Los socialistas catalanes no están dispuestos a ceder a los comunes la bandera de la conexión de las dos redes de tranvía de Barcelona. Con tres meses de retraso respecto a su inauguración, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el alcalde, Jaume Collboni, han celebrado hoy con su presencia en una fiesta ciudadana la puesta en marcha el pasado noviembre del tramo que discurre entre la plaza de las Glòries y Verdaguer. Pero más allá de su asistencia a la Festa del Tramvia –aplazada en su día como consecuencia de la tragedia provocada por la dana en València– los máximos representantes de la Generalitat y el Ayuntamiento han escenificado su voluntad de unir, eso sí sin prisas, a medio-largo plazo, el Trambesòs y el Trambaix a través de la avenida Diagonal.
La Festa del Tramvia ha tenido bastante de fiesta socialista. Collboni ha asistido al acto acompañado de la primera y el cuarto tenientes de alcaldía, Laia Bonet y Jordi Valls, respectivamente, mientras que Illa lo ha hecho de la mano de la consellera de Territori, Sílvia Paneque. Y con ellos, en una esquina, la presidenta del grupo municipal de BComú, dispuesta a defender para los suyos las esencias del proyecto y con la intención de no escatimar reproches a las autoridades presentes en el acto.
El gobierno municipal deja claro que no es viable completar todo el proyecto durante este mandato
Laia Bonet ha asegurado que el gobierno municipal, con la complicidad de autonómico, trabaja con esmero para completar la conexión tranviaria hasta la plaza Francesc Macià. La números dos del Ayuntamiento ha reiterado que el objetivo del gobierno Collboni es llevar a cabo en este mandato la transformación urbanística de la Diagonal entre Verdaguer y paseo de Gràcia, sin que ello implique necesariamente que el tranvía circule ya por este tramo antes de las elecciones municipales de 2027. Es un calendario prudente. Los socialistas en ningún caso se plantean terminar en los próximos tres años el proyecto completo, a lo sumo aspiran a dejar preparado el terreno para culminarlo en el siguiente mandato.
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El ritmo marcado por Laia Bonet, que ha celebrado la buena respuesta de los usuarios en las estaciones inauguradas en noviembre –“mejor de lo que cabía esperar”–, no es compartido por sus antiguos socios de gobierno, que exigen mayor celeridad. Esas diferencias en el calendario del tranvía, sumadas a otros aspectos de la gestión municipal, como la revisión de la reserva del 30% para vivienda protegida, han cerrado a cal y canto la puerta de una posible alianza entre socialistas y comunes en el Ayuntamiento.
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La presidenta del grupo de los comunes, Janet Sanz, no ha desaprovechado la ocasión para lanzar sus habituales reproches al alcalde Collboni. Una vez más le ha echado en cara que, en relación con el tranvía, no haya “un calendario claro”, el que para los comunes sitúa la conexión total durante este mandato.
“No hay excusas para mantener este proyecto parado”, ha vuelto a afirmar la sustituta de la exalcaldesa Ada Colau al frente del grupo de BComú. En este sentido, Janet Sanz ha lamentado la falta de concreción del alcalde y del presidente de la Generalitat, a los que ha acusado de cometer un “bloqueo político”, de actuar con “dejadez” y con “falta de voluntad política” para llevar el tranvía hasta Francesc Macià.
