Tres meses pasaron desde aquella madrugada del 4 de diciembre cuando el ahora destituido senador Edgardo Kueider fue detenido por autoridades paraguayas en medio de un control en el Puente de la Amistad que une a ese país con Brasil.
Kueider viajaba acompañado por su secretaria Iara Guinsel Costa: al momento de la detención, el exlegislador no quiso explicar el ingreso de más de 210 mil dólares estadounidenses, 640 mil pesos argentinos y casi 4 millones de guaraníes.
Una vez que el exlegislador designó a César Nider Centurión como defensor, la estrategia comenzó a tomar forma: Guinsel Costa quedó en el foco al declarar ante la justicia que el dinero se lo había entregado la firma paraguaya Golden Sur y que estaba destinado para la compra de artículos electrónicos, cosméticos y perfumes.
Sin embargo, y algo que genera mucha sospecha en la justicia paraguaya, es que Kueider hizo media docena de viajes en un año a ese país, de los cuales cinco fueron con Guinsel Costa y en el mismo vehículo, una lujosa camioneta Chevrolet Trailblazer SUV negra, propiedad de Rodolfo González, amigo de Kueider y empleado de la Biblioteca del Congreso.
En su momento, el fiscal Alcides Giménez Zorrilla adelantó que para el caso de tentativa de contrabando de moneda extranjera “el tiempo estimado para investigar o reunir pruebas es de entre cuatro a seis meses”. No obstante, la justicia paraguaya continúa aguardando exhortos dirigidos a la justicia argentina.
Tanto Kueider como su secretaria lograron acceder al arresto domiciliario. Cada uno habita sendos departamentos ubicados en “Tierra Alta del Maestro”, una lujosa torre de Asunción. En tanto, del lado Argentino de la frontera, el escándalo hizo levantar diversas alertas en el poder legislativo y la justicia.
El Senado de la Nación logró concretar la expulsión de Kueider por “inhabilidad moral”. El entrerriano buscó de todas las maneras posibles a través de la justicia en lo contencioso administrativo frenar su destitución y que su banca fuera ocupada, todo esto con un fin: evitar ser desaforado y enfrentar dos causas en libertad, una que tiene en la justicia provincial de Entre Ríos y otra en la federal de San Isidro, ambas son por presunto enriquecimiento ilícito.
Precisamente, la magistrada federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado también lo acusa de lavado de dinero y asociación ilícita; además, pidió la extradición de Kueider y Guinsel Costa. En respuesta, la justicia paraguaya sostuvo mediante exhorto que el planteo de Arroyo Salgado tenía “defectos de forma y de fondo”, por lo que la magistrada amplió los argumentos que respaldan su pedido.
En la justicia provincial entrerriana, tramita un expediente similar a cargo del Juez Edwin Ives Bastián a raíz de la denuncia de Eliseo Blanco, antiguo vecino de Kueider, quien lo denunció en base a una nota periodística que da cuenta que tres departamentos y dos cocheras en un lujoso hotel los cuales aparecen registrados a nombre de la firma Betail, también contemplado en la última declaración jurada del exlegislador.
Arroyo Salgado le reclamó a su par de Concordia que se declare incompetente. Ante el planteo, Bastián le pidió opinión al fiscal José Arias quien sostuvo que “no existen razones materiales ni jurídicas que justifiquen la competencia federal en la materia”. Si bien la vista de Arias no es vinculante a lo que pueda dictaminar el magistrado, este último puede tomarla en cuenta y quedarse con la causa, algo que generaría un conflicto de jurisdicción que podría terminar siendo dirimido por la Corte Suprema.
