Un caso de abuso, uno más en el mundo del deporte, sacude y al mismo tiempo confunde por estos días al circuito WTA. Toda gira en torno a la conflictiva relación de la kazaja Elena Rybakina, de 25 años y campeona de Wimbledon en 2022, con Stefano Vukov, el entrenador que la guió a disputar otra final más de Grand Slam -Abierto de Australia 2023- y llegar hasta el tercer puesto del ranking.
La situación fue escalando y obligó a una investigación de la WTA, que el pasado 31 de enero dio su veredicto. Portia Archer, Directora Ejecutiva de la asociación, describió violaciones al código de conducta del ente que regula el tenis femenino. “Participar en abuso de autoridad y conducta abusiva hacia la jugadora, que incluye comprometer o intentar comprometer su bienestar psicológico, físico o emocional; participar en abuso físico y verbal; y explotar su relación para otros intereses personales y/o comerciales a expensas del mejor interés de la jugadora”, detalla en un resumen confidencial de tres páginas al que accedió The Athletic.
Según una investigación paralela del mencionado medio estadounidense, todo comenzó en el WTA 1000 de Miami 2022. «Un entrenador de otra jugadora presenció lo que describió como un enfrentamiento desagradable entre Vukov y Rybakina en el césped del Hard Rock Stadium, la zona de calentamiento fuera de la cancha central. Dice que vio a Rybakina haciendo un ejercicio de juego de pies bajo la supervisión de Vukov, quien cuestionó repetidamente su inteligencia, la llamó estúpida y le preguntó cómo era posible que no entendiera una instrucción sencilla», desarrolla The Athletic. Ese entrenador, que eligió mantenerse en el anonimato, fue quien informó la situación.
Rybakina, sin embargo, nunca se expresó en contra de Vukov ni denunció ningún hecho como los que se aluden. Ni siquiera cuando el caso tomó repercusión pública. Al contrario, en más de una oportunidad lo protegió. “Después de un gran Abierto de Australia, vi algunos comentarios perturbantes sobre el comportamiento de mi entrenador y quiero aclarar cualquier interpretación errónea. Stefano creyó en mí durante muchos años, antes que nadie. Juntos trazamos una estrategia para lograr grandes cosas y su método se refleja en mi éxito en los Grand Slam», dijo tras perder en 2023 la final del Major australiano. Sus palabras iban dirigidas principalmente para Pam Shriver y Laura Robson, dos ex tenistas que se expresaron al respecto de este tema.

“Quienes me conocen bien saben que nunca aceptaría un entrenador que no me respetara a mí y a todo nuestro trabajo. Puede que sea tranquila en la cancha y en general, pero dentro de mí hay una atleta competitiva que quiere lograr grandes cosas y Stefano me ayudó mucho en ese sentido. Así que, por favor, no hagan caso a ninguna noticia falsa que diga lo contrario”, agregó tras ceder ante Aryna Sabalenka en la gran final.
Según Archer, en un entrenamiento en Wimbledon aquel mismo año, a donde Rybakina llegaba como campeona defensora, se dio otro episodio similar. Según la carta, Vukov la ridiculizó al llamarla “estúpida” y “retardada”, así como también “lanzándole pelotas” y diciéndole que ella todavía estaría en Rusia “recogiendo papas” si no fuera por él. Y se suma un episodio de hostigamiento en Nueva York, a donde Vukov viajó para acompañar a Rybakina en el último US Open, a pesar de que la jugadora ya lo había despedido.
«Mientras la WTA investigaba a Vukov, Rybakina dijo a varias fuentes presentes en sus recientes eventos que su relación con él se había vuelto personal y romántica», dice The Athletic en su investigación, lo que quizás explica el motivo por el que la tenista buscó encubrir la situación. La carta de Archer, además, señala el cambio en su relación. «Tengo claro que la relación que creó con la jugadora no es saludable», escribió Archer, añadiendo que los testigos describieron la relación de Vukov y Rybakina como «tóxica».

Casualidad o causalidad, Rybakina sufrió entre 2023 y 2024 diferentes lesiones y se retiró de varios torneos, entre ellos los WTA 1000 de Indian Wells y Roma y también los Juegos Olímpicos de París.
A comienzos de este año, Vukov recibió una sanción provisional de 12 meses. No puede ejercer como su entrenador de manera formal, pero esa suspensión no le impide desempeñarse como su agente, manager o incluso hacerse cargo de la representación y gestión de la kazaja. Es decir, puede estar ligado a ella incluso más que antes.