del sucesor del alemán Thomas Bach como presidente del Comité Olímpico Internacional. Y con sus modos bien “british” brinda esta charla exclusiva para Latinoamérica como uno de los siete candidatos -uno de los más fuertes, por cierto- al sillón más importante del deporte mundial.
Difícil abordar en profundidad, en 35 minutos de diálogo, los principales desafíos que encara el olimpismo en un mundo con guerra en Europa y con un Medio Oriente convulsionado. En un escenario en el que es inevitable hablar de las relaciones del poder político y económico con el mercado que fomenta y reproduce el espectáculo deportivo que los atletas protagonizan y del que sacan escasos réditos, más allá de un título o una medalla, con poca vida útil por delante. En un planeta de consumidores jóvenes bien inquietos a los que hay que ir a buscar y donde la cuestión del género está sobre el tapete, tanto para defender derechos como para blasfemar con acusaciones anticientíficas y discriminatorias.
Pero aun con un tiempo limitado, diplomacia mediante en plena campaña electoral entre los miembros del COI, Coe no elude las preguntas. Avala la relación entre política y deporte: “Es frustrante que haya más políticos y más gobiernos que no se den cuenta realmente del valor que puede tener el deporte en sus comunidades”. Y les dice a aquellos que ven la inversión en deporte como un gasto a liquidar con motosierra que “una buena política deportiva es la mejor política para la salud, la educación, la economía, la cohesión social y la comunidad”.
Hace hincapié en que el bienestar de los atletas debe ser físico, mental y también económico, y sostiene que hay que involucrar a los jóvenes en el producto “Juegos Olímpicos”. Aunque a la hora de hablar de género se asienta en el discurso conservador de que “proteger la integridad del deporte femenino es absolutamente innegociable” ante los “desafíos” de las atletas transgénero o con trastornos del desarrollo sexual (DSD en inglés, por “disorders of sex development”).
![Sebastian Coe, con Narendra Modi, primer ministro de India. Foto @sebcoe](https://www.clarin.com/img/2025/02/12/qFhTryQ5M_720x0__1.jpg)
Un animal político
Sebastian Coe comenzó en el atletismo de chico y se dedicó al mediofondo en las pruebas de 800 y de 1.500 metros. En 1979 logró algo inédito e impresionante: en 41 días se quedó con los récords mundiales de los 800, los 1.500 y la milla. Demencial. En plena época de los boicots por la Guerra Fría fue bicampeón olímpico de los 1.500 en Moscú 1980 y Los Angeles 1984, Juegos en los que también fue plata en los 800.
Como graduado en Economía e Historia Social en la Universidad de Loughborough, claramente el mundo empresarial y político no le sería ajeno: fue miembro del Parlamento británico por el Partido Conservador entre 1992 y 1997. Y volvió al deporte, pero desde el otro lado del mostrador: fue el líder de la candidatura de Londres 2012 y luego presidente del Comité Organizador de esos Juegos Olímpicos, preside la World Athletics desde 2015 y es miembro del COI desde 2020.
Estaba claro que no iba a esquivar hablar de la relación entre política y deporte, que Bach ridículamente sostiene que no debe existir, como si se las pudiera extrapolar de la vida. Y entonces este periodista le hizo a Coe la misma pregunta que le había hecho al alemán en 2023, cuando vino al Comité Olímpico Argentino tras pasar por los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.
-El deporte es una herramienta poderosa para difundir buenos valores, modelos de conducta, ejemplos. Pero parece que el COI o el propio presidente siempre repiten que el deporte y la política deben mantenerse separados. ¿Por qué el deporte no debería ir de la mano de la buena política? No hablando de partidos políticos, sino de todas las acciones para empoderar a la gente y amplificar los buenos modelos. ¿Cuál es la relación que quiere entre deporte y política?
–El deporte y la política son inseparables. La política es la materia de la vida. El deporte es la materia de la vida. Y si eres astuto, por supuesto mantienes relaciones políticas muy fuertes. Pero, como usted dice, eso es muy diferente de la relación político-partidista. Así que sí, por supuesto que hay espacio para la política en el deporte porque, en términos sencillos, muchos de los proyectos que quieres financiar, muchas de las infraestructuras blandas y duras que quieres crear no van a ser proporcionadas por tus sponsors. Las van a proporcionar porque encajan en la agenda gubernamental, que se ve satisfecha en gran parte por algunos de los beneficios que puede aportar el deporte. Siempre que voy a una federación miembro de Wolrd Athletics es muy importante reunirme con su presidente, pero también necesito reunirme con los ministros de Salud y Economía, los primeros ministros y los presidentes. Porque, en última instancia, son ellos quienes manejan los hilos del dinero. Y es a ellos a quienes tienes que presentarles tus argumentos de que una buena política deportiva es la mejor política que tendrás para la salud, la educación, la economía, la cohesión social y la salud y la vitalidad de la comunidad. Todas estas cosas las cumple el deporte de una manera a la que pocas otras actividades pueden acercarse.
-En América Latina, muchos países, incluido Argentina, cuando el Gobierno necesita recortar fondos, lamentablemente el deporte paga por eso. Y no hay más presupuesto o hay menos presupuesto. ¿Es demasiado difícil entender que el deporte es una forma de inclusión, de socialización, de hacer amigos, de sacar a los niños de la calle y de las drogas? ¿Por qué no puede entender todo el mundo que el valor de un deporte no es sólo transformar a una chica o a un chico en un campeón olímpico sino triunfar en cualquier cosa, trabajar en grupo y en equipo? ¿Por qué es tan difícil de entender?
-Seamos justos. Para usted y para mí, y para la gente que, como nosotros, se ha dedicado al deporte y ha competido, siendo administradores, entrenadores, educadores, es un concepto que podemos captar fácilmente. Pero creo que también tenemos que mirarnos a nosotros mismos. ¿Estamos comunicando esos valores, esas repercusiones catalizadoras que puede crear el deporte? ¿Nos aseguramos de que los políticos, los gobiernos locales, nacionales e internacionales, entienden realmente que el deporte es una parte inseparable de su propia trayectoria política, si realmente les interesa cambiar las cosas, el bienestar de sus electores, de su nación? Por supuesto que es frustrante que haya más políticos y más gobiernos que no se den cuenta realmente del valor que puede tener el deporte en sus comunidades. Pero también tenemos que redoblar e incluso triplicar nuestros esfuerzos para asegurarnos de que explicamos y defendemos los valores y el poder transformador que tiene el deporte, especialmente en las zonas más vulnerables.
![Sebastian Coe, candidato a presidente del COI, charló en exclusiva con Hernán Sartori, editor de Deportes de Clarín.](https://www.clarin.com/img/2025/02/12/H1kLrti-C_720x0__1.jpg)
La World Athletics, desde que Coe está a su cabeza, ha sido la punta de lanza con duras sanciones a los atletas rusos. En 2015, los dejó afuera de las competencias internacionales por el dóping de Estado llevado a cabo durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. La hipocresía de Bach llegó al extremo de que el COI no tomó la misma postura para Río de Janeiro 2016: se lavó las manos y pateó la pelota afuera. Pues bien, Coe también impulsó la sanción a rusos y bielorrusos por la invasión, los bombardeos y los crímenes de guerra cometidos por la Rusia de Vladimir Putin en Ucrania desde el 24 de febrero de 2022.
-World Athletics y usted han sido siempre muy duros con Rusia, primero con el caso de dóping y ahora con la invasión a Ucrania. ¿Qué le ocurre cuando oye a otros candidatos a presidente del COI hablar tan a la ligera de la vuelta de Rusia cuando nada ha cambiado?
-No me corresponde a mí cuestionar ni remotamente las políticas de otros candidatos. De hecho, las directrices (de lo que se puede y no se puede hacer en campaña) son muy claras.
-Sí, sí…
-He expuesto mi posición sobre éste y otros temas y de cada punto de mi manifiesto puedo hablar con cierta credibilidad porque en los últimos diez años eso es exactamente lo que he hecho y puedo demostrar cómo lo he hecho. El mundo es un lugar complicado y no todos los candidatos verán el mundo de la misma manera. Tiene que haber un espacio seguro y tiempo para un buen debate. Y me gustaría que así fuera. Y si tengo éxito, tendremos un Comité Olímpico y un movimiento olímpico que sí quiere desafiar y sí quiere tomar posiciones, en particular posiciones de liderazgo de pensamiento, que creo que son realmente importantes y creíbles para que prospere nuestro deporte.
![Sebastian Coe con Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania. Foto @sebcoe](https://www.clarin.com/img/2025/02/12/kKv0ABMkz_720x0__1.jpg)
Los desafíos del olimpismo
“Cónclave”, candidata a mejor película en los Oscar, muestra cómo hasta en la elección de un nuevo Papa se tejen alianzas políticas por convicción o por conveniencia entre los cardenales, y hay espías en el mismísimo Vaticano en pos de llevar más votos a un candidato hasta que los fieles católicos ven el humo blanco. “Buena película”, avala Coe cuando se le hace la analogía.
-¿Cómo se puede imaginar que es una elección presidencial en el COI, en términos de transparencia y alianzas?
-Es todo eso. Es la naturaleza humana. Es política. Es lo que es. Es la naturaleza de una elección. Si uno se dedica al deporte, tiende a bloquear todas esas externalidades y a enfrentarse sólo a lo que realmente puede marcar la diferencia.
-Usted es un hombre de acción. Lo demostró como atleta y como dirigente deportivo. ¿Por qué decidió ahora ser candidato a reemplazar a Bach?
-Me pasé mucho tiempo preguntándome si tenía las cualidades, si era la persona adecuada, si había gente mejor posicionada. Y estos son momentos de la búsqueda del alma. ¿Me apasiona? Por supuesto. He sentido pasión por el movimiento olímpico desde los 11 años, cuando me uní por primera vez a un club de atletismo. ¿Tengo la competencia y la experiencia para asumir ese papel? Por supuesto. Por eso presenté mi currículum sólido y los miembros tienen que decidir.
-¿Qué cree que es hoy el deporte profesional, el deporte olímpico? Porque no es solamente entrenar y competir. Es negocio. Es marketing. Son las imágenes de los atletas. Es política.
-Pues sí, es todo eso y es complejo. Es un paisaje de muchas partes que se mueven muy rápido, porque tienes un mundo que está cambiando más rápidamente de lo que nunca ha cambiado. Los retos geopolíticos son probablemente más intensos y complicados que nunca, y eso no va a ser más fácil. Y si le añadimos algunos de los grandes retos en torno al cambio climático y la sostenibilidad, y la atención que prestamos ahora a los derechos humanos, se trata de una responsabilidad que presenta más complejidades que nunca. ¿Puedo marcar la diferencia? Creo que puedo.
-¿Cuáles son sus principales objetivos si resulta elegido?
-Hay que poner al deporte en el primer lugar. Hay que atraer y asegurarse de que la gente se emocione y se interese por los deportes olímpicos y los valores que defiende este movimiento extraordinario. En tercer lugar, comprometerse con los jóvenes, encontrar oportunidades urgentes de crecimiento y potenciar la organización. Y es muy importante que lo hagamos, porque si no esos retos seguirán sin resolverse y estaremos abandonando un activo muy importante: nuestra gente inteligente. En el COI hay gente con una capacidad y una experiencia extraordinarias, gente con cerebro, gente con coraje y determinación y una concentración que no encontrará en cantidad equivalente en ninguna organización mundial. Tenemos propietarios de medios de comunicación, directores de bancos, íconos culturales, entrenadores, educadores, ex políticos, primeros ministros y presidentes de países… ¡Por el amor de Dios!. Tenemos miembros de la familia real. Cualquier junta directiva mundial le daría la bienvenida a cualquiera de estas personas. Pero la pregunta es: “¿Los estamos utilizando adecuadamente?” Y mi instinto me dice: “Podríamos hacerlo mejor”.
![Sebastian Coe cruza la meta y gana la medalla de oro en los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Foto AP](https://www.clarin.com/img/2018/07/28/SkH07FqV7_720x0__1.jpg)
El bienestar de los atletas
Los deportistas tienen vida útil y cuando bajan un cambio el sistema del deporte-espectáculo se ocupa de quitarles luz hasta su retiro y posterior olvido, ya sin cobertura médica, sponsors ni becas. Sometidos a presiones físicas y psicológicas, sin contar los casos de abusos denunciados mayormente por mujeres, a tono con la vida misma, se ha “romantizado el esfuerzo” -como describe la medallista olímpica Georgina Bardach en una charla que se puede ver en You Tube-, muchísimos conviven con secuelas y a algunos hasta le costó su vida. En su manifiesto, Sebastian Coe hace hincapié en fomentar el bienestar de los atletas. Y de ello habla con Clarín.
“En World Athletics, nuestros atletas forman parte del Consejo y deben estar equilibrados en cuanto al género. Forman parte de todas nuestras comisiones y tienen voz. Y los estamos convirtiendo poco a poco en socios comerciales y estratégicos. Les hemos mejorado las oportunidades para que construyan su propio perfil y obtengan más ingresos”, detalla.
Y comienza a desgranar el punto clave de su propuesta hacia los deportistas: “El bienestar físico y el bienestar mental de los atletas no son negociables, pero si tienes un atleta con bienestar financiero, es la tercera parte del paisaje. Puedes animarlos a seguir en el deporte, quizás durante un ciclo olímpico más de lo que hubieran planeado. Además, pueden reeducarse tras el retiro y volver con recursos. La salud y la vitalidad de nuestras organizaciones se debe en gran parte a la calidad, la diligencia, la concentración y el sacrificio que ellos hacen para formar parte de la familia del deporte olímpico».
-Cuando habla de darles poder a los atletas, ¿cree que el COI se ha olvidado de ellos en el pasado? ¿Tiene ganas de promover una mayor participación de los atletas? ¿Pueden formar parte de los beneficios del COI? ¿Cuáles son sus expectativas al respecto?
-Debemos asegurarnos que nuestros atletas son realmente valorados y escuchados. Que cuando tomamos decisiones relacionadas con prácticamente todo lo que hacen, ellos deben estar en el centro. Tenemos que permitirles que su imagen sea capaz de impulsar sus propias carreras y que se conviertan también en socios comerciales. Mi instinto dice que hay que darles poder a los miembros de tu organización o a los equipos que te rodean para que realmente tengan voz.
![La boxeadora argelina Imane Khelif sufrió un calvario sobre su género en París 2024. Foto EFE](https://www.clarin.com/img/2024/08/10/PdYQUxxcw1_720x0__1.jpg)
La cuestión de género
A tono con la mayoría de los candidatos a la presidencia del COI, Sebastian Coe insiste en que “hay que proteger el deporte femenino”. Los casos de mujeres hiperandróginas e incluso de atletas trans siempre invitan a la polémica, al tiempo que alientan debates mayormente guiados por los prejuicios y la absoluta falta de información. Pero es la era que toca vivir. En el poco tiempo de la entrevista no se pudo profundizar, pero se le hizo una pregunta al respecto.
-Cuando usted afirma que “todo el mundo debe defender al deporte femenino”, ¿quién cree que está atacando al deporte femenino?
–Creo que hay desafíos a la integridad y la promoción del deporte femenino. Siempre hemos tenido el principio rector de que seguiremos la ciencia. Queremos un deporte en el que se compita en igualdad de condiciones. Si se pierde esa filosofía, se pierde el deporte femenino y ese es un panorama muy frágil. Para mí, promover y proteger la integridad del deporte femenino es absolutamente innegociable. Nos enfrentamos a lo que llamamos DSD (trastornos del desarrollo sexual) y al transgénero. No tengo ninguna predilección filosófica por querer decirle a la gente cómo tiene que vivir su vida. Soy muy consciente de que la decisión de convertirse en transgénero no es una decisión fácil. Está llena de juicios personales muy difíciles. Por eso hemos creado un grupo de trabajo sobre diversidad de género. No le estamos cerrando la puerta a este debate ni a esta discusión. Pero hay una gran diferencia entre la transexualidad en algunas profesiones con la transexualidad en el deporte femenino de elite, porque cambia fundamentalmente el equilibrio. Es una cuestión de integridad.
Los jóvenes, ese divino tesoro
Ese ente amorfo y que promete una realidad ilusoria llamado mercado no es más que un conglomerado de empresas transnacionales que quieren vender sus productos. El nicho más preciado es llegar a los jóvenes, consumidores del presente y del futuro conectados a teléfonos celulares cual fuente de toda sabiduría y bienestar. Hacia ese camino marcha una propuesta de Coe: vincular a cada vez más pibes y pibas al mercado deportivo. ¿Cómo? Usando la inteligencia artificial.
“Si usas la IA adecuadamente, adoptas un enfoque que prioriza la audiencia, que te dice lo que la audiencia quiere, cuándo lo quiere y dónde lo quiere. Debemos tener muy claro cuáles son esos gustos -avisa-. Pero lo más importante es que podemos utilizar la inteligencia artificial para implicar a los jóvenes y descubrir nuevos públicos. Y también para identificar talentos, sobre todo en los pequeños comités olímpicos nacionales y en las federaciones internacionales, donde los recursos son muy limitados”.
-Es difícil captar la atención de los jóvenes, que están acostumbrados a hacer varias cosas al mismo tiempo. ¿Cómo pueden los Juegos Olímpicos llegar a quienes quieren todo ya, cuanto antes, donde quieren y cuando quieren?
-Hay que comprender realmente el panorama en el que viven los jóvenes. Entender que ya no les interesan tanto las instituciones. Que sus preferencias y sus intereses tienden a ser “a la carta”. Tienen muchas más opciones y distracciones, y a eso se añade la desinformación. Y eso es un gran reto. Hay que asegurarse que los jóvenes estén entusiasmados, entiendan lo que intentamos hacer y cómo hacemos nuestro deporte más accesible. Debemos asegurarnos que conseguimos nuevas audiencias, que aprovechamos todo el valor de la marca olímpica y que nos llevamos a los jóvenes, porque esa es también la propuesta atractiva para nuestros socios comerciales: gente más joven en sus patrones de consumo.