El nuevo rumbo de la política internacional con la asunción de Yamandú Orsi y el nuevo gobierno del Frente Amplio (FA) está generando roces tanto internos como externos, sobre todo con los países que fueron muy cercanos durante la administración de Luis Lacalle Pou; en ese sentido, Paraguay retiró a su candidato a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) con críticas a los países que apoyaron la candidatura de Surinam, incluyendo a Uruguay.
Paraguay retiró el miércoles la candidatura a la secretaría general de la OEA de su canciller, Rubén Ramírez. Así lo confirmó el presidente de ese país, Santiago Peña, que no escatimó en cuestionamientos a sus socios de la región.
«En los últimos días y en forma abrupta e inexplicable el Paraguay fue informado por países amigos de la región, con quienes compartimos un espacio e historia común, que modificaron su compromiso inicial con nuestro país y decidieron no acompañar finalmente la propuesta», lamentó el gobernante en el comunicado a través del cual informó sobre la decisión.
El comentario fue en referencia a que Uruguay, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y República Dominicana anunciaron que apoyarán al canciller de Surinam, Albert Ramdin —que también cuenta con el acompañamiento de la Comunidad del Caribe (Caricom)—, para ser el sucesor del uruguayo Luis Almagro en la dirección de la OEA por cinco años, en las elecciones que se llevarán a cabo el próximo lunes en Washington.
De esta forma y con el retiro de Ramírez, el surinamés Ramdin queda como único aspirante pero cabe la posibilidad de que se presente otro hasta el último minuto. Para conseguir el puesto, necesita al menos 18 votos del bloque, integrado por 34 miembros.
En el comunicado, Peña manifestó que el objetivo de la postulación de Ramírez era «recuperar la relevancia institucional de la OEA por encima de intereses particulares y de ideologías». «En esta visión no cabe la separación de pueblos hermanos por cuestiones ideológicas coyunturales sino por la lucha por los valores, principios e ideales que hacen a nuestro continente tan único», expresó.
La crítica es clara y apunta, principalmente, a los socios de la región, que se alinearon detrás de la candidatura de Ramdin. Las «cuestiones ideológicas coyunturales» mencionadas por Peña señalan también a Uruguay que, con el cambio de gobierno que se efectivizó el pasado 1° de marzo, hizo más evidente la cercanía con Brasil y otros países como Colombia y Chile —algo que se vio claramente en las horas previas a la asunción, tanto con la cumbre virtual sobre fortalecimiento democrático en la que participaron los mandatarios de dichas naciones, como con la cena en la noche del viernes en la residencia del embajador brasileño en Montevideo.
El riesgo de distanciamiento con Paraguay no es tan grande, en tanto hay un objetivo mayor que comparten ambos gobiernos: el de mantener unido el Mercosur y mejorar su funcionamiento sin que ello implique una ruptura. Sin embargo, es el primer roce internacional que tiene el gobierno de Orsi, en una semana marcada también por el cambio de postura respecto del reconocimiento de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela.
González Urrutia buscará revertir el cambio de postura uruguayo
El comando de González Urrutia que, hasta el cambio de gobierno, era reconocido como el presidente legítimo de Venezuela, se contactó con la flamante administración de Orsi con la intención de intentar revertir el cambio de postura del país.
Las declaraciones del canciller Mario Lubetkin generaron revuelo dentro y fuera de las fronteras uruguayas: desde el 1° de marzo, con la asunción de Orsi y la consolidación del nuevo gobierno del Frente Amplio, el país dejó de reconocer a González Urrutia como presidente de Venezuela, posicionamiento que había mantenido firmemente durante la gestión de Lacalle Pou, al punto de ser uno de los aliados más fuertes del continente.
«No reconocemos ni a (Nicolás) Maduro ni al presidente que afirmó haber triunfado según las actas que mostró en internet», afirmó Lubetkin en la entrevista que brindó al diario español El Mundo, y explicó que el gobierno de Orsi tomó esa decisión «en función de cómo se dio el proceso electoral». «Eso no cambia», aseguró, en relación a las dudas que todavía rodean las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo el 28 de julio pasado en Venezuela, las cuales, según el oficialismo de ese país, dieron como ganador al régimen chavista; mientras que, según la oposición, el legítimo ganador fue González Urrutia.
El líder opositor venezolano tomó conocimiento de este cambio de postura por parte del gobierno de Uruguay, pero no lo tomó por sorpresa: «Era algo que nos lo esperábamos», señaló el vocero del dirigente alineado con María Corina Machado, en diálogo con Telenoche. Para ellos se trata de una decisión consecuente con los posicionamientos del Frente Amplio en los últimos meses, que también supusieron roces de todo tipo con la Coalición Republicana durante la transición.
Desde el comando de González Urrutia entienden que quitar el reconocimiento como presidente electo al opositor es incorrecto, pero rescatan el hecho de que ello no haya significado, en contrapartida, el reconocimiento de Nicolás Maduro como autoridad legítima de Venezuela. En ese sentido, tienen esperanza de poder revertir la situación, y para eso iniciaron contactos para lograr un canal formal de diálogo con el gobierno de Orsi.
“Queremos que se reconozca lo que en las urnas el pueblo venezolano nos dio, y para eso necesitamos el apoyo internacional”, dijo el vocero del comando de González Urrutia.
