El Día Internacional de la Mujer, conocido como 8M, es una jornada de reflexión, lucha y visibilización de las desigualdades de género. Su origen se remonta a principios del siglo XX y desde entonces se ha convertido en un símbolo global de la reivindicación de derechos.
El Día Internacional de la Mujer se conmemora cada 8 de marzo para recordar la lucha histórica por la igualdad de derechos, mejores condiciones laborales y la equidad de género. Durante esta jornada, se realizan marchas, movilizaciones y actividades en todo el mundo, con el objetivo de visibilizar las problemáticas y desigualdades que aún persisten.
El origen del 8M se vincula con una tragedia ocurrida en 1908 en Nueva York, cuando un grupo de trabajadoras textiles de la fábrica Cotton realizó una huelga en reclamo de mejores condiciones laborales y salariales. En respuesta, el dueño de la empresa cerró las puertas del edificio con las mujeres adentro, y un incendio posterior provocó la muerte de 129 trabajadoras. Este hecho impulsó una serie de manifestaciones en diferentes países en defensa de los derechos de las mujeres.
La primera conmemoración oficial se realizó en 1909 en Estados Unidos y, un año después, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, la activista Clara Zetkin propuso establecer un Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En 1977, la ONU oficializó la fecha como el Día Internacional de la Mujer, ampliando su significado a la lucha por la igualdad en todos los ámbitos.
En 2025, el lema global del Día Internacional de la Mujer es «Acelerar la acción», promoviendo medidas urgentes para alcanzar la equidad de género. Según el Foro Económico Mundial, se estima que podrían pasar más de 130 años antes de lograr una igualdad plena en el mundo.
El 8M no es solo un día de conmemoración, sino también una oportunidad para reflexionar sobre los avances y desafíos pendientes en la lucha por la igualdad de género.