Milán celebrará entre los próximos 14 y 16 de mayo la 14.ª edición del Abrils de l’Hospital, un congreso sobre hospitales medievales en el que debutará, por primera vez en el terreno internacional, el histórico espacio del número 21 de la calle de la Palla que se ha rehabilitado para acoger la colección de arte Casacuberta-Marsans. Se trata del antiguo hospital para clérigos de Sant Saver, que se remonta al siglo XV y en el que se exhibe una cuidada muestra de la citada colección, que hasta el momento han podido visitar solo algunos grupos previa solicitud de reserva.
Entrar en el antiguo hospital medieval y visitar la colección es una experiencia que requiere un cierto recogimiento y una voz experta que te guíe. Por eso, uno entiende que no se permita la entrada de forma masiva y no se publicite en el exterior del edificio. De momento, los afortunados han sido grupos de ciudadanos que forman parte de entidades culturales, como el Cercle del Liceu o amigos de los museos, aunque gracias al boca-oído ya se han programado dos visitas en inglés para grupos extranjeros.
Pocas veces un espacio dialoga tan bien con la obra que exhibe y esta entre sí
En Sant Saver es tan importante la calidad de la colección expuesta como el continente. El edificio ha sido sometido a una meticulosa restauración a cargo del despacho Garcés-De Seta-Bonet Arquitectes, especialistas en inmuebles históricos. Pocas veces un espacio dialoga tan bien con la obra que exhibe y esta entre sí. En total, el visitante puede admirar 46 de las 300 obras que conforman la colección propiedad de la familia Casacuberta-Marsans. No se exponen según un orden cronológico, sino que lo que se pretende es impactar en el público con la combinación de estilos y épocas. Así, pinturas del siglo XIV conviven con obras de Ramon Casas, Isidre Nonell o El torero de José Gutiérrez Solana, que, a su vez, combinan con relieves escultóricos, tallas religiosas y un báculo de la abadía de Silos de finales del siglo XII.
Algunas de las piezas de la colección Casacuberta-Marsans en Sant Saver
Àlex Garcia
A pesar de su variedad, no se puede decir que la colección carezca de cierta unidad. Es la que le confiere la cuidada selección de Fernando Casacuberta, permanentemente a la búsqueda de las piezas con singularidad que ha ido adquiriendo. Por ejemplo, destaca una tabla central de un antiguo retablo gótico de Lluís Borrassà con una representación de san Esteban que durante dos siglos se utilizó como puerta de un establo. Se pudo recuperar tras una esmerada restauración en la que se eliminó gran cantidad de excrementos de animales y se reconstruyó el agujero que se le practicó en su día para que sirviera de gatera.
La familia adquirió el edificio en el 2009, después de que fracasara, por fortuna, un intento de convertirlo en hotel de lujo. Sant Saver huye del modelo de turismo masivo y encaja en la nueva estrategia de la ciudad de apostar por la oferta cultural para atraer visitantes. La presencia del antiguo hospital eclesiástico en el congreso de Milán va a ser la primera escala.
