La historia había respetado el frente y la retaguardia. A raíz de la guerra incivil, aquella separación desapareció.
El bombardeo alemán sobre Gernika fue arrasador mientras duró el sobrevuelo. Barcelona fue atacada de forma sistemática, sin descanso y con intensidad creciente.
El proyectil cayó sobre el camión repleto de trilita parado después del cine Coliseum
El peor episodio se desencadenó los días 16, 17 y 18 de marzo de 1938. Fue cumplimentado por la aviación italiana bajo orden expresa del propio Mussolini.
A modo de ensayo y de cara a un futuro inmediato, se pretendía sembrar el miedo en la población residente en Barcelona. El propósito fue alcanzado con una saña nunca vista; el terror cayó sobre todo el pueblo, pues ningún objetivo militar sufrió el menor ataque de los bombarderos enemigos.
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Lo ocurrido el día 18 ha quedado grabado para siempre de forma terrorífica en la memoria de la ciudad.
A primera hora de la tarde, la alarma aérea anunció una nueva oleada de bombardeo aéreo, tras las brutales recién padecidas.
En el corazón del Eixample, las calles estaban entonces concurridas por un buen número de ciudadanos que iban y venían al acercase ya la hora de sentarse a la mesa. Al rugir las sirenas, los presentes en la zona emprendieron la carrera para lograr protección tanto en el refugio más cercano como también en la estación del metro, opción que ofrecía una seguridad mayor y mejor acomodo.
Un convoy de camiones cargados de explosivos circulaba por la Gran Via de las Corts Catalanes en dirección a la plaza Espanya, cuando al haber rebasado el cine Coliseum se vio obligado a detenerse y pasar un control.
Justo encima sobrevolaba entonces la escuadrilla que dio suelta a las bombas. Una de ellas cayó sobre el camión cargado de trilita, parado ante los números 589 y 591; al volante, el tío del político Ferran Mascarell, Vicenç. La explosión fue aterradora y la fuerza expansiva apocalíptica. La columna de humo superaba los 250 metros. Los muertos rozaban el millar y los heridos eran incontables. Entre las víctimas, Julia Gay, madre de los escritores Goytisolo. Fue la primera gran ciudad del mundo en ser bombardeada sin tregua.
Ante la inminencia de la batalla de Inglaterra contra los nazis, Churchill proclamó su certeza de que el pueblo resistiría como habían hecho gala los valientes ciudadanos de Barcelona.