En Francia, el debate se encendió por un hecho por demás insólito. El tema es así, dos ladrones le robaron a un hombre su tarjeta de crédito. Luego, con esa tarjeta compraron un billete de lotería que resultó ganador. Entonces, el dilema: ¿A quién le corresponde el premio?.
La situación ha puesto de cabeza incluso a los expertos galos legales que no se ponen de acuerdo sobre si son los ladrones o el hombre titular de la tarjeta es el legítimo propietario de las ganancias, que ascienden a más de 500 mil dólares y que todavía no fueron reclamados.
Claro, a los ladrones, que se sabe que son dos hombres sin hogar, no les conviene presentarse con el billete ganador a reclamar el premio. Podrían ser arrestados por la policía por su delito. ¿Qué hacer?
El que tiene muchas menos dudas que los expertos jurídicos y los ladrones es la víctima, si es que a esta altura se le pueda llamar así. El titular de la tarjeta robada es un hombre de 42 años y que los medios sólo han identificado como Jean-David.
Sabiendo que es muy poco probable que los delincuentes se presenten para buscar el suculento premio, el hombre salió a buscarlos para ofrecerles un trato difícil de rechazar: repartirse el dinero.
¿Qué se sabe de los hombres? De acuerdo al periódico Le Parisien, se trataría de dos personas sin hogar que habrían forzado la cerradura en un coche estacionado en el centro de Toulouse, en el suroeste de Francia, el 3 de febrero pasado.
Los hombres se llevaron una mochila que contenía tarjetas de crédito y otros documentos que le pertenecen a Jean-David, quien enseguida hizo lo que hacemos todos: denunciar el robo a la policía y bloquear sus tarjetas de crédito.
Sin embargo, antes de que bloquearan las tarjetas, los ladrones pudieron utilizar una de las tarjetas para comprar artículos por valor de 52,50 euros (casi 55 dólares) en un quiosco del centro de la ciudad a menos de 500 metros de donde había estacionado su coche. Es decir, enseguida que le robaron, usaron las tarjetas.
Más preocupado por encontrar sus documentos de identidad, Jean-David decidió visitar el quiosco a la mañana siguiente para explicar lo sucedido y ver si tenían cámaras de videovigilancia para identificar a los ladrones.
“Al menos esperaba recuperar mis papeles, pero el quiosquero me dijo que no había encontrado nada. Dijo que recordaba a los dos hombres sin hogar de entre 30 y 40 años que entraron en la tienda y compraron cigarrillos y tarjetas rasca y gana», les dijo el hombre a la policía
«Su comportamiento le pareció sospechoso porque pagaron con una tarjeta y luego quisieron comprar otra, pero no se había procesado y no pudieron introducir el código”, agregó el hombre en su denuncia.
Después de raspar la tarjeta y descubrir que habían ganado el premio máximo de 500.000 € (algo así como 534 mil dólares al cambio actual), la feliz pareja regresó a la tienda para recoger sus ganancias y se les dijo que se pusieran en contacto con Française des Jeux, la empresa que gestiona la lotería nacional de Francia y que había producido la tarjeta rasca y gana.
Más de 520 mil dólares, el premio que ganaron los ladrones con una raspadita.“La mujer del dueño de la tienda me dijo que dudaba mucho de que los encontrara porque había comprobado la tarjeta y habían ganado 500.000 euros. Dijo que estaban tan contentos que incluso olvidaron sus cinco paquetes de cigarrillos”, dijo Jean-David.
Desde entonces, la situación sigue en un limbo legal. Los ladrones no han intentado cobrar sus ganancias ilícitas y la policía de Toulouse afirma que la Française des Jeux ha congelado el boleto ganador mientras continúan las investigaciones.
En tanto, Jean-David ha invitado a los ladrones a ponerse en contacto con su abogado. “¿Por qué no llegar a un acuerdo amistoso? ¿Por qué no compartirlo?”, ha dicho.
Su abogado, Pierre Debuisson, dijo al periódico local La Dépêche que creía que Française des Jeux estaría legalmente obligada a desbloquear la tarjeta rasca y gana ganadora si se presentaba.
“No se plantean cancelarlo porque lo compraron con una tarjeta robada”, dijo. “Quienes lo tienen no tienen por qué preocuparse: nuestra propuesta es sencilla: sin el dinero de mi cliente no habrían ganado, sin ellos mi cliente no habría ganado. Lo lógico es compartirlo”, cerró el letrado.
Y, vos: ¿Lo compartirías?.
