Tal vez haya pocas ediciones del Oscar en las que se llegue a un día antes de la entrega del premio de la Academia de Hollywood sin tener en boca de todos, especialistas, críticos y cinéfilos, al ganador a la mejor película.
¿Es que ninguna descuella, o el nivel fue muy parejo? ¿Ninguna descuella porque ninguna es excelente, y el nivel es parejo, pero para abajo y no para arriba?
Un año como el que se premió en la edición anterior, que tenía una favorita clara, como Oppenheimer (7 estatuillas sobre 13 nominaciones) no es fácil de repetir. Prácticamente todas las películas candidatas, las 10, eran muy buenas. Pero este domingo 2 de marzo la frutilla del postre, el último de los 23 rubros en anunciarse, parece peleado hasta el final.
Cada cual tendrá su favorita. Pero repasemos cómo comenzó esta “temporada de premios” y cómo estamos ahora, a horas de que el Dolby Theatre, como desde el año 2002, empiece a recibir a los invitados y a los candidatos.

Arranque de temporada de premios
La temporada arrancó con los desprestigiados Globo de Oro, que como saben, desdobla premios para llenar con más estrellas las mesas del salón del hotel Beverly Hilton. Los dramas van por un lado (con sus actores) y las comedias y musicales, por el otro. El brutalista ganó como mejor drama, dirección y actor protagónico (Adrien Brody). Emilia Pérez se llevó una estatuilla más, ya que resultó mejor comedia o musical, filme en lengua no inglesa, actriz de reparto para Zoe Saldaña y canción (El Mal).
No, no pregunten por Anora, porque no ganó en ninguno de los 5 premios a los que aspiraba.
Todo esto fue días ante del anuncio de las candidaturas al Oscar.

Allí, el musical de Jaques Audiard se imponía con sus 13 nominaciones, 3 más que El brutalista. Anora, de Sean Baker, que ganó la Palma de Oro en Cannes, aparecía con 6. Cónclave, de Edward Berger (el verdugo alemán de Argentina, 1985, con Sin novedad en el frente hace dos años) obtenía 8.
Para hacerla corta: con el devenir de los premios (el BAFTA, que entrega la Academia de Cine británica, los Critics Choice Awards -que en un futuro no muy lejano deberían desterrar a los Golden Globe entre los premios de la crítica-, y los de los Sindicatos de directores, productores y actores iban a premiar todo diferente.
Hace muchos años se decía que el Globo de Oro era la antesala del Oscar. La diferencia en el número de votantes se hizo abismal: hoy son alrededor de 100 contra casi 10.000, y ese 1% no significa nada.

Y se suman «Anora» y «Cónclave»
Y es más: como ninguno de los que vota el Globo de Oro vota en los Oscar, no hay representatividad, y, claro, el aval que tienen los miembros de la industria votándose a sí mismos debería dar una idea de por dónde irán los ganadores de la Academia el domingo.
¿Y qué votaron, ya que dijimos que fue todo distinto en cuanto a película? Los Critics Choice y los sindicatos de directores y productores, a Anora. El BAFTA y el Sindicato de actores (que elige el mejor elenco, no la mejor película), a Cónclave…
De todas maneras, como muchas de las premiaciones debieron alterar sus fechas debido a los voraces incendios que azotaron Hollywood y zonas aledañas, sus premios no llegaron a influenciar en los votantes del Oscar. Tanto los Spirit Awards como los SAG (intérpretes) se dieron a conocer después de que cerra la recepción de votos para el Oscar.

O sea que si algún votante quiso guiarse por lo que elegían los actores en esos rubros, no pudo hacerlo. Igual, los triunfos de Timothée Chalamet (Un completo desconocido), Demi Moore (La sustancia), Kieran Culkin (Un dolor real) y Zoe Saldaña (Emilia Pérez) da un pálpito de por dónde irían los ganadores mañana, ya que la masa societaria de actores es la que más miembros tiene entre los de la Academia de Hollywood habilitados para votar.
Los argentinos candidatos
Hay dos argentinos entre los nominados al Oscar, pero no podrá darse lo de dos premios argentinos, porque da la casualidad que competirán entre sí. Son Pablo Helman (cuarta nominación por efectos visuales, este año, por Wicked) y Nelson Sepúlveda-Fauser (segunda, ya que compartió con Helman la de El irlandés; ahora candidato por Alien: Romulus), pero parece que el Oscar se lo lleva otra película, Duna: Parte Dos.
El anfitrión de la gala será el comediante Conan O’Brien, que releva a Jimmy Kimmel. Es otra figura de talk shows nocturnos. Empezó como guionista en programas como Saturday Night Live y Los Simpson, y saltó a la fama 1993, cuando comenzó a conducir Late Night with Conan O’Brien en la cadena NBC.

Como sea, varios de los candidatos se llevarán, si no una estatuilla a sus hogares, una bolsa con regalos.
os 25 nominados de las categorías interpretativas y de dirección de esta edición de los Oscar recibirán un paquete de regalos diversos y exclusivos que van desde una liposucción a productos de lujo para el cuidado de la piel o estadías en resorts exclusivos. Recibirán «una bolsa de regalo de seis cifras (o sea, de un valor superior a los US$ 100.000) destinada a mimar, deleitar e inspirar… independientemente de si se llevan o no a casa esa icónica estatuilla de oro», según el comunicado emitido por Distinctive Assets, la empresa de marketing encargada de estos presentes.
Cyntia Erivo y Ariana Grande tal vez no ganen, pero no se irán con las manos vacías.