El Ejecutivo avanza con medidas que restringen la libertad de prensa en la Casa Rosada.
En una decisión sin precedentes, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció que las conferencias de prensa en Casa Rosada incorporarán un «botón muteador» para silenciar a los periodistas acreditados cuando él lo considere necesario. Como si esto fuera poco, se implementará una votación en YouTube y redes sociales para decidir qué comunicadores podrán formular preguntas y cuáles serán censurados.
El anuncio, que generó un fuerte repudio en distintos sectores del periodismo, fue acompañado por comentarios burlones desde los despachos oficiales, donde compararon la medida con la dinámica del reality show “Gran Hermano”. En un tono desafiante, Adorni justificó la decisión argumentando que la sala de prensa debe ser «más profesional», aunque la verdadera intención parece ser el control absoluto sobre las preguntas que se formulan en sus conferencias.
El Gobierno se encuentra en el centro de la polémica por la criptomoneda $LIBRA y la denuncia penal contra Karina Milei por presunto cohecho y tráfico de influencias. Ante este escándalo, la administración libertaria parece haber lanzado un «operativo distracción», buscando desviar la atención pública con este insólito ataque a la libertad de prensa.
Como si todo esto fuera poco, Adorni minimizó la gravedad de la censura y afirmó que el botón solo se usará para evitar que «le arranquen el micrófono de la mano» a sus colaboradores. También defendió la implementación de la votación popular para elegir a los periodistas que podrán preguntar, un sistema que podría convertirse en una herramienta de veto contra la prensa crítica del Gobierno.
Desde el inicio de la gestión de La Libertad Avanza, la relación con el periodismo ha sido tensa. Adorni pasó de realizar conferencias diarias a espaciarlas cada vez más, e incluso permitió la participación de influencers afines al oficialismo, quienes luego dejaron de asistir. Ahora, además de implementar censura en las conferencias, el Gobierno trabaja en una resolución que incluirá requisitos adicionales para la prensa acreditada, como la obligatoriedad de estar en relación de dependencia con un medio de comunicación y la imposición de un código de vestimenta formal para los hombres.
Estos ataques a la prensa se suman a los recientes episodios de hostigamiento en el Congreso, donde se impidió a los periodistas acceder a sus lugares históricos en la apertura de sesiones. En su lugar, el gobierno ubicó a diplomáticos en los palcos que tradicionalmente ocupaban los trabajadores de prensa, relegándolos a un pequeño espacio en el tercer piso, donde apenas podían escuchar el discurso presidencial.
Diputados de distintos espacios políticos firmaron un documento denunciando estas restricciones como un atentado contra la libertad de expresión y la Constitución Nacional. Sin embargo, el Gobierno ignoró por completo el reclamo, profundizando su postura de enfrentamiento con el periodismo.