Una expedición del Museo Patagónico de Ciencias Naturales descubrió nuevos restos de esta especie en Paso Córdoba, al sur de General Roca.
En Sudamérica no había mamíferos carnívoros modernos como lobos o felinos; en su lugar, los grandes depredadores eran parientes de las comadrejas y marsupiales. También destacaban los fororracos o “aves del terror”, enormes aves predadoras que habitaron el continente hasta hace 3 millones de años.
Los fororracos tenían un pico alto y ganchudo, patas largas y alas reducidas, lo que les impedía volar. A pesar de su gran tamaño, sus huesos frágiles dificultan su preservación, por lo que aún se sabe poco sobre ellos y cualquier hallazgo es de gran importancia.
Uno de los fororracos más escasos es el Patagorhacos terrificus, descrito en 2015 a partir de un solo fragmento de cráneo. Sin embargo, una expedición del MPCN descubrió nuevos restos de esta especie en Paso Córdoba, al sur de General Roca, en el marco de un proyecto autorizado por @culturarionegro para estudiar la Formación Chichinales.
Los nuevos restos permitieron reconstruir el árbol genealógico de los fororracos y conocer más sobre su evolución. El equipo responsable del estudio está integrado por @federico.agnolin (MACN-CONICET y Fundación Azara), @pablochafrat (FPCN – MPCN) y Gerardo Álvarez-Herrera -@galher1768- (MACN-CONICET).
Hace unos 21 millones de años, durante el Mioceno, la Patagonia era muy distinta. Las planicies estaban salpicadas de bosques con una gran variedad de animales hoy extintos.
Los restos, hallados en capas de 21 millones de años de antigüedad, corresponden a dos individuos y fueron dados a conocer recientemente por un equipo de investigadores del CONICET, el @macn.oficial, la @fundacionazara y el MPCN.
Gracias a su buena preservación, se determinó que Patagorhacos medía 1.5 metros y pesaba unos 50 kg. Sus garras curvadas y huesos esbeltos sugieren que era un veloz depredador que cazaba mediante la velocidad y remataba a sus presas con un picotazo certero, ayudándose luego con las garras de los pies para despedazarlas.
Ilustraciones:
Reconstrucción en vida por Nahuel Vásquez (@chile.saurus)
Reconstrucción del esqueleto por Santiago Miner (@santiagominer)
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