Este 18 de febrero, un nuevo sismo de magnitud 5 sacudió el archipiélago griego de las Cícladas, en el centro del mar Egeo. Y la preocupación no cesa: es la cuarta semana consecutiva en la que a diario se registran cientos de terremotos entre las islas de Santorini y Amorgos.
De acuerdo al Instituto Geodinámico de Atenas, este martes hubo un primer temblor que se produjo a unos 17 kilómetros al sureste de esta última isla; y una hora y media más tarde se produjo un segundo movimiento de magnitud 4,9 unos kilómetros más hacia el Oeste.
Estos terremotos se producen tan solo un día después de que se registrara en la misma zona un sismo de magnitud 5,1, con una profundidad focal de apenas 5 kilómetros, que se sintió también en Atenas, la capital griega.
Y el número impacta: entre el 26 de enero y el 14 de febrero se registraron más de 16.900 terremotos de magnitud superior a 1 en esa área del Egeo.
Pese a que desde el pasado jueves empezó a observarse una disminución de la intensidad de los sismos que se registraban a diario en la zona -la mayoría ya no superaban la magnitud 3- los expertos señalan que todavía no se puede hablar de una «desescalada» del fenómeno.
Pero, ¿qué es lo que está pasando en la zona que desconcierta a la ciencia y mantiene en vilo al famoso archipiélago?

Para comprender este fenómeno, primero hay que conocer algunos detalles. El complejo volcánico de Santorini es el sector más activo del arco volcánico del sur del Egeo, que incluye volcanes en Methana y las islas de Milos, Santorini y Nisyros.
No hay que olvidar, entonces, que Santorini —esencialmente una enorme caldera volcánica con dos pequeños islotes en su centro sumergido— tiene una larga y turbulenta historia volcánica que abarca 650.000 años, destaca unesco.org en un artículo sobre el tema.
En este sentido, detallan, ha sido testigo de erupciones catastróficas, incluida una explosión cataclísmica alrededor de 1560 a.C. que contribuyó al colapso de una civilización, una gran explosión en 726 d.C. e incluso una erupción moderada en 1950, entre otras.
Además, como parte de un sistema volcánico activo, sigue siendo una región preocupante.
Pero volvamos al análisis de lo que está sucediendo actualmente.
«El mecanismo (de la actual actividad sísmica) es parecido a un fenómeno conocido como ‘diking’, que se caracteriza por una sismicidad similar a lo largo de varios kilómetros y está relacionado con el ascenso de material magmático, sin que esto signifique necesariamente una explosión volcánica», señaló al diario Kathimerini Margarita Segu, directora de investigación del Servicio Geológico Británico.
Con la experta coincide Paraskeví Nomikú, profesora de Geología en la Universidad de Atenas, quien recalca que se registra «un movimiento de grandes masas fluidas de material fundido bajo tierra, que están presionando las fallas para encontrar una salida».

El «diking» es un fenómeno que ocurre cuando el magma asciende desde los límites de las placas divergentes para llenar los espacios vacíos. Luego, el magma se enfría y forma intrusiones verticales conocidas como diques.
Además de las decenas de conos volcánicos submarinos en la zona, entre Santorini y Amorgos hay también varias fallas submarinas, la activación de una de las cuales generó en 1956 un terremoto de magnitud 7,3 que provocó un tsunami de 30 metros que mató a 53 personas.
La mayoría de expertos coincide en que la posibilidad de que se produzca ahora un terremoto tan fuerte es «escasa», si bien señalan que la actividad sísmica podría durar semanas, quizás meses.
Desde que empezaron a intensificarse los temblores, equipos científicos griegos e internacionales están esforzándose para mejorar la red de instrumentos de medición en la zona.
Durante las últimas semanas se han colocado sismógrafos submarinos en la caldera volcánica de Santorini y en conos volcánicos del volcán Columbo, situado unos kilómetros al este de la isla
Con información de EFE.