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sábado, marzo 1, 2025

Daniel Lutzky: «Lo que va a hacer caer a Milei va a ser él mismo, no la oposición»

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Daniel Lutzky es politlogo. Lleva aos observando los comportamientos de la sociedad argentina con una mezcla de lucidez, pasin y desconfianza ante las explicaciones demasiado simples. Su talento es leer las sensibilidades colectivas antes de que se conviertan en titulares de los diarios.

En 2022, vaticin en unreportaje con Jorge Fontevecchia que estaba emergiendo un espacio por fuera de la grieta entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos y que Javier Milei tena altas chances de ganar las elecciones presidenciales. A comienzos de 2024, en dilogo conEl Economista,anticip que «las personas van a dejar de creer cuando el modelo de Milei triunfe, la inflacin baje, pase un tiempo, la situacin se complique y la vida de la gente no mejore. Ah se cae».

Ahora, en 2025, en un nuevo encuentro, Lutzky vuelve a jugar con la bola de cristal: cmo y cundo se va a romper el hechizo con Milei?

El encuentro conEl Economista tuvo lugar en el bar Mill, en Villa Crespo. Entre reflexiones sobre hegemona cultural, desamor poltico y la repeticin de los ciclos histricos, Lutzky describe cmo percibe la Argentina de hoy: «Para entender la cultura milesta, hay que comprender lo que sienten sus votantes». Y agrega: «El ncleo milesta es muy activo y muchas veces agresivo, pero no representa la totalidad del voto a Milei».

Lutzky sostiene que Milei «dice una cosa, dice otra. Todo depende de cmo la gente lo perciba. Si lo dice con autenticidad, aunque se equivoque mil veces, sigue generando adhesin». Aunque advierte que, en Argentina, «la cada comienza cuando parece que un lder lo tiene todo ganado». Y si la oposicin sigue fragmentada, «ms fuerte ser la cada de Milei despus». Es que, segn l, «lo que en algn momento va a hacer caer a Milei va a ser l mismo, no la oposicin». La gente se volver en su contra «cuando perciba que quiere convertirse en una especie de monarca».

Este es el Lutzky de 2025: un analista que no endulza la realidad ni la reduce a moralejas, alguien que sigue apostando a la capacidad de observacin como herramienta de resistencia intelectual.

Milei necesita que haya tensin y quilombos todo el tiempo. Necesita que la  gente diga 'yo lo apoyo porque est luchando'
Daniel Lutzky, politlogo: «Lo que en algn momento va a hacer caer a Milei va a ser l mismo, no la oposicin».

Cmo influyen las emociones y la sensibilidad en la consolidacin del milesmo como fenmeno poltico?

—Hay un tema que yo llamara hegemona cultural en la Argentina. Hegemona cultural es cuando un movimiento, un presidente logra articular en gran parte de la sociedad algunas ideas centrales. Y dentro de esa hegemona cultural estara lo que yo llamo la estructuracin de las creencias.

Una creencia tiene muchas partes, necesariamente plantea un camino para salir de una situacin negativa. La base de la creencia es el malestar con algo, y la salida a ese malestar que propone la creencia es lo que da sentido a esa estructura. Posibilita que las cosas que estaban partidas, fragmentadas, rotas, se unifiquen en una cierta direccin. Eso es una creencia.

Y es esencialmente afectiva, sensible. Solo puede ser evaluada, igual que las culturas polticas, en trminos de sensibilidad.Para entender la cultura milesta, por ejemplo, hay que comprender lo que sienten los votantes de Milei.

—Qu sienten?

—Sienten que Milei los entendi en la necesidad de algo nuevo. De crear un mundo distinto al del pasado que los tena bastante agobiados.

Y no es solo una cuestin de inflacin. Es el cansancio con aquello en lo que ya no creen, lo que dejaron atrs. Llmese sistema poltico, kirchnerismo o macrismo.

Es una ruptura con ese mundo, porque dejar de creer genera angustia. A eso se suma la crisis econmica y los problemas de la inflacin, lo que carga an ms de angustia la situacin.

La creencia viene a aliviar la angustia. Por eso, en trminos afectivos, toda creencia siempre es positiva para quien cree, sin importar cul sea: Creer en Dios, en la democracia, en el stalinismo, en el nazismo, cualquier creencia le da algo al que la sostiene. Le resuelve un problema interno, le permite sentirse mejor, ms unificado consigo mismo, con su entorno, con la historia, con el futuro.

Analysis | Argentina's president-elect Javier Milei and Donald Trump: how  alike are they? | South China Morning Post
«Milei entendi a quienes buscan romper con un pasado en el que ya no creen», explica Lutzky.

—Hasta qu punto el cinismo en poltica erosiona la credibilidad y la idea de construir un futuro mejor?

—Ser cnico es decir cosas en las que uno mismo no cree. Hay una ruptura entre lo que el poltico realmente cree y lo que dice o transmite. En francs hay una expresin,langue de bois, lengua de madera. Es ese discurso que no impacta, que no tiene afectividad, que no engancha ni hace eco con lo que la gente siente y piensa. De alguna manera, Milei propuso romper con eso.

Y, en ese sentido, construir algo en lo que se pueda creer. Y se puede creer, incluso cuando Milei haga cosas con las que la gente no est de acuerdo. Las creencias no son racionales ni responden a cuestiones estrictamente objetivas.

Milei dice una cosa, dice otra. Todo depende de cmo la gente lo perciba. Si lo dice de manera autntica, incluso si se equivoca mil veces, pero lo hace con autenticidad, sigue generando adhesin.

Lo autntico sera lo contrario dellangue de bois, de la lengua de madera. Puede decir cosas equivocadas, cosas en las que alguien no cree aunque lo haya votado, pero si lo dice con sinceridad, con autenticidad, sigue funcionando. Es ms, puede que la gente termine creyendo ms en l, incluso cuando no comparten lo que dice, porque lo dice de manera autntica.

Un discurso se percibe como creble cuando realmente parece reflejar lo que la persona piensa, y no cuando dice una cosa y piensa otra.

El mundo est fragmentado entre lo que se dice y lo que se hace. Cuando una hegemona cultural se sostiene en el tiempo, ese discurso se vuelve creble. Un discurso que, como cualquier religin, plantea un camino a recorrer, un objetivo a alcanzar, aliados que acompaan ese camino y enemigos que se oponen.

Todos esos elementos forman parte de cualquier relato que busca crecer. Y el de Milei, hoy, est funcionando.

—Histricamente, cunto tiempo logran sostenerse las hegemonas culturales en Argentina antes de empezar a desgastarse?

—La hegemona del alfonsinismo dur cuatro aos, desde su inicio hasta 1987, cuando empez a perder fuerza en lo emocional y en la construccin de imgenes. En 1987, con la derrota en las elecciones parlamentarias, qued claro que algo no andaba bien.

La de Menem dur seis aos, desde 1989 hasta 1995, cuando gan su segunda presidencia. Despus, en 1997, empez a perder elecciones y ah se evidenci que su relato, su hegemona cultural, se haba agotado. La del kirchnerismo dur ocho aos. De la Ra, naturalmente, no tuvo ninguna hegemona.

Nadie se identific como «delarruista», y lo mismo pasa con Alberto Fernndez. Nadie dice «yo soy albertista». Pero el kirchnerismo s construy una hegemona que se sostuvo desde 2003. Lleg con un 22% y desde el poder consolid esa hegemona cultural hasta 2011, cuando Cristina gan con el 54%. Despus de eso, empez a notarse el declive.

Algo interesante es que en los tres casos que analizamos—y lo mismo pasa con Macri—la cada comienza en un momento donde parece que lo tienen todo ganado.Menem, en 1995, gana su segunda presidencia con el 50% de los votos, y despus empieza a caer. Cristina, en 2011, con el 54%, y despus su hegemona empieza a debilitarse.

Todas las oposiciones a esos momentos de hegemona eran oposiciones muy fragmentadas.Una caracterstica del perodo previo al declive de una hegemona cultural y poltica es la dispersin de la oposicin. En 2011 no haba una oposicin clara, en 1995 tampoco.

El caso del macrismo es interesante. Su hegemona cultural dur desde 2015 hasta 2021. En 2021, Juntos por el Cambio sac el 40% de los votos, todava conservaba su peso. Se daba por hecho que Larreta iba a sostener esa hegemona cultural. En ese momento, el kirchnerismo sac algo as como el 20%, y no haba una oposicin fuerte al macrismo, que pareca consolidada.

Poco despus, Milei termina destruyendo a su principal adversario, que no fue Massa, sino el PRO.Contrariamente a lo que se suele creer, Milei le gan a Massa, pero para convertirse en el ncleo de una nueva hegemona cultural tuvo que desbancar al PRO.

Y lo desarm completamente. Hoy, ninguna de las dos grandes lneas del PRO sigue dentro del partido. Patricia Bullrich se convirti en la referente de la alianza con Milei. Horacio Rodrguez Larreta va a jugar de forma independiente.

Todos los espacios polticos tradicionales estn en un momento de fragmentacin y crisis. Por eso, 2025 va a ser un momento clave.Milei va a hacer una buena eleccin y la oposicin va a seguir dispersa. Estamos en un momento de fragmentacin. Hay que entender eso.

—Cunto va a durar la hegemona cultural de Milei?

—Si miramos antecedentes, el kirchnerismo dur ocho aos, el macrismo, seis, Menem, seis y Alfonsn, cuatro. Pero esa respuesta todava no est cerrada, porque es un proceso que construye la gente. Es un fenmeno colectivo que se va formando con el tiempo.

Tiene que ver, sobre todo, con cmo las personas lo sienten, en especial quienes van cambiando de opinin o de voto. Hoy, ms que nunca, hay un porcentaje importante de personas que cambian. Tambin existen ncleos duros, intensos, ruidosos. El ncleo milesta es muy activo, sobre todo en redes sociales, y muchas veces agresivo, pero no representa la totalidad del voto a Milei. Puede ser 25%, pero no el 56% que lo vot.

El resto es un electorado ms voltil, engran parte de clase media, que busca distintos horizontes segn lo que siente y lo que deja de sentir.Son esas personas las que terminan definiendo.

El ncleo milesta es muy activo, sobre todo en redes sociales, y muchas veces agresivo, pero no representa la totalidad del voto a Milei.

—En qu medida la falta de una oposicin clara fortalece o debilita a Milei?

Cuanto ms fragmentada est la oposicin, ms fuerte va a ser la cada de Milei despus. Es lo contrario de lo que se suele pensar. Hoy, periodistas, el crculo rojo, editorialistas repiten que «se tienen que juntar todos». Para m, es al revs.Lo que ms debilita al gobierno es que no haya una oposicin clara.

Si hubiera alguien que realmente se opusiera y lograra concentrar a toda la oposicin, eso mantendra ms alta la imagen de Milei y aumentara sus posibilidades de mantenerse en el poder. Es exactamente lo contrario de lo que muchos creen.

—Qu pasa despus de la fragmentacin?

—La verdad es que la debacle de una hegemona cultural no sucede antes, sino despus. Siempre viene despus de ganar una eleccin y de que, del otro lado, haya fragmentacin. Y ah es cuando va a empezar a aparecer la debacle de Milei: cuando parezca que lo domina todo. No antes, sino despus de un triunfo considerable y en un contexto donde la oposicin siga dividida. Ah empieza su desgaste, porque hay algo del sentir de los argentinos que es clave para entender la dinmica poltica.

Los argentinos son profundamente democrticos. Desde Alfonsn, desde 1983, el mayor logro de Alfonsn fue instalar en el sentimiento colectivo un valor afectivo muy fuerte: la democracia. Ms all de su fracaso econmico al final de su gobierno, dej un legado democrtico que se consolid con el tiempo. Al punto de que, en el ltimo estudio de opinin de Latinobarmetro, que mide las tendencias en toda Amrica Latina, los argentinos resultaron ser los ciudadanos que ms apoyan la democracia. En Argentina, la democracia es un valor muy arraigado: el 75% de la poblacin la respalda.

Los argentinos son profundamente democrticos y, al mismo tiempo, antihegemnicos. Cuando perciben que alguien domina la escena de manera total, empiezan a volverse en contra. Por eso es tan difcil estabilizar el poder poltico en Argentina: hay un rechazo fuerte a cualquier intento de hegemona. Es una de las razones por las que hubo tanto rechazo al kirchnerismo en determinado momento.

Cuando el kirchnerismo quiso volverse hegemnico, quiso imponer una forma de pensar, quiso definir los trminos del debate poltico, choc con ese rechazo natural. Hubo una sensacin de que el Estado quera ubicarse como un actor dominante, con un discurso nico, y eso gener una resistencia fuerte.

alfonsin triunfo
«El mayor logro de Alfonsn fue instalar en el sentimiento colectivo un valor afectivo muy fuerte: la democracia», detalla Lutzky.

—Con la moderacin se puede construir una nueva hegemona?

—Ms que moderacin,el prximo liderazgo va a tener que ser muy firme en el respeto a las leyes, en el respeto a las normas, en no permitir ataques personales ni a la prensa. Ms que un liderazgo moderado, va a ser necesario uno con una fuerza que hasta ahora los sectores moderados no tuvieron.

Pensaba en las elecciones en Francia, por ejemplo, cuando hubo riesgo de que gane la extrema derecha y se arm un cordn sanitario. Aunque ese frente lo encabez Macron, que no era precisamente de izquierda, logr impedir que la extrema derecha se quedara con la Asamblea. Otro caso son las elecciones recientes en Alemania, donde gan una derecha republicana que incluso critic fuertemente a Milei y dej en claro que jams hara una alianza con la AfD.

Algo de eso es necesario. Lo mismo pas con Lula en Brasil: para ganarle a Bolsonaro, en la ltima eleccin construy una serie de alianzas, incluso con figuras que haban estado muy enfrentadas a l en el pasado.

Se necesita otra cultura poltica, otro sistema que sea ms equilibrado, ms estable. No lo llamara moderado, porque va a tener que tener fuerza, va a necesitar potencia. Pero s va a ser un liderazgo que garantice previsibilidad, que respete las leyes y las haga respetar.

—Qu va a llevar a la cada en la imagen de Milei?

—Hay un problema con el rol de la oposicin y con los factores que pueden afectar la imagen de Milei.No creo que la oposicin vaya a ser la responsable de su cada.

Es fundamental que exista una oposicin, que haya sectores que enfrenten al gobierno nacional y que denuncien lo que est haciendo con el Congreso, con su intento de avasallar la Corte Suprema de manera autoritaria, absurda y fuera de las reglas de la Constitucin.

Pero, en mi opinin, lo que en algn momento va a hacer caer a Milei, o al menos a su imagen, va a ser l mismo.

La oposicin tiene que construir una alternativa de cara al futuro. Pero la gente no va a elegir esa alternativa simplemente porque exista; va a elegirla cuando se canse de Milei.

El problema con algunas expresiones de la oposicin, incluso aquellas que fueron muy fuertes—como la marcha universitaria y otras movilizaciones que tuvieron un gran respaldo, incluso de votantes de Milei—es que, cuando evocan discursos o imgenes del pasado, pierden impacto. Si el mensaje suena demasiado cercano al kirchnerismo o incluso al macrismo de otra poca, pierde potencia y le hace menos dao a Milei.

—Milei se sostiene en gran parte por el rechazo al pasado. Hasta qu punto eso le sirve y cundo puede empezar a agotarse?

—Lo que sostiene a Milei es el pasado, efectivamente: no volver atrs. Y el problema no es que no haya alternativas.

Aunque haya una alternativa, primero la imagen de Milei tiene que caer, porque, si no, no va a existir ninguna alternativa real. Para que eso ocurra, tiene que darse una serie de factores que dependen ms de l y de su relacin con la gente que de la aparicin de una figura iluminada que diga algo y genere, por s sola, un rechazo masivo.

La gente no va a estar en contra de Milei porque alguien lo critique, sino por un proceso interno de la misma opinin pblica. Ese proceso se va a ir gestando en la medida en que se perciba que Milei quiere convertirse en una especie de monarca, que esa idea se instale en la sociedad, que se haga evidente y que la gente no est de acuerdo. Ah las cosas van a empezar a cambiar. Va a ser un proceso inevitable.

Lo que sostiene a Milei es el pasado, efectivamente: no volver atrs.

Qu seales pueden marcar el desgaste del apoyo a Milei?

—La gente no vota a un presidente para que haga lo que l cree correcto, sino para que haga lo queellos creen que hay que hacer. Y qu pasa con eso?Empiezan a aparecer ciertas decisiones y declaraciones de Milei que no coinciden con las razones por las que la gente lo vot.Y eso se nota ms que nunca.

Por ejemplo, la gente no peda que le sacaran plata a las universidades ni que se redujera el presupuesto de los jubilados. Tampoco que se agravara la situacin econmica de los sectores ms vulnerables ni que se atacara constantemente a todos los que piensan distinto. La gente quera otras cosas: que reforme el Estado, que elimine los oquis, que recorte el gasto poltico, pero no que el ajuste recaiga sobre los jubilados, la educacin o las tarifas.

Muchos de los que votaron a Milei lo hicieron con esa expectativa. Y a medida que su gobierno se va asentando y concentrando ms poder, esas diferencias empiezan a volverse ms evidentes.

El principal enemigo de Milei es Milei mismo.Porque cuanto ms desarrolle su programa, ms gente va a decir: «Esto no es por lo que lo vot. A m me gusta la idea del equilibrio fiscal, me parece bien que el pas viva con lo suyo, pero no quiero que eso lo paguen los jubilados, la educacin o los servicios pblicos».

Y la acumulacin de esas contradicciones va a hacer que, tarde o temprano, la gente empiece a percibir que esa sensacin inicial de novedad y cambio, esa idea de romper con todo lo anterior para construir algo distinto, no se est cumpliendo.

—Cres que el escndalo de las criptomonedas puede afectar su narrativa de lucha contra la casta?

—A los que lo apoyan no les gust nada, pero siguen respaldndolo. Las cosas se acumulan. El cambio en la percepcin de un gobierno no suele darse por un solo hecho, sino por una cadena de acontecimientos a lo largo del tiempo. Como decamos antes, tiene mucho que ver con el amor.La acumulacin es clave. Es fundamental observar los procesos en el tiempo y no como hechos aislados.

—Cuando la gente deje de creer en Milei, qu viene despus?

—Vuelve la angustia. Y vamos a atravesar un tiempo de incertidumbre que no va a poder ser llenado automticamente por una alternativa o por un lder, pero que, tarde o temprano, va a desembocar en alguna salida.

El principal enemigo de Milei es Milei mismo.

—La prdida de confianza en un lder poltico funciona de manera similar a la decepcin en una relacin amorosa?

—Claro, muchas veces en una relacin se le da tiempo al otro. Se piensa: «Me la banco porque me gusta, porque la quiero. No quiero soltar.»

Durante un tiempo, ese «me la banco porque la quiero» va a funcionar. Pero no va a ser eterno. En algn momento se dice: «Bueno, esto ya no me gusta ms.»

No produce ms la sensacin que generaba al principio. En trminos de una pareja; posiblemente eso se exprese de alguna manera, ya sea en una votacin, en una encuesta, en algn indicador. Y cuando eso empiece a manifestarse, ah va a arrancar un momento tumultuoso.

—Qu lleva al agotamiento?

—Lo que provoca el agotamiento es el tiempo, la permanencia en el tiempo de algo que no gusta. Porque se puede tolerar un tiempo algo que no nos gusta. Pero cuando eso se mantiene durante dos, tres, cuatro aos, empieza a aparecer la sensacin de que quizs se puede elegir otro destino.

Pero no antes de que se produzca esa especie de alquimia interna en las sensaciones. Es el tiempo, porque una pareja no se rompe de un da para el otro.

—Milei puede llegar fortalecido a 2027 o su hegemona se va a desgastar antes?

—Quizs le pueda ir bien en 2027, es una incgnita.Yo creo que le va a ir bien en 2025. En 2027 todava no est definido. Puede pasar que le vaya bien. No es imposible.

—Milei apunta constantemente contra figuras como Lousteau y Pullaro. Es una estrategia para frenar el crecimiento del extremo centro como alternativa?

—Efectivamente, es un poco la mentalidad del fascista.El fascista a veces puede respetar al guerrillero que se le opone, pero no respeta al democrtico de centro, al que considera tibio. Esa es la mentalidad del fascista.

—Cul es el mayor enemigo del fascista?

El tibio. Argentina tiene un componente no autoritario muy fuerte en la sociedad, una mayora que no quiere violencia. Sobre todo despus de la recuperacin de la democracia. Ese fue el legado del alfonsinismo: logr instalar en el sentimiento colectivo el amor por la democracia y el rechazo a la violencia. Y eso est muy arraigado en la gente. Contra eso no va a poder.

Por eso, a veces, hay que entender que el voto a Milei y el apoyo a Milei no significan que la gente avale todo lo que l dice. No es que el 56% cree que la homosexualidad est ligada a la pedofilia. No, claro que no.

El tema de la homosexualidad y las diferencias de gnero es algo que la sociedad argentina ya incorpor. El respeto por la diversidad est muy instalado y no creo que eso retroceda.

S puede haber retrocesos en el Estado, porque quienes hoy dominan el Estado representan ese 25% ms intenso de Milei, pero eso no es el 56% del electorado.

Y la Ciudad de Buenos Aires, en particular, es bastante progresista en ese sentido. Hay un progresismo fuerte en la Ciudad.

—Las encuestas ubican a La Libertad Avanza primera o segunda en la Ciudad. Cmo se explica ese nivel de apoyo en un distrito histricamente progresista?

—No se va a saber con certeza hasta el 18 de mayo.Si sale primera, va a obtener alrededor de 25 a 28 puntos, que tampoco es tanto.Hay otro 70% que no piensa lo mismo.

Lo que pasa es que es una poca de fragmentacin. La oposicin est muy dividida, y eso no necesariamente es algo negativo. Es parte inevitable del proceso.

—Esta fragmentacin puede terminar beneficiando a Leandro Santoro?

En la Ciudad, el peronismo rara vez super el 24%. La fragmentacin podra beneficiarlo, pero no creo que eso pase en la eleccin a senador, por ejemplo. Ah, el que salga segundo se lleva la banca. Porque la eleccin a senador va a ser despus de la eleccin en la Ciudad. Primero, en mayo, va a haber una eleccin de legisladores porteos, centrada en la Ciudad. Y despus, una eleccin nacional donde se van a jugar las cartas de otra manera. Son dos elecciones muy distintas.

—En abril hay primarias en Santa Fe. Qu se juega en esa eleccin y qu puede marcar de cara a lo que viene?

—Van a ser interesantes. Ese test va a ser clave, porque ah vamos a ver cunto saca Maximiliano Pullaro y cunto saca La Libertad Avanza.

—Puede ganar Pullaro?

—S, puede ganar.Yo creo que va a ganar. Pullaro est muy bien. Adems, la alianza que logr es amplia y supo mantenerla. Hay muchos partidos: radicalismo, socialismo, el PRO.

Asimismo, Pullaro ha logrado romper con varios estereotipos. Desde invitar a Santoro, abrazarlo como si fueran amigos y aparecer con l, hasta incluir al PRO y sentarse con dirigentes de distintos espacios, incluso elogiar a Patricia Bullrich. Ha roto con varios estereotipos.

Todo eso hace de Pullaro un personaje interesante. Por lo nuevo, por lo distinto, por su perfil de trabajador y por la alianza que logr, que es bastante particular. Segn cmo salgan las elecciones, se ver si tiene margen para impulsar la reeleccin del gobernador.

Pullaro, adems, tiene una imagen muy alta. De todos los gobernadores argentinos, a veces aparece primero en los rankings de imagen.

A su vez, fue ministro de Seguridad del socialismo. Es decir, siendo radical, ocup el Ministerio de Seguridad en el gobierno socialista de Lifschitz. Todo eso lo convierte en un personaje interesante.

La UCR hace valer sus triunfos en las provincias y desafa al tndem  Macri-Bullrich | El nuevo mapa de poder al interior de Juntos por el Cambio  | Pgina|12
«Pullaro construy una alianza diversa y se posiciona como un dirigente con alta imagen en la provincia», sostiene Daniel Lutzky.

—Qu impacto pueden tener los resultados de las elecciones provinciales en el escenario nacional?

—Lo nacional va a estar determinado por otros procesos, otros tiempos, otros momentos. Y hay algo que pocos polticos, periodistas y medios de comunicacin entienden: es un proceso que depende de la gente.

No depende de que un medio de comunicacin o un poltico diga tal o cual cosa, haga tal o cual movimiento. Depende de la gente misma. De cmo va pensando, evolucionando, cambiando. De cmo toma datos de la realidad y los digiere a su manera. Eso que llamamos cultura o hegemona cultural depende de cmo las personas vayan procesando las cosas.

El poder, en el fondo, lo tiene la gente. Y esa evolucin,por ms que el Gordo Dan en Twitter publique cosas, no va a depender de l. Ni deClarn, ni deLa Nacin, ni de nadie. Sino de esa evolucin absolutamente propia.

—Mencionaste que Argentina vive en un loop temporal, repitiendo ciclos. Ves algo en la actualidad que te haga pensar que podramos salir de esa repeticin?

—No creo que podamos salir de esa repeticin. Soy pesimista al respecto. Para eso se necesitara que Argentina crezca sostenidamente a nivel econmico, y eso no parece estar ocurriendo.

Por distintas razones, ningn gobierno produjo un cambio estructural en el sistema productivo que le permita al pas tener un crecimiento propio y salir de estos ciclos.En el fondo, son las crisis econmicas las que motorizan este vaivn entre diferentes culturas polticas: la fase populista, la autoritaria o de reconstruccin de autoridad y la fase institucional. Esta etapa es claramente de autoritarismo.

—Milei, en su discurso, plantea una visin que est por fuera de la democracia?

—S. Pero creo que el sistema no le va a permitir salirse totalmente de los mrgenes democrticos. No va a ocurrir. Algo similar pasa con Trump. Hay lmites.

—Milei necesita tensin constante para sostener su liderazgo. Qu pasa si esa tensin se disuelve? Cmo reaccionara su electorado si en algn momento no hubiera un enemigo claro contra el cual pelear?

—Le hace poco una nota de un consultor norteamericano que le sugera a los demcratas quelo mejor que podan hacer frente a Trump era algo que en este momento parece difcil: hacer lo menos posible.

Y no lo deca en sentido negativo. Sostena quelo importante era que se viera lo que hace Trump, que no se tapara con internas o peleas de la oposicin, sino que quedara claro lo que hace, los efectos de sus acciones, y que la atencin no estuviera puesta en las crticas o en lo que se dice sobre l, sino en lo que realmente ocurre.

Es necesario un perodo de serenidad por parte de la oposicin, en el que la sociedad pueda observar lo que hace el gobierno, donde la atencin se concentre en las consecuencias de sus decisiones y no en si alguien de la oposicin le responde o no.

Trump y Milei | Qu puede ganar Milei, el primer presidente extranjero en  reunirse con Trump, con el regreso del republicano a la Casa Blanca - BBC  News Mundo
«Milei necesita tensin constante para sostener su liderazgo. Si la oposicin deja de responderle, la atencin va a centrarse en sus propias acciones y sus consecuencias», asevera Lutzky.

—Quin puede ocupar el lugar de alternativa a Milei?

—Todava no estn dadas las condiciones para que surja una alternativa a Milei. En este momento, nadie. No hay nadie que pueda recrear una creencia nueva, una cultura poltica que reemplace con xito la de los libertarios. Pero en algn momento alguien va a aparecer.

Por ejemplo, el caso de Kicillof es interesante. Ahora plantea un movimiento que se llama «Derecho al futuro». El problema es que el futuro no se construye solo con palabras. As como la «nueva cancin» de Kicillof nunca lleg a consolidarse, tampoco existe todava un movimiento slido que proyecte el futuro.

Para eso, primero tendra que haber una base real de clase media que est buscando una alternativa. Cuando alguien no desea algo, es intil intentar vendrselo. No importa qu le digas, la persona no est buscando otra cosa todava. Cuando empiece a buscarla, va a ser otro momento. Ah habr que pensar distinto.

—El poder hegemnico en Argentina siempre termina debilitndose?

—Fijate que Macri, despus de ganar en 2017 con casi el 40%, tuvo momentos muy exitosos, como el G20, que reuni a todos los mandatarios en Argentina. Dominaba el escenario completamente. Y pocos meses despus empez a caer de manera estrepitosa.

Cristina sac el 54% en 2011, pareca indestructible. Y en 2013 ya estaba en cada.En Argentina, cuanto ms hegemnico parece un lder, ms fuerte es la cada despus.

CFK en Plaza de Mayo: 10 de diciembre de 2011 | Cristina Fernandez de  Kirchner
«En Argentina, cuanto ms hegemnico parece un lder, ms fuerte es la cada despus», concluye el politlogo Daniel Lutzky.

Redacción

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