Su locuacidad confirma el apellido. Más coloquial que su padre Rafael -ex canciller- o su tío Marcelo -entrenador de fútbol-, Laureano Bielsa (33) también habla de manera apasionada. No lo hace de política internacional o de la pelota sino de las nuevas tecnologías. Abogado especialista en finanzas, asume la compleja tarea de modernizar al Partido Justicialista desde «criptoperonismo«, una comunidad que creó en 2021, y califica de estafa el escándalo de $Libra, en el que está involucrado Javier Milei.
La verborragia informal no es la única diferencia con parte de su familia. No nació en Rosario sino en Buenos Aires y no es hincha de Newell’s Old Boys. Padeció el fútbol porque le tocó vivir el fanatismo de su padre en la tribuna popular a las trompadas cuando criticaban a su tío. En el primario, en la coqueta en Recoleta recuerda haber sufrido la eliminación de la Selección que comandaba Marcelo Bielsa en el Mundial de Corea y Japón 2002. «Todos me preguntaban, todos me decían, todos opinaban, y yo repetía que no me importaba. Quedé traumado para siempre», comenta a Clarín entre risas.
Su amor por el fútbol en cambio se forjó como empleado en el Juzgado Federal del ex juez Claudio Bonadio -uno de los más cuestionados por el kirchnerismo-. Pragmático, si trabajaba tres años en el Poder Judicial podía solicitar la eximición del Práctico Profesional en la Facultad de Derecho de la UBA. Cumplió tres años y un mes en ese juzgado y renunció, pero antes sus compañeros de los tribunales lo hicieron hincha de Boca. Aunque su verdadera pasión brota en la política y en las nuevas tecnologías.
Arrancó a militar en el partido Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y en 2015 fue elegido comunero en la Comuna 2 de la Ciudad, que abarca a Recoleta y el barrio Saldías -contiguo al Barrio 31-. «Soy kirchnerista de toda la vida, pero siempre fui contrera y nunca me gustó sumarme al mainstream, por lo que no estuve en La Cámpora. Como no encontraba mucho futuro en Nuevo Encuentro me pasé directamente al PJ y armé una agrupación que se llama ‘Grupo Bicentenario’. Y desde ahí renové la banca de comunero en Recoleta», repasa.
Hay una similitud con su padre Rafael, ex canciller entre 2003 y 2005. Mediante el diálogo se las arregló para llevarse bien siendo el único comunero peronista en Recoleta durante ocho años. También comparte el interés por la política internacional. Lo llevó a asistir a las reuniones que su padre organizaba en la Corporación América, la firma de Eduardo Eurnekian y que Rafael Bielsa presidió.
Las charlas para jóvenes de la agrupación Bicentenario eran sobre política internacional: el triángulo sojero de Eritrea en África, o el conflicto de las Islas Spratly en el mar de China. Pero esos viernes a la tarde también había invitados: uno fue el economista Javier Milei, por entonces empleado de la corporación, para hablar de la escuela austríaca.
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Para 2023, Laureano Bielsa fue candidato a diputado nacional de Unión por la Patria en la Ciudad. Pidió y ganó ese lugar en la lista por haber creado antes «criptoperonismo», un espacio para modernizar al Partido Justicialista en nuevas tecnologías. Tras quedar afuera del Congreso, ayudó a fundar una entidad que se llama Epica (Cámara de Empresas Pymes de la Industria del Conocimiento Argentino). Ahora integra el proyecto «Potencia Argentina», una asociación civil que recibe fondos del sector tecnológico para capacitar líderes de todos los partidos políticos en tecnología y humanismo entre otras cosas.
Por ese conocimiento fue invitado esta semana al Congreso para hablar del escándalo cripto de $Libra y fue duro con el Presidente: «La estafa tiene tres componentes. La existencia de un engaño que se configura cuando hay una promesa de valor que es financiar empresas y un instrumento no idóneo para eso, no había dentro de la funcionalidad de la criptomoneda $Libra una opción de analizar proyectos. Era una herramienta que no estaba capacitada técnicamente para hacer lo que prometía. Tiene que haber una disposición patrimonial, una desapoderación del patrimonio de la víctimas que fu cuando compraron la criptomoneda. Y un menoscabo patrimonial que se configura cuando la gente va a cambiar su moneda y la plata no está«.
«Acá está claro que Milei efectúa el engaño, pero lo que no está claro es si hay una autoría mediata, a través de Milei, y eso va a ser responsabilidad de la Justicia, que es la única que va a poder acceder al 100% de la información. Acá el problema no es la tecnología sino los estafadores», sostuvo Laureano Bielsa.
Ahora, en una entrevista con Clarín, les pide a los diputados, senadores y dirigentes de la oposición, especialmente del peronismo, que no caigan en la comodidad de la chicana al Gobierno por el escándalo y pregunten para no afectar a toda una industria que tiene potencial en el país. También asegura que en los barrios le dicen «que no quieren ir a mulear a una fábrica» y que «la iconografía peronista clásica no representa más lo que siente la gente».
-¿Qué es criptoperonismo?
-Es una comunidad que armé en 2021, después de un año de estudiar el tema, caminar la industria y ver lo que estaba pasando. Entendí que había algo ahí que que iba más allá de las criptomonedas, una movida cultural detrás de todo ese fenómeno y que el peronismo tenía que meterse en ese tema: tecnología. Le pusimos «criptoperonismo» porque como marca es muy llamativo. Fue la primera vez que apliqué marketing a un proyecto político que armé. El objetivo era construir una red de gente del palo que le interesaran las nuevas tecnologías, bajo la tesis de que en el peronismo hay mucho capital intelectual y tecnológico desaprovechado, desorganizado.
-¿Por qué?
-Básicamente porque el peronismo como movimiento no lo entiende todavía como una rama importante a construir. Armamos esa comunidad con el objetivo de empezar a juntar esa gente en un mismo grupo. Encontramos mucho talento dentro del peronismo, gente que sabe hacer cosas muy grosas y que anda por ahí suelta. Cuando se enteró se fue acercando. Hoy es un grupo de consulta para mucha gente, que lo usa como un medio para informarse: algunos diputados, referentes. Y nos sirvió sobre todo para tener un lugar donde acumular esas relaciones.
-El asesor de un intendente del conurbano decía sobre lo que pasó con $Libra que los dirigentes no saben cómo funcionan las cripto, qué es blockchain, pero que seguro el PJ iba a sacar un comunicado larguísimo que no leería nadie. ¿Está tan desactualizado el peronismo en nuevas tecnologías?
-100%. Hay un tema de incentivos. Reconozco que para una persona que está en la primera línea de la política, sobre todo si es en un cargo ejecutivo, es difícil crearse las condiciones para aprender un tema complejo por muchas razones. No lo justifico, pero lo interpreto de esa manera. Por eso me estoy enfocando y desarrollé un producto que básicamente es un curso de capacitación en blockchain para tomadores de decisiones y se lo estoy llevando desde hace ya un año y pico a distintos diputados y con algunos hicimos esa capacitación.
-¿Y con los intendentes?
-Hemos ido a ver intendentes y cuesta más que se animen a aprender. Aprender es incómodo, requiere también poder decir: «Che, esto no lo entiendo, explicámelo de vuelta». Cuando estás en un lugar de primera línea, sobre todo por la concepción cultural que hay en el peronismo del liderazgo, que es ese líder medio macho, proveedor, que siempre tiene que saber todo de todo, que para mí no va más, pero hay muchos compañeros que están chipeados en esa lógica. Y con esos compañeros me alcanza con que cuando no entienden me pregunten. No pretendo que sepan, sí pretendo que no hagan cagada y no actúen sin saber, básicamente porque pueden terminar como Milei. Sin darse cuenta, por no entender de qué va la tecnología, pueden terminar pegándose un tiro en el pie.
-¿Con la tecnología blockchain se puede eliminar la corrupción de la obra pública?
-Sí, yo tengo ese sueño. Si vos pudieras cada fase de una licitación pasarla por un contrato inteligente, la corrupción se volvería mucho más difícil de llevar a cabo y mucho más fácil de juzgar. Obviamente hecha la ley, hecha la trampa. Algún vivo dirá: «Las coimas no se pagan nunca por transferencia bancaria». Pero sí sería más difícil que ese contratista, por ejemplo, lograra que le aprueben el siguiente paso de la licitación y la siguiente partida presupuestaria si no está terminada la fase anterior de la obra. Hay un conjunto de empresas que brindan un servicio muy importante, que son los oráculos, que son los que otorgan información del mundo real para que luego quede en la blockchain. Hay una discusión muy interesante sobre quiénes podrían oficiar de oráculo en cada caso. En este caso los sindicatos, las universidades, podrían ser oráculos que cuando hay una licitación, una obra muy importante que están estipulados los pasos y antes de dar la plata para el paso dos, que vaya un oráculo a verificar que esté la obra. Todo lo que pasa en la blockchain es escrutable.
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-Si para la mayoría de la sociedad hay un desconocimiento de lo que es el mundo cripto, ¿esto que pasó con Milei genera más prejuicio?
-Sí. Lo que me preocupa es que hay una industria que tiene decenas de empresas que representan miles de puesto de trabajo, de muy alto valor en el país, que es una industria muy competitiva basada en blockchain, que pelea mucho contra el prejuicio que hay contra las estafas de los ponzis y las criptomonedas, y ellos no tienen nada que ver y creo que esto los afecta mucho. Por eso les pedí a los diputados en la Cámara que tengan una actitud humana para con las víctimas que perdieron plata y que salgan a defender a la industria, que salgan a separar la paja del trigo. Que no caigan en el lugar de comodidad, de decir «Esto es todo un ponzi» para no tener ellos que hacer el esfuerzo de aprender. También eso lo veo: «Ah, vieron que esto era todo una cagada». No, no es todo una cagada, es un muy mal uso que se hizo a una escala gigante de esta tecnología, pero eso no te exime a vos de capacitarte y de entender, porque puede haber otro problema y vos vas a creer que es lo mismo y no es lo mismo, va a ser seguro distinto.
-¿Se usa como chicana político partidaria sin entender?
-Yo creo eso y estoy profundamente en contra de que los representantes del pueblo aprovechen esta situación para beneficiarse ellos sin hacer un esfuerzo, sin aprender, sin entender de qué va esto y sin intentar resolver el problema de fondo. El electorado está migrando sus preferencias hacia este lugar. Todos tenemos un Boca-River, pero cuando vienen los quilombos no nos importa tanto quién es el nuestro sino quién está resolviendo el problema. Me parece que eso cambió y creo que es momento de que los líderes políticos tomen nota.
-¿El peronismo perdió con la derecha la conversación de las nuevas tecnologías, cripto, blockchain?
-Al menos desde 2015, que es el primer hecho en el que tengo recolección concreta de esto, diría que sí. En 2015, fue Macri con el big data, Cambridge Analytica, muy cuestionado. Después pasó de largo porque no hubo nadie que supiera del tema y dijera: «Che, ¿qué hiciste con esto, hermano?». Después Milei en 2023 con TikTok. Y ahora tenemos esto que nos pasa por al lado, y ni idea. En inteligencia artificial hay muchísimos avances y también nos estamos quedando medio atrás. Siento que a veces el peronismo no logra salir de decir: «Uh, la inteligencia artificial va a ir en contra del trabajo». Sos un boludo porque en realidad no es así. Vos podés usar cualquier tecnología para mejorar tu vida de dos maneras: aprendés a usar una tecnología nueva y eso te permite acceder a un trabajo nuevo que antes no tenías, o bien aprendés a usar una tecnología y eso te permite hacer el mismo trabajo que ya tenías en menos tiempo. Eso también es una forma de mejorar tu calidad de vida.
-¿Hay un prejuicio del peronismo con la nueva tecnología?
-Sin duda hay un prejuicio y, sobre todo, creo que hay un lugar de comodidad de querer seguir repitiendo una misma doctrina que funcionó muy bien todo el siglo pasado. La fábrica, el trabajo registrado, los trabajadores con overol, con las camisas y los pechos cuadrados grandes de la iconografía peronista clásica que no representa más lo que siente la gente. En los barrios los pibes me dicen: «No quiero ir a mulear una fábrica». Sienten que van a mulear, no sienten que vayan a progresar a una fábrica. No se puede discutir más. Puede ser un trabajo que te sea mejor que no tener nada si estás en la marginalidad total, pero no estás ilusionando a nadie con eso. Estás hablando de un ideal que no existe. Hablá de laburar con la compu, de trabajar de tu casa, de ganar en divisas, de hacer música, de ser influencer, hablemos de eso, de lo bueno y de lo malo, de los límites, no podemos ser todos influencers. Creo que lo que más afecta de nuestra parte es que todo el tiempo estamos parados en contra. Es como que cada vez que aparece algo nuevo, el peronismo lo primero que dice es: «No, está mal».
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-¿Reconocés algún dirigente del peronismo que esté más familiarizado con la nueva tecnología?
-(Juan) Grabois. Está muy interiorizado y eso es algo que a mí me da mucha satisfacción. Él tiene un pasado tech. Laburó en una empresa de informática en los ’90 y se nota en las intervenciones que hace. Cuando alguien te dice: «¿Qué bitcoins me recomendás comprar?», te das cuenta que no sabe de blockchain, no sabe tecnología, no es lo mismo. El Bitcoin es una criptomoneda y no es lo mismo que las criptomonedas. Grabois lo entiende perfecto y me da la impresión, por cómo se mueven, de que son los que mejor entendieron esto. Fueron los primeros que salieron a plantear que hay que hacer una demanda colectiva, que hay que salir a darle patrocinio jurídico a las víctimas, fueron los primeros en separar la estafa como tal de la tecnología subyacente. También Ariel Sujarchuk, intendente de Escobar, que fue secretario de Economía del Conocimiento. Hay un par.
-¿En el Gobierno de Alberto Fernández hubo posibilidades de desarrollar estas nuevas tecnologías?
-No, fue muy difícil. Todo en el gobierno Alberto Fernández quedó atrapado en la baba del no hacer. Todo quedaba como en una cronoterapia de tratarlo con el paso del tiempo, entonces hubo muchos momentos y muchas intentonas que no quedaron en absolutamente nada, básicamente. Y a mí eso me frustró muchísimo. Hay una cosa muy humana, que es que el liderazgo irradia su imagen y semejanza hacia abajo y lo que fue Alberto como presidente fue su Gobierno. La única preocupación de Alberto fue mantener los equilibrios internos de la coalición de Gobierno, lo cual es ridículo. Es ridículo gobernar para la coalición de Gobierno y no para la gente. Y encima le salió mal porque terminaron todos odiándolo igual.
-¿Desde el Estado, ya sea en provincias o municipios, se aplican las nuevas tecnologías?
-Hay una liga de ciudades por la inteligencia artificial, como 10 o 12 ciudades que están metidas. Córdoba capital muy bien laburada, Mendoza, el Polo Tecnológico de La Matanza, también está Tres de febrero. Hay realmente mucho laburo con esto pero por ahora se ven como manchones. Lo que no hay es una política de Estado que englobe. Venía de muchos años de hacer política y de frecuentar los entornos políticos, que son tremendos, porque todas las reuniones arrancan una hora tarde, no hay temario, no hay orden del día. Acá las reuniones arrancan puntual, todos saben el orden del día de antemano, te llega el calendar para que no te olvides. Acá no hay una industria que te cierra la puerta: cuando viene alguien con una duda, no importa qué partido sea, siempre se abren las puertas, siempre se le explica. Me parece que deberíamos aprovecharlo más como sociedad, porque el debate público argentino está todo el tiempo en el barro de la mediocridad.