Donde era una quema se levanta Cascallares II. La tierra quema, es de quien trabaja y subsiste lejos de cualquier comodidad. Silvia vive allí y sale a Capital Federal para encontrarse con aquellas mujeres que conmemoran luchas. «El derecho que atraviesa a las mujeres en los barrios es el de una vivienda. Hoy puedo tener un pedazo de tierra en Moreno pero estoy acá en la marcha para reclamar frente al gobierno que tenemos hoy».
El lenguaje y discurso oficial de Presidencia antes de la marcha ratificó la perspectiva de odio, que por supuesto invoca a la provocación. Arriba el encuadre institucional es barrer con las diversidades, desconocer los crímenes de género. Abajo, ¿entendemos lo que llamamos territorio y lo que ocurre allí?
«Sin lugar a dudas lo que hacemos día a día es tratar de comer, es lo principal. Trabajamos para poner el plato de comida en la mesa, estamos cansadas pero estoy segura de que el coraje se contagia. Esto que nos pasa nos debe servir para despertarnos, para salir de nuestros lugares de confort y salir a luchar. Con mucho respeto digo que hay que dejar de hacer antropología y vivir los barrios. A veces se habla de lo que no se conoce, el barrio viene de barro y hoy mi casa está inundada. Creo que más que hablar hay que escuchar» propone Silvia.
Lista para seguir marchando, reconociendo el miedo pero enfrentádolo, Silvia reconoce el flagelo que golpea al barrio, a la comunidad: «Lo que atraviesa todo, las relaciones humanas, familiares, sociales, es la droga, el narcotráfico. Nos viene achechando hace mucho tiempo y nadie quiere hablar».