La semana de los Oscar contará con seis estrenos, entre ellas tres nominadas a los Premios de la Academia. Pero también habrá opciones para los chicos: desde hoy, la cartelera local ofrece tres nuevas películas animadas.
Una es la película de un fenómeno: la serie “Attack on Titan”, uno de los shows de anime japonés más populares, llegó a su fin, pero estrena ahora para los fanáticos una recopilación de los últimos dos episodios, para que puedan ver el gran final en formate de pantalla grande.
La saga gira en torno a Eren Jaeger, quien vive en un mundo ficticio donde la humanidad está al borde de la extinción a causa de unas criaturas humanoides llamadas “titanes”, lo que obliga a los supervivientes a refugiarse en tres enormes murallas para protegerse. Pero a lo largo de las temporadas se descubre que hay mucho más allá de lo evidente.
Desde Japón llegarán los titanes, y desde Australia “Los Perez-osos”, película animada que comienza luego de que una tormenta destruye el hogar de una perezosa llamada Laura y su familia. Ellos se ven obligados a mudarse a la gran ciudad con nada más que su preciado libro de recetas y un viejo camión de comida oxidado. Las deliciosas recetas de la familia pronto llamarán la atención de un guepardo ingenioso llamado Dotti que no se detendrá para revivir su fallido negocio de comida rápida.
La tercera novedad animada es un regreso: la nominada al Oscar “Flow”, que tuvo una especie de preestreno en las salas locales sábado y domingo, se podrá ver todos ahora los días en las salas locales.
Es una de las favoritas para llevarse el Oscar a mejor película animada, lo cual sería un batacazo, teniendo en cuenta que Disney suele acaparar ese premio y que esta película llega de Letonia y está hecha totalmente a pulmón. En la película de Gints Zibalodis seguimos a un gato, que luego se rodea de un perro, una carpincho, un lemur y un pájaro, aventurándose por un mundo donde hubo una catástrofe, colaborando y superando obstáculos. Todo, contado sin diálogos: esta vez, los animalitos no hablan.
El mono Robbie
Hablando de animales, también llega a la cartelera un mono, y no es otro que Robbie Williams: el cantante de Take That y luego solista exitoso tiene su biopic, pero busca darle un giro al género convirtiéndose a sí mismo en un chimpancé cantante. Esta decisión, convertir a Williams en un mono animado por computadora, nunca se explica, ni siquiera se menciona.
Hay una pista, sin embargo, en una de las frases iniciales de Williams: “Quiero mostrarte cómo me veo realmente”. Gracey basó su película en muchas horas de entrevistas grabadas con Williams. Dice que la estrella del pop le dijo en una ocasión que se sentía como un mono enviado para entretener a las masas, sobre todo en su adolescencia como miembro de la boy band Take That. Fue idea de Gracey tomar esta idea y correr con ella.
La película comienza en 1982, en Stoke-on-Trent, Inglaterra. Al joven Robert Williams se le da mal el fútbol y se burlan de él sin piedad. Pero no hay fútbol en su ADN, explica. Lo que hay es cabaret.
Su padre le contagió el gusanillo de la interpretación. Cuando Sinatra aparece en la tele cantando “My Way”, el pequeño Robert salta para unirse a su padre (Steve Pemberton, excelente) y cantar con él. Pero a papá le importa más actuar que ser padre, y un día se marcha de casa para siempre. Robert es criado por su madre y su adorada abuela, que le asegura que es alguien, no un don nadie.
A los 15 años, con problemas en la escuela, Robert se presenta a una audición para Take That, la banda de chicos, y de alguna manera pasa el corte. Al principio, la banda recorre el circuito de clubes gays, hasta que se da cuenta de que las chicas se vuelven locas por estos jóvenes.
Dos para el Oscar
Hablando de películas nominadas al Oscar, se estrenan además dos películas que serán protagonistas de la gala del domingo: “Duna 2”, que en realidad regresa a la pantalla grande para continuar con la saga de Arrakis y su mesías Paul Atreides; y “Septiembre 5”.
Nominada a mejor guión original, la película retrata los hechos ocurridos durante los Juegos Olímpicos de Munich 1972, cuando un grupo militante palestino tomó de rehenes a una decena de atletas israelíes en la Villa Olímpica, el corazón del evento.
La historia ha sido retratada en varios documentales, pero la película opta por otro enfoque: casi todo transcurre en la cabina de transmisión del canal ABC, que se encuentra a metros del conflicto.