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jueves, febrero 27, 2025

Yolanda Díaz, vicepresidenta y ministra de Trabajo de España: «Milei quiere convertir su país en una criptomoneda»

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Yolanda Díaz es vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo de España. Lidera -aunque sin tener un cargo- Sumar, el partido minoritario en la coalición de gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez, y se define como “una mujer libre”.

“A mí me han educado para ser una mujer libre”, responde cuando Clarín le pregunta cómo cae en el Palacio de la Moncloa que ella sea la única integrante del gabinete de Sánchez que se deja fotografiar, sonriente, junto al ex presidente catalán Carles Puigdemont, considerado un prófugo de la justicia por huir del reino luego de haber declarado la independencia de Cataluña en 2017.

En 2023, Díaz creó Sumar, una plataforma de partidos de izquierda que hoy gobierna España en coalición con el PSOE.  Foto: Cézaro De Luca
En 2023, Díaz creó Sumar, una plataforma de partidos de izquierda que hoy gobierna España en coalición con el PSOE. Foto: Cézaro De Luca

En 2023, cuando presentó Sumar para las elecciones generales, Yolanda Díaz confesó que quiere ser “la primera presidenta de España”.

En la coalición que armó de 15 fuerzas a la izquierda de PSOE, barrió abajo de la alfombra a Podemos, el partido de los indignados en el que Pablo Iglesias conoció la gloria y el ocaso de su carrera política, y el año pasado abandonó la dirección de Sumar por el escuálido resultado que obtuvo en las urnas para sentar eurodiputados en el Parlamento que comparten los 27 países de la Unión Europea.

Hija de un sindicalista gallego, Díaz, de 53 años, es una ministra ambulante que, desde hace meses, lleva a remolque dos medidas, tan taquilleras como espinosas, que la desvelan: la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo hasta alcanzar el 60 por ciento del sueldo medio.

Viajó a Bruselas para reunirse con el ex presidente Carles Puigdemont y negociar con el independentismo catalán su apoyo a la reelección de Pedro Sánchez de 2023. Foto: EFE/ Olivier MatthysViajó a Bruselas para reunirse con el ex presidente Carles Puigdemont y negociar con el independentismo catalán su apoyo a la reelección de Pedro Sánchez de 2023. Foto: EFE/ Olivier Matthys

Por esta suba mantiene roces, ásperos y públicos, con la ministra de Hacienda: Yolanda Díaz insiste en que el salario mínimo no tiene que pagar impuesto sobre la renta mientras sus socios de gobierno del PSOE argumentan que sí.

La vicepresidenta Díaz le achaca al PSOE tener una mentalidad vintage -“mira más para el siglo XX”- y postula a Sumar “como el factor de modernización de España”. Sin embargo, asegura: “Nuestra coalición de gobierno es ejemplar”.

Yolanda Díaz estará de paso por Argentina, adonde aterrizará este jueves, antes de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, el 1 de marzo.

Se reunirá con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, tendrá encuentros con sindicalistas y con la comunidad gallega en nuestro país y dará una charla en la UBA.

La vicepresidenta no tendrá agenda con el gobierno de Javier Milei, a quien suele criticar sin pudor, salteándose la promesa que España y Argentina se hicieron en octubre del año pasado -“fortalecer nuestra relación para que alcance el máximo nivel de confianza y respeto mutuo”-, cuando cosieron las heridas diplomáticas que habían llevado a retirar de Buenos Aires a la embajadora española.

“Vemos el avance de las fuerzas reaccionarias en todos los sitios. Lo vemos en la Argentina, con Milei, cuando destruye la protección contra el despido o cuando ataca a la educación pública. No da igual quién gobierne”, dijo la vicepresidenta en enero.

Horas antes de que su vuelo despegue rumbo a Buenos Aires, recibió a Clarín en su despacho del Ministerio de Trabajo en Madrid.

-¿Pisar la Argentina gobernada por Javier Milei es un viaje incómodo?

-No. Estoy encantada de ir a Argentina.

-¿Por qué?

-Porque me parece que es uno de los laboratorios del mundo, ahora mismo, en el que están en juego los derechos de todos y de todas nosotras. Y, por lo tanto, estoy encantada de estar allí y desde dentro lanzar mensajes al mundo.

Está empeñada en que la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo sean una realidad para los españoles. Foto: Cézaro De Luca Está empeñada en que la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo sean una realidad para los españoles. Foto: Cézaro De Luca

-Se va a reunir con el gobernador de Buenos Aires, el territorio más complejo del país y en estos momentos atravesado por episodios de inseguridad. ¿La desocupación va de la mano con la inseguridad?

-Totalmente. Es más, creo que las fuerzas progresistas en el mundo tenemos que dar seguridad material a la ciudadanía de nuestros países. Esto es clave. Vivimos en una época de incertidumbre. La incertidumbre es una nebulosa que no nos permite ni siquiera vislumbrar lo que puede pasar. Y hay dos factores que van asociados: el miedo, que paraliza, y la inseguridad.

-¿Cómo se combate la inseguridad cuando está asociada a la violencia?

-El malestar tiene muchas ramificaciones. Por eso, en política y en políticas públicas, lo emocional es tan importante. Es clave que cuidemos los distintos malestares que tenemos porque son generadores de impotencias, de frustraciones, pero también en casos extremos, de violencia. Y esto lo tenemos que prever y saber actuar sobre ello. La paz social es muy importante en la sociedades contemporáneas. Es muy importante no sólo que diseñemos buenas políticas públicas, sino que atendamos la parte emocional de nuestros pueblos.

-¿Qué sucede cuando buena parte de esas políticas públicas están sustentadas en planes sociales asistencialistas?

Hay que romper con el asistencialismo, que tiene sus orígenes a principios de siglo XX, pero que no da respuestas a la complejidad que tienen la sociedades contemporáneas. Una sociedad que tiene que estar basada en el bienestar material, pero desde los derechos subjetivos.

Debutó como candidata presidencial por Sumar en las elecciones generales de 2023. Quedó cuarta, con el 12,3 por ciento de los votos. Foto: Cézaro De Luca Debutó como candidata presidencial por Sumar en las elecciones generales de 2023. Quedó cuarta, con el 12,3 por ciento de los votos. Foto: Cézaro De Luca

-¿De qué modo?

-No hay que atender sólo la vulnerabilidad de las clases más empobrecidas, como una especie de reparo, de asistencialismo que les damos, sino que lo que tenemos que hacer es dar ese gran salto, como han hecho las sociedades nórdicas, por ejemplo, en el que la ciudadanía está empoderada y tiene derechos subjetivos. Tenemos derecho a la vivienda, que ha de materializarse; tenemos derecho a una protección social eficaz y plena. El asistencialismo respondió a una época. Pero estamos en el primer cuarto del siglo XXI y la ciudadanía tiene que verse recompensada a través del pago de impuestos en una serie de derechos que están garantizados.

-El presidente Milei suele repetir que, según la premisa socialista, dónde hay una necesidad nace un derecho y que las necesidades son infinitas pero los recursos son finitos.

-Es una evidencia que los recursos son finitos. El debate está en que el neoliberalismo que representa muy bien el señor Milei es una concepción de un país para unos pocos. En la Argentina de Milei caben sólo unos pocos. Es un modelo de hombre que es heterosexual, blanco, de una clase. Y sobramos las mujeres feministas, sobramos los hombres feministas, sobramos las gentes diversas que hay. Es un país pensado para una oligarquía. El problema que tiene el señor Milei es que el neoliberalismo es una fuerza de empobrecimiento masivo, pero en el que hay un vector que es el negacionismo democrático. Milei quiere convertir su país en una criptomoneda. Milei quiere convertir la democracia en una criptomoneda, con lo que tiene de simbólico.

-¿Qué tiene de simbólico?

-Una gran estafa. Milei quiere convertir la democracia en una empresa que está gobernada por un Ceo y las democracias no se gobiernan por empresas. Las democracias se gobiernan por los ciudadanos y las ciudadanas que tienen derechos, y por eso las fuerzas progresistas queremos, desde la izquierda, ir a la ofensiva y con muchísimo orgullo. Su modelo es un modelo para unos poquitos. El nuestro es un modelo afectivo y que aglutina a todos y a todas. Faltaría más. Pero la democracia no es una criptomoneda como nos quiere hacer saber el señor Milei. No es una broma.

Yolanda Díaz viaja a Argentina y a Uruguay, donde participará de la asunción del nuevo presidente. Foto: Gentileza Pedro Ruiz.Yolanda Díaz viaja a Argentina y a Uruguay, donde participará de la asunción del nuevo presidente. Foto: Gentileza Pedro Ruiz.

-¿Qué cree que sucedió en el episodio de Milei con la criptomoneda $LIBRA?

Una gran estafa. Imagínese usted que yo hiciera eso. Me pedirían la dimisión en mi país.

-¿Cree que deberían pedírsela o que él tendría que dar un paso al costado por iniciativa propia?

-Si yo, como vicepresidenta del gobierno, difundo y recomiendo a mi ciudadanía lo que él ha hecho con una criptomoneda que resultó ser una enorme estafa, tengo que dimitir por el daño que le hago a mi país. Las responsabilidades políticas, desde (el sociólogo y economista Max) Weber hasta hoy, suponen esto. Pero es muy grave. Por eso digo que él quiere convertir la democracia en una criptomoneda y la democracia no es una estafa. La democracia son valores. Es Ilustración. Son derechos de la ciudadanía.

-En la Facultad de Derecho de la UBA usted dará una charla sobre “los retos de la democracia en el mundo del trabajo”. En Argentina, el 40 por ciento de la mano de obra es informal y cuatro de cada 10 argentinos trabajan sin derechos laborales. Respecto del salario mínimo que usted postula que en España debe estar exento de tributar, el vocero presidencial argentino considera que es “un error conceptual” porque “si hay personas dispuestas a trabajar por menos de ese salario, el esquema no te permite contratarlas”. ¿Rebatirá estas ideas en su discurso en la UBA?

-Que tengamos dirigentes públicos que sin rubor digan que hay que tener a la gente poco menos que como esclavos es la antítesis de nuestro modelo político. Que un dirigente público diga esto es que está haciendo una apología de la esclavitud. Si hay una herramienta que es eficaz para luchar contra la desigualdad se llama salario mínimo. En nuestro país fue lo que permitió reducir la desigualdad, la pobreza laboral, y es lo que hace que hoy tengamos una brecha retributiva de género que ha caído muchísimos puntos. Además, los trabajadores, las trabajadoras tienen derechos. En Argentina y en el mundo. No es como en los tiempos de Dickens, que venía un patrón y te compraba mano de obra al precio de lo que fuera o que trabajaban por la alimentación. Esto ha pasado ya. Ese es el modelo al que nos lleva la administración Milei. Lo que quieren es volver a los tiempos de Espartaco. Y por eso voy a Argentina encantada a explicar nuestro modelo laboral de derechos fundamentales, de sindicalismo fuerte. La política no es un fin en sí mismo y cuando se convierte en algo personal, probablemente fracase. Porque no atiendes el fuera y ahí afuera está lloviendo.

En el Congreso junto al presidente Pedro Sánchez y a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con quien mantiene una disputa pública por la tributación del salario mínimo. Foto: EFE/ JJ GuillenEn el Congreso junto al presidente Pedro Sánchez y a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con quien mantiene una disputa pública por la tributación del salario mínimo. Foto: EFE/ JJ Guillen

-¿Acaso el presidente Pedro Sánchez no convirtió la política en algo personal cuando se tomó días para reflexionar si dejaba el gobierno o no cuando se sintió atacado por las denuncias contra su esposa?

-Yo creo que el presidente del gobierno hizo algo que seguramente es muy disruptivo para las formaciones políticas clásicas. Para las formaciones políticas es incomprensible, pero él tuvo una enorme intuición y algo que es muy digno en términos políticos a día de hoy que es parar y pensar.

-Pero convirtió a la política en un asunto personal

-Es verdad que no fue ortodoxo lo que hizo pero yo creo que en política hay que tener también tiempo para tomar decisiones que son importantes.

-Le cuesta admitirlo

-Creo que va a ser bonito que el presidente del gobierno, cuando deje de ser presidente del gobierno, cuente realmente por qué tomó esa decisión y que pasó por su cabeza. A mí me gustaría desde luego conocerlo.

Redacción

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