
Francesc Bracero
Hay modas pasajeras, como el metaverso que se inventó Mark Zuckerberg –y que nadie usa–, que acaparan la atención en alguna edición del Mobile World Congress (MWC), pero otras llegaron para quedarse. La inteligencia artificial ya estaba muy presente en los últimos dos años, pero impregna mucho más la mayor parte de lo que veremos en el certamen que abre hoy sus puertas en la Fira Gran Via.
El Mobile ha evolucionado mucho desde que llegó a Barcelona en el 2006. Entonces, la industria de la telefonía móvil tenía como gran referente en el mercado de consumo al primer fabricante mundial, Nokia. El iPhone de Apple se presentaría por primera vez un año más tarde y representaría, junto con el sistema Android de Google y el apoyo de firmas como Samsung, la gran revolución de los smartphones.
El Mobile está muy presente en la ciudad porque es imposible sustraerse a la presencia de 100.000 visitantes en cuatro días. Eso se nota en la calle y espacios como los hoteles y los restaurantes, pero el MWC es un entorno dedicado a los profesionales del sector que no puede ser visitado por un público local que puede tener la sensación de que esto es una especie de feria de móviles. Y no es eso, sino mucho más.
Toda la industria mundial de las telecomunicaciones se cita desde hoy en Barcelona para hacer negocio, pero en el Mobile no sólo se mueve dinero, se mueve la evolución y transformación del sector.
Si el motor del MWC es esa maquinaria interior de la industria de las telecomunicaciones en todos sus niveles, no se puede obviar que también es un escaparate. Así que, en menor medida que en las primeras ediciones, muchas compañías se ponen de gala para mostrar en Barcelona sus principales novedades del año. Vamos a ver nuevos móviles de varias marcas, especialmente chinas, pero los móviles ya no lo son todo.
Hace tiempo que los coches –móviles con ruedas– forman parte del paisaje del congreso. También los robots –móviles con piernas y brazos–. Sólo les faltaba el último ingrediente: algo de sabiduría. La IA ya les insufla lo necesario para que sean sirvientes aplicados en el hogar y el trabajo. Atentos a esta nueva industria que se nos va a meter en casa.