El cubano William Scull vivió en Trelew, peleó en el sur y hasta tiene un hijo argentino. El 3 de mayo enfrentará al mexicano Saúl Alvarez en un combate de ensueño, unificatorio y lleno de cinturones. Se asume “desconocido” para el gran boxeo pero confía en sorprender. “Me escribieron muchos mexicanos pidiéndole que le gane”, plantea.
El cubano William Scull no suele pasar desapercibido en las calles de Trelew. Hincha de River y amante de los asados, el “Indomable” parece encajar a la perfección en cualquier parte del mundo pero sin embargo, elige las amistades que se cultivan entre el frío y el viento de la Patagonia. El ambiente del boxeo en éstas latitudes no toma como una “casualidad” que el moreno nacido en Matanzas, Cubas pueda cruzarse en un ring con el mexicano Saúl Alvarez, el “Canelo” que todos quieren enfrentar.
El 3 de mayo en Riyadh, Scull se topará con el múltiple campeón azteca, su rival fetiche de los últimos tres años. Es que el actual campeón del mundo Super Mediano en la versión FIB piensa en la gloria y no tanto en los billetes, sino en lo que puede derivar un eventual triunfo. “La economía es súper importante porque soy profesional y eso obviamente vale porque por eso me he sacrificado tanto, lejos de mi familia y de las personas que me quieren y me siguen. Si yo gano será doble mérito para mí. Y estamos pensando en ganar, no en el dinero”, reconoce vía Instagram desde Palma de Mallorca.
Asume que nada ha sido producto del azar. Y que la chance se justificó con la obtención de un título del mundo, con un invicto sostenido en el tiempo y en general, con una carrera que no ha tenido altibajos y que lo ha llevado a recorrer el mundo. De Cuba a Mendoza, de ahí a Chubut y sin escalas a Alemania. Años de inversión en el entrenamiento y de proyectos que gradualmente, se fueron cumpliendo. “La gente que me conoce, sabe que ésta oportunidad se trabajó y que llegó porque se luchó mucho para esto. Esto no es regalado. Lo más importante es que esto hará historia. Yo quería primero ser campeón mundial, lo logré y ahora salió ésta unificación con Alvarez. Gracias a Dios enfrentaremos a un rival de Clase A”.
Aunque el cubano es un boxeador conocido, hiperactivo en las redes sociales aún su figura no ha trascendido las grandes carteleras, ni las transmisiones de las principales cadenas televisivas. Y asume que ésta circunstancia puede resultar un factor a explotar, inclusive aumentando el peso de una sorpresa. “Estoy muy tranquilo mentalmente y bien preparado. Estamos trabajando a distancia con “Peto” Ruiz, que en las próximas semanas se sumará a nuestro equipo en la parte física que es la más difícil. Hicimos algunos cambios, vamos a trabajar en altura en Granada a 2.500 metros de altura. Gracias a Dios siempre estamos bien físicamente; ahora estamos trabajando doble turno con doble sesión física. La técnica está y ahora queremos llegar con más oxígeno y más aire” anticipó respecto a la presencia chubutense que tendrá en su campus.
“Canelo es un rival más. Tiene dos manos igual que yo. Ha boxeado con muchos boxeadores de nivel y eso se lo respeto. Tendría que preocuparme si tuviera tres brazos. Hay que boxear; trabajar y hacer algunos cambios. Ya lo hemos estudiado muy bien y llegó el momento de potenciar mis habilidades para demostrarle al mundo que se puede. Hace ya tres años que estoy buscando pelear con él y por diferentes circunstancias, no se había podido dar”.
Scull planteó en su diálogo con la web Piñas del Sur que transita por su mejor momento. Con 32 años, en el punto exacto y con un récord inmaculado de 23 peleas, que incluyen una pelea en el T-Mobile de Las Vegas en la velada Canelo-Munguía, tres peleas en Trelew y una más en Madryn en la que considera su provincia “adoptiva”. En octubre del 2024, festejó el título FIB al derrotar al ruso Vladimir Shishkin en Falkensee, Alemania. “Es el mejor momento de mi carrera y reconozco que estaré ante una leyenda. No es mi edad, sino el tiempo porque el tiempo de Dios es perfecto”, define desde una mirada basada en la fé.
“A las críticas -dijo William- las tomo de manera positiva. Nosotros salimos de Cuba, siempre en contra porque sentimos que no éramos locales. Uno ha sabido sobrevivir con esto. Muchos dicen que peleo por la bolsa y que soy un boxeador desconocido y eso es verdad, lo he sido porque no he tenido oportunidades, ni mucha televisión. Las críticas me suman porque me gusta cerrar bocas. Igual me escribieron muchos mexicanos pidiéndole que le gane”.
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Boxísticamente la tarea no es fácil. Un megarival, acaso el mejor de todos, números increíbles y un largo listado de rivales que se han quedado en el camino. El nativo de Guadalajara acumula 62 triunfos (39 antes del límite), 2 derrotas y 2 empates. Solamente Dmitrii Bivol y el fenomenal Floyd Mayweather lograron frenar su boxeo que parece no tener puntos flojos. “Esa pelea se debe llevar round por round, pero primero hay que estar física y mentalmente bien preparado y no dejarse llevar por nada. Desde que suene la campana, se verá el plan aunque siempre todo puede ir cambiando en el ring. Él es fuerte, va hacia adelante y quizás podemos cruzarnos pero hay que prepararse para pelear doce rounds. Estoy seguro que va a ser una guerra”.
Difícil pero jamás imposible. Así será la misión que le espera a William Scull quien podrá ganarse el respeto del mundo boxístico pero siempre con el corazón mirando al sur. “En Trelew siento el mismo cariño y el mismo respeto cada vez que voy. Me siento como en mi casa porque Argentina es mi otra casa. Cuando gane, voy a hacer una fiesta de quince días completos ahí”.