El acceso a la vivienda es seguramente el principal reto que tiene el alcalde Jaume Collboni. Junto a la seguridad, destaca como el primer problema para los barceloneses, según los datos del último barómetro municipal. Y las medidas para tratar de resolverlo se han convertido en un controvertido asunto a negociar. Junts, el principal grupo de la oposición, ha dado a conocer este miércoles sus propuestas, que van más allá de la modificación del 30% (de reserva para oferta asequible en las nuevas promociones y grandes rehabilitaciones), la medida que está acaparando la atención y que la formación independentista quiere flexibilizar, aunque todavía no ha concretado cómo. Asegura que lo hara más adelante. En todo caso, supedita esta reforma a que se apruebe un paquete con otras cinco medidas: que el Ayuntamiento dé ayudas para la compra y el alquiler, rebaje y bonifique el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), reclame los activos estatales de la Sareb y que no se repitan compras que no ve justificadas como la de la casa Orsola.
“La situación es muy preocupante porque las políticas públicas de vivienda, especialmente en los últimos diez años de gobiernos de Ada Colau y de Jaume Collboni han sido un clamoroso fracaso”, ha manifestado el presidente del grupo de Junts, Jordi Martí Galbis. Lo hecho por estos gobiernos, ha abundado el concejal, “ha reducido la oferta, la ha encarecido y ha provocado inseguridad jurídica al mercado e incertidumbre a los propietarios. Es un cóctel muy peligroso que nos ha llevado a donde estamos”.
El principal grupo de la oposicion tilda de “clamoroso fracaso” las políticas de vivienda de los últimos diez años de gobiernos de Colau y Collboni
Martí Galbis ha reiterado que su formación se propone “incidir en la hoja de ruta de este gobierno municipal en minoría”, aunque ha asegurado que todavía no ha habido negociaciones sobre las políticas de vivienda. De hecho, ha desvelado que hoy mismo tiene previsto reunirse con Collboni para abordar diferentes asuntos y que este sería uno. El alcalde tiene muy complicado, por no decir imposible, pactar con BComú en este ámbito porque a diferencia de los socialistas, este grupo defiende que el 30% debe quedar tal y como está. Sólo ERC y Junts están abiertos a que introducir cambios. PP y Vox defienden ir mas allá y derogar esa norma.
“Con la modificación del 30% no es suficiente –ha insistido el líder de Junts en el Ayuntamiento-, por eso planteamos una batería con cinco propuestas más que se pueden aplicar a corto plazo porque el Ayuntamiento tiene una economía saneada”. El edil ha aclarado que estas medidas, que son de competencia municipal, son compatibles con otras que se tendrían que llevar a cabo desde la Generalitat y el Gobierno.
Lee también
En cuanto a la Sareb, los posconvergentes plantean que el Ayuntamientos reclame a esta entidad estatal que le transfiera todos sus activos inmobiliarios que tiene en Barcelona y que aún no han sido cedidos. Son 823 en total (567 viviendas, 85 locales, 35 solares y 136 trasteros, garajes y otros bienes anexos).
Las ayudas económicas a la compra consisten en la financiación del 20% del precio de adquisición de una primera vivienda en colaboración con el Institut Català de Finances (ICF). Y las destinadas al alquiler, de hasta 3.500 euros por familia con menores a cargo para cubrir los gastos de entrada (fianza, primera mensualidad, contratación, seguro…) y la subvención de un 20% de la renta del alquiler, con un máximo de 3.500 euros anuales, para el acceso de familias monoparentales.
Las propuestas sobre fiscalidad se concretan en el IBI. Junts plantea una reducción del 4% en las ordenanzas fiscales del 2026, la misma que propuso, sin éxito, para las de este año. Y para favorecer que los propietarios que tienen viviendas en alquiler temporal pasen al de larga duración, bonificarles este impuesto, aunque no se detalla en qué porcentaje o cantidad.
Casa Orsola
“No puede ser que quien más grita se lleve el gato al agua”, afirma Martí Galbis, que pide que se apliquen “criterios de vulnerabilidad reales”
Lo ocurrido con la casa Orsola no debe repetirse, según Martí Galbis. “No puede ser que quien más grita se lleve el gato al agua”, ha manifestado en alusión a las protestas en apoyo a los inquilinos de este edificio del Eixample, que acabó comprando el Ayuntamiento junto a la Fundació Hàbitat3. Junts plantea que se apliquen “criterios de vulnerabilidad reales” en el tanteo y retracto y en la adquisición de propiedades “en lugar de criterios mediáticos”.