La conmoción por el asesinato de Kim Gómez no cesa en La Plata. En medio del dolor, su abuelo Roberto habló con la prensa tras el velorio de la nena de siete años, quien murió al ser arrastrada por un auto robado en el barrio Altos de San Lorenzo.
«Por ahí se puede achicar la edad para la condena. Nosotros somos una familia cristiana y como cristianos estamos en contra de la violencia. Sé que tenemos un Dios que tiene misericordia de esas personas, si bien no podemos llamarlos personas con lo que hicieron», expresó al ser consultado sobre la baja de la edad de imputabilidad.
Conmovido, agregó: «Sabemos que la nena está en las manos de Dios, que no suceda más por favor». Al referirse a los acusados del crimen, los calificó como «malas personas» y lamentó la pérdida de valores en la sociedad: «Se perdió la cuna, la casa, el respeto en el hogar. Las autoridades están atadas de manos, no pueden actuar. Las leyes protegen al que hace mal, no a la gente decente que trabaja».
Roberto cerró su mensaje con una dura reflexión sobre el impacto del crimen en su familia: «Somos como presas de esos lobos rapaces que te quitan la vida, arruinaron a la familia. Era nuestra princesa. No pido pena de muerte. Como cristianos no queremos devolver mal por mal».