Con 27 años, la salteña María de los Ángeles López viajó a Chile en 2012 acompañada por su entoncespareja, un uruguayo con nacionalidad chilena. En un principio, María de los Ángeles pensó que el viaje sería corto y con el objetivo del mismo era conocer a los padres de su futuro esposo.
La pareja en ese entonces estaba bien y María de los Ángeles estaba embarazada de su primer hija, según relató a El País desde la ciudad chilena de Valparaíso.
Pero hoy las situación de ella y sus tres hijas pequeñas es muy insegura. «Estoy encerrada en una pieza de una iglesia con mis tres niñas (de 14, 10 y ocho años). Recibí amenazas de muerte el lunes y ayer (miércoles 26). Presenté en la Gendarmería denuncias por violencia intra familiar y amenazas», contó.
Explicó que su exesposo la llamó por teléfono y le dijo que tenía gente amiga que la podía matar y que así él podía quedarse con la custodia de las tres niñas. Y agregó que, mientras trabaja en su puesto de venta de panes frente a una policlínica, un hombre le hizo señas desde un vehículo indicándole que iba a morir degollada.
Tras las denuncias de López, su pareja de nacionalidad uruguaya-chilena quedó prófugo. En Salto, familiares de la víctima contrataron al abogado Andrés Tironi para que se contactara con la Cancillería con el propósito de que facilitara su regreso a Uruguay con sus tres hijas.
Engaños
En Valparaiso, María de los Ángeles no sabía que a los tres meses caducaba la autorización chilena para ingresar al país. «A los 20 meses de estar aquí le dije a mi pareja que quería regresar a Uruguay, pero él se burló. Me dijo: ‘No te van a dejar pasar la frontera; estás indocumentada’. Ahí me di cuenta que había sido engañada», relató.
Tras el nacimiento de su primer hija, la pareja siguió conviviendo, porque María de los Ángeles aceptó —siempre según su relato— su realidad: no podía pasar las fronteras chilenas. Hizo las paces, recordó, para vivir en paz con su pareja, al punto que poco después se casaron.
Pasaron dos años. En 2014, nació la segunda hija del matrimonio y en 2017, la tercera. La pareja sufría altibajos, según la víctima. Ella no salía a ningún lado porque él la asustaba. «Te vas a perder en esta ciudad grande», le decía. Por ello, María de los Ángeles siempre salía a la calle acompañada de su esposo.
Familiares de María de los Ángeles procuraban desde el exterior que la uruguaya regularizara su situación ante el Estado chileno. Al mismo tiempo, su esposo les decía que los papeles para los inmigrantes demoraban años. A partir de ahí, la relación entre la pareja comenzó ser tirante, según dijo la uruguaya.
«Yo no aguantaba más. Le preguntaba a él por los documentos; quería regresar a Uruguay con mis hijas. Y él me decía que los papeles demoraban mucho tiempo. También manipulaba a mi familia que estaba en Uruguay», señaló.
La crisis mayor en la pareja se desató en 2022, cuando María de los Ángeles percibió que su esposo jamás le permitiría regresar a Uruguay.
En ese momento, comenzaron las amenazas de muerte y las agresiones. «Me ahorcó delante de dos de mis hijas. Fui a hacer la denuncia en los Carabineros (de Chile). Allí, mi hija entonces de 12 años, contó que el padre le había pisado la cabeza. Él siempre les pegaba cuando yo salía al patio a colgar la ropa», sostuvo la víctima.
Según documentos a los que accedió El País, el caso pasó a la Fiscalía y a un Juzgado de Familia de Chile que dispuso medidas de no acercamiento para el denunciado por un supuesto delito de «violencia intrafamiliar».
Desde la separación, la expareja de María de los Ángeles no le pasa dinero para sustentar a sus tres hijas, según su narración.
María de los Ángeles creía que no podía trabajar formalmente porque carecía de documentos chilenos. Pero se las ingenió y comenzó a fabricar panes para vender frente a una policlínica de su barrio en Valparaiso.
Como ocurre en muchos casos de violencia doméstica, el hombre prometía que iba a cambiar y que asistiría al psicólogo. «Pero nunca fue atenderse. Mis hijas y yo sí íbamos al psicólogo. Cuando vi que él no se atendía, me di cuenta que no quería cambiar», relató la uruguaya.
María de los Ángeles solo permitía que el exesposo viera a sus hijas en plazas de la ciudad chilena. De esa forma, evitaba que el hombre la insultara. Sin embargo, el individuo aumentó su violencia cuando se enteró que María de los Ángeles tenía una nueva pareja.
Los celos lo cegaron. «Ahí empezó lo peor. Comenzó a amenazarme de muerte por teléfono. Este lunes fui y realicé la denuncia en los Carabineros diciendo que él me llamaba. Me dijo que yo no iba a volver a Uruguay y privarlo de sus hijas. Ayer (por el miércoles 26) estaba trabajando y un hombre desde una camioneta Kombi me hizo una seña de cortarme el cuello», señaló.
Y agregó: «Para él soy culpable porque lo dejé. Pero él me dejó tirada acá, bajo amenazas y sabiendo que tengo a tres hijas chicas. Yo quiero volver a Uruguay de cualquier manera».
Tras la separación, la uruguaya dijo que ese mismo día se dirigió a la Iglesia de Santa Teresita de la ciudad de Valparaíso y allí le dieron una pieza para ella y sus hijas.
El abogado salteño Andrés Tironi se contactó hoy con funcionarios de la Cancillería uruguaya para informar sobre la uruguaya víctima de violencia doméstica en Valparaiso, Chile.
Los funcionarios ministeriales pidieron al profesional datos sobre el paradero de María de los Ángeles López y sus hijas para poder informar a la embajada uruguaya en Chile, según afirmó el profesional a El País.
Edinson López dijo al portal Salto al Día que su hermana y sus hijas «no pueden seguir esperando, porque no tienen acceso a condiciones básicas para vivir dignamente y el riesgo de supervivencia es cada vez mayor».
El hermano señaló a El País: «El tema se activó. Es una buena noticia el contacto con la Cancillería».
