En un rincón del edificio de la Legislatura de Córdoba, Juan Carlos Torres (66), continúa dedicándose con pasión y destreza al oficio de lustrar zapatos, una labor que ha desempeñado durante la mayor parte de su vida.
Siempre presente durante las sesiones ordinarias, Juan Carlos ofrece sus servicios a clientes habituales y nuevos, desplegando su arsenal de cepillos, pomadas, betún y gamuzas para dejar el calzado impecable.
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Nacido y criado en el barrio San Vicente en 1957, comenzó a lustrar zapatos a los 9 años para ayudar a su madre. Su primer lugar de trabajo fue el ferrocarril Mitre, y a lo largo de los años se desempeñó en la plazoleta San Roque y en varios hoteles y bares de la calle San Jerónimo.
Además de lustrador, también fue ayudante de construcción, pintor, albañil, pelador de papas y empleado del departamento Vía y Obras del ferrocarril Mitre, según contó en una entrevista con el portal de la Legislatura.

A lo largo de los años, el hombre lustró zapatos en diversas instituciones públicas, incluyendo el Ministerio de Desarrollo Social y la vieja Legislatura. En su trayectoria, conoció a exgobernadores de Córdoba como Eduardo Angeloz, Ramón Bautista Mestre y José Manuel de la Sota.
Más allá de su oficio, Juan Carlos es un hombre sociable y afable, un confidente para sus clientes. ”Soy casi como un psicólogo, acá la gente viene y charla conmigo”, confía. Sin embargo, el presente no está exento de desafíos: “Hoy lo malo es que los insumos están caros; es una situación difícil, la plata no alcanza, lo que gano apenas me alcanza para vivir” .
Para afrontar esta coyuntura, también se dedica a limpiar camperas de cuero.

A pesar de las dificultades y los problemas de salud que lo aquejan, Juan Carlos se mantiene firme. “Pese a todo, seguiré trabajando en este oficio que tanto quiero hasta que Dios diga basta”.
Juan Carlos se considera un hombre “de principios”, honesto y respetuoso, valores que aprendió de sus padres.

