El cierre de comercios minoristas en Estados Unidos es un fenómeno complejo impulsado por una combinación de factores, incluyendo el auge del comercio electrónico, los cambios en los hábitos de consumo, la presión económica y la inflación.
En ese contexto, dos jugadores muy importantes anunciaron el cierre de una gran cantidad de sucursales: los retailers Joann Fabric y JCPenney. En el caso de Joann, la compañía presentó su segundo informe de bancarrota de este año. El primer fue el 15 de enero.
Por este motivo, la marca que comenzó en los años 40, anunció el cierre de al menos 500 tiendas repartidas en todo el país. «Ha sido una decisión muy difícil de tomar, dado el gran impacto que sabemos que tendrá en los miembros de nuestro equipo, en nuestros clientes y en todas las comunidades a las que servimos», anunció la dirección de la compañía en un comunicado.
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Las 500 tiendas de Joann que cerrarán representan más de la mitad de sus 800 puntos de venta físicos. De aprobarse completamente, la medida se hará efectiva antes de fines de febrero.
Los cierres que afectan a JCPenney se deben a su fusión con SPARC Group, lo que lleva a la marca a prescindir de un número todavía no determinado de sucursales en varios puntos del país.

Causas principales:
Auge del comercio electrónico: El crecimiento de plataformas como Amazon transformó la forma en que compramos, ofreciendo comodidad, precios competitivos y una amplia selección de productos. Esto afectó negativamente a las tiendas físicas tradicionales, que luchan por competir.
Cambios en las preferencias de los consumidores: Los consumidores valoran cada vez más la experiencia y la comodidad, buscando tiendas que ofrezcan una integración perfecta de experiencias en línea y en la tienda. Muchos minoristas, especialmente los pequeños y medianos, carecen de los recursos para satisfacer estas expectativas.
Presiones económicas e inflación: La inflación obligó a muchos minoristas a subir los precios, lo que afectó la lealtad de los clientes. Los negocios más pequeños, que no pueden absorber estos costos, son particularmente vulnerables.
Sobreexpansión de tiendas físicas: En las últimas décadas, muchos minoristas expandieron agresivamente su presencia sin una demanda sostenible. Ahora se ven forzados a cerrarlas.