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lunes, febrero 24, 2025

David Pizarro Romero: “Hoy en día la Antártida Argentina está en peligro”

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Argentina cumple 121 años de presencia ininterrumpida en la Antártida. Es el único Estado con más de un siglo de soberanía ejercida en dicho territorio. Son 1.461.597 km2 los que están bajo nuestra jurisdicción, de los cuales 965.134 km2 pertenecen a tierra firme y continental, no a hielo flotante como se piensa en el imaginario común.

Con seis bases antárticas permanentes y siete bases de verano, Argentina construye humanismo, cooperación internacional y ciencia desde 1904, siendo una Nación clave para la preservación de uno de los escasos territorios en el mundo donde está prohibida la explotación de los bienes comunes naturales (Tratado Antártico/Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente).

Científicos y militares argentinos celebran el Día de la Independencia en la Base Esperanza.

El Estado argentino lleva adelante campañas antárticas todos los años. Allí conviven militares, científicos, geólogas, ingenieras, biólogos marinos, etcétera, formados principalmente en instituciones públicas de alto nivel educativo.

Y a pesar de la poca educación y conexión de la gran mayoría de los ciudadanos argentinos con la Antártida Argentina, los gobiernos nacionales desde Julio Argentino Roca hasta la actualidad -por supuesto con matices y diferencias- han conservado y ejecutado la política antártica como una política de Estado. Para Pizarro Romero es una de las pocas decisiones soberanas que perduraron a todo tipo de acontecimientos políticos y sociales en el último siglo y cuarto.

Base Petrel, corazón logístico de la Antártida Argentina. Gentileza: David Pizarro Romero

Hoy en día la Antártida es quizás uno de los territorios más codiciados en todo el globo. Y hay quienes sostienen que la disputa por el continente blanco será la disputa del siglo. La mayor reserva de agua dulce del mundo, minerales, alimentos, y hasta una de las mayores reservas de petróleo de la Tierra, la convierten en un blanco predilecto de las principales potencias mundiales.

Enfant dialogó con David Pizarro Romero, licenciado y profesor de historia (USAL), Magister en Estrategia y Geopolítica (ESG) e investigador especializado en la Antártida, para conocer los desafíos que enfrenta la soberanía antártica argentina en el actual contexto geopolítico de transición a lo que parece ser una real geopolítica de la triporalidad, con Estados Unidos, China y Rusia la cabeza de las decisiones mundiales (los dos últimos asociados en los BRICS+).

Advertencias de una avanzada sobre la Antártida

David Pizarro Romero es uno de los historiadores argentinos de mayor compromiso con la construcción y difusión de la soberanía nacional antártica. El autor de «Petrel: corazón del esfuerzo argentino en la Antártida» (2024), vivió en pleno continente blanco y difunde de manera permanente la importancia de conocer y defender nuestro territorio en el extremo sur. A continuación, la entrevista completa:

Enfant Terrible (E.T): A nivel geopolítico: ¿Cuál es la importancia de la Antártida hoy? ¿Cómo la entienden las grandes potencias o incluso los Estados que tienen territorio o reclamaciones allí?

David (D): La Antártida tiene una importancia que se puede dividir en un aspecto económico, en un aspecto geográfico, político, e incluso militar, y todo tiene que ver con la geopolítica. La geopolítica la entendemos como la relación entre los países, su tiempo y su espacio. Y entre distintos Estados también.

Para empezar, la Antártida es un lugar que es súper rico en recursos naturales. Es un continente de catorce millones de kilómetros cuadrados. Tiene la reserva de agua dulce más grande del mundo. A diferencia de lo que tienen los países del Norte Global en el Ártico, que es puro hielo. En cambio acá tenemos un continente lleno de recursos. Hay minerales raros, petróleo, gas, pesca.

D: Y tenemos también una cuestión que tiene que ver más con lo militar y lo geopolítico: el Estrecho de Magallanes, único paso bioceánico natural en el mundo.

Ahora asistimos a un potencial problema entre Estados Unidos y Panamá por el Canal de Panamá. El canal de Panamá, sin embargo, a pesar de la gran importancia que tiene, se está quedando corto y chico porque los barcos tienen cada vez más calado y el año pasado ya hubo varios problemas de atascos.

Entonces cada vez más barcos están pasando por el Estrecho y también por el Paso de Drake. Repito, quien controle esa parte cercana a la Antártida, que en este caso son Argentina, Chile y el Reino Unido -que tiene reclamaciones sobre nuestros territorios antárticos y ocupa nuestras Islas Malvinas y gran parte de nuestro territorio en el Atlántico Sur-, quienes tenemos la la disputa en ese lugar exacto que va a tener un control sobre la economía mundial.

El equilibrio que hay en la actualidad está sostenido sobre el Tratado Antártico. Por el momento se mantiene, pero es cada vez más precario. Hay cada vez más potencias que están cerca de anunciar su retirada de la Antártida para explotar sus recursos. La Argentina en este contexto está débil. Y si no prestamos atención a lo que puede suceder próximamente en la Antártida, entonces tendremos un problema serio de acá a la próxima década.

E.T: ¿Cuáles son los mayores peligros que corre la soberanía antártica argentina en este escenario?

D: El peligro más grande es que algunas de las potencias, muy probablemente Estados Unidos, y en menor medida China o Rusia salgan o no respeten el Tratado Antártico que es el acuerdo internacional que nuclea y regula la actividad antártica. En el cual básicamente se dice que está prohibida la explotación económica y la militarización con armamento, no así el turismo y la pesca que están fuertemente reguladas. Los militares argentinos que hay están desarmados y para sostener las estructuras de las bases que permiten hacer ciencia. No para la coerción como acusan los ingleses.

Estados Unidos se salió del Protocolo de Kioto que regulaba la actividad nuclear y amenazó con salir de la OMS. Existe la posibilidad de que Estados Unidos se salga del Tratado Antártico y diga mirá me importa tres carajos estos acuerdos políticos de no romper la Antártida -que es el último lugar más o menos libre de explotación económica de la humanidad- y diga yo voy a buscar petróleo y me lo voy a llevar.

En EE.UU. y China se estudia la guerra de Malvinas como ejemplo de caso para una posible guerra en el Atlántico Sur. Tanto los yanquis como los chinos, en sus academias militares están seguros que de acá a veinte años o quizás menos incluso, va a haber una guerra por los recursos de la Antártida.

E.T: Y ¿Cómo ves hoy al país para enfrentarse a semejante y probable escenario?

D: Nosotros estamos en el medio y en este momento tenemos factores de poder cero.

E.T: ¿Cuáles son esos factores de poder?

D: Muchos. En la explotación militar implican fuerzas armadas de calidad y dirigentes políticos idóneos. Al igual que la voluntad y educación del pueblo. La disposición de sus bienes naturales y de su industria. En este momento está todo mal.

Las Fuerzas Armadas no están modernizadas ni equipadas como para hacer frente a una situación así. Este gobierno al igual que otros anteriores, tiene un discurso desconectado de la práctica. Los sueldos de quienes viven en la Antártida siguen bajos y el equipamiento es cada vez más escaso. Son cosas que vienen hace años. Ningún gobierno ha cambiado demasiado. Y hay una verdad que es que a la gente no les interesa mucho la Antártida.

Sin una defensa soberana no hay democracia que aguante. Cualquier país viene y te dobla la mano. Fíjate lo que pasa con Trump y Ucrania. EE.UU. ni siquiera los sienta en la mesa de negociación porque Ucrania no tiene ni dinero ni armamento propio. Es un país débil. Un país puede decir que no cuando tiene fuerzas militares para sostener tal decisión.

Hernán Pujato, militar clave de la historia argentina en la Antártida.

E.T: Y actualmente, con el Gobierno de Milei ¿Qué está sucediendo en la Antártida Argentina?

A nivel general la Antártida Argentina es una política de Estado que ha permanecido más o menos inalterable desde que empezó a ser una política con Roca a principios del siglo veinte y mucho más con Perón en la década de los cuarenta y cincuenta. Es de las pocas políticas de estado que han perdurado tantos años, al igual que con Malvinas y alguna política con respecto a la salud y educación.

Con Milei la actividad argentina en la Antártida sigue su curso, pero lo que sí ha pasado es que al achicar el Estado y sus instituciones, recursos, y quitarle financiamiento a distintos organismos que trabajaban con la Antártida tanto estatales como como privados, la actividad se reciente.

No es que se cerrará una base, pero por ejemplo este año va a ir menos gente a la Antártida que el año anterior. Menos militares y científicos. Y también hay empresas como el astillero Tandanor o YPF que son claves para la infraestructura, los materiales, el transporte, la logística, de la actividad antártica. Si esas empresas se privatizan o resienten, afectará a nuestra labor allá. Se necesita inversión, no ajuste. Más y mejor ciencia, más y mejor equipamiento y educación para las FF.AA.

E.T: ¿Son consientes los argentinos en la Antártida de todo lo que has contado hasta aquí?

Los militares tienen que tener cierta conciencia nacional. No piensan en geopolítica y menos en política. Son muy pocos los que piensan en geopolítica. Entonces hay que fortalecer las fuerzas armadas, educarlas en una geopolítica situada. No con un pensamiento europeo o estadounidense, donde le dicen qué pensar. No nos sirve que se formen en West Point o Washington. Tenés que fortalecer la educación en las fuerzas al mismo tiempo que el equipamiento. Si las provees del equipamiento necesario, pero no las educas, tampoco te sirve. Y viceversa.

Hay que fortalecer el CONICET y la industria argentina para que la presencia nacional en la Antártida crezca. Hoy tenemos laboratorios de rayos cósmicos, geólogos, ingenieros, biólogos marinos. Hay un montón de proyectos de ciencia y personas capacitadas, pero o cobran dos pesos o no tienen las herramientas necesarias.

Necesitamos invertir en la pata civil, científica y militar. Necesitamos primero que todo un gobierno que le interese el tema, que sea nacionalista y antártico. Y que planifique de acá a un par de años. No puede ser que a pesar de que sea una política de Estado no se invierta más de lo de siempre. Yo estuve en la base Petrel, y es una base que creció porque Tandanor construyó estructuras y barcos. Sin Tandanor no habría Petrel. Entonces por más militares y argentinos que haya, si no hay industria, no hay Petrel.

Si la Argentina quiere seguir celebrando aniversarios de presencia ininterrumpida en la Antártida, entonces tiene que invertir en ciencia, en tecnología, industria y en sus fuerzas armadas porque sino no va a funcionar.

Redacción

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