La celebración del mes Piazzolla marplatense se dará en torno a una serie de actividades dedicadas a la música, pero también servirán para mostrar el resultado de un trabajo realizado por el licenciado Leonardo De Angelis en torno a la vida de Mariano Mores durante la década del 70, su relación con Mar del Plata y cómo su familia participaba de eso.
“Me dediqué principalmente a la década del 70. Quería ver qué pasaba con Mariano Mores en ese momento, con su familia, con el espectáculo en la ciudad y cómo se relacionaba todo esto alrededor de Mar del Plata. Claro, por derrame, al final terminé dando cuenta de la gran movida cultural de Mar del Plata en la década del 70, donde ya estaba la Fusa, por ejemplo, o el Café-concert, que era algo muy exitoso”, comienza diciendo el gestor cultural y encargado de la Casa Mariano Mores, Leonardo De Angelis.
Según se concluyó, la compra y la decisión por instalarse en Mar del Plata, respondía en parte a la intensa agenda cultural que tenía Mariano Mores en la ciudad durante la temporada. “Esa agenda estaba respaldada por el tremendo mundo del espectáculo marplatense en la década del 70. Podemos decir que forma parte de una gran belle époque de la industria del espectáculo marplatense en esa década”, agrega.
Tapa LP Sabor de Adios. 1978 Chalet Ave María. Mar del Plata. Fuente: Archivo Casa Mariano Mores
De Angelis argumenta con ejemplos: “Mariano Mores estaba todo el verano en el Teatro Colón de Mar del Plata, con Libertad Lamarque, con Nito Mores, con Héctor Gagliardi, con los hermanos Gromaz, sí los fundadores del Museo José Hernández, pero como competencia tenían a Astor Piazzolla en un teatro a dos cuadras haciendo la misma temporada o varios espectáculos con figuras de las más importantes del tango, entre ellos Goyeneche. Era toda gente del mundo del espectáculo del tango de lo más altas cumbres. Pero, además, había un teatro sumamente profundo, un teatro con grandes obras, con gente como Antonio Gasalla, Norma Leandro, Alfredo Alcón. Lo que pasaba en la década del 70 en Mar del Plata, y basta con solo ver los diarios de la época, te das cuenta de que era un mundo del espectáculo muy interesante e intenso”.
Es en ese contexto en el que Mariano Mores, quien ya visitaba el Teatro Auditórium de Mar del Plata desde la década de los 50 con su Orquesta Lírica Popular, decide afincarse y permanecer más tiempo en la ciudad
-Las presentaciones solo eran en teatros o había otras alternativas?
– Por ejemplo, se presentó toda una temporada en un teatro que estaba en Santa Fe y Luro, actualmente está Frávega, había una carpa ahí en la que había un gran teatro. Él hizo toda la temporada en ese teatro y ahí nomás estaba Astor en otro escenario haciendo la suya. Pero bueno, él fue variando los escenarios. Había un mix entre lo privado y lo público, entre la municipalidad y la provincia de Buenos Aires, llámese Colón o Auditorium, y algunas salas privadas. Iban cambiando también las estrellas. Pero, por ejemplo, el reencuentro de Libertad Lamarque en 1978 con Mores terminó concluyendo en la obra Yo Soy del Tiempo del Jopo, que la protagonizaban los hermanos Gromaz, el poeta Gagliardi y su hijo Nito Mores, con Mariano también, por supuesto. Esa fue, por ejemplo, del año 78, pero todos los años él presentaba una propuesta que atravesaba todo el verano y que competía, en una pelea artística de muy alto valor, con una planta de artistas brutal. La verdad es que, en aquellos años, se pone de relieve una Mar del Plata en el escenario cultural por antonomasia de la Argentina, más allá de Buenos Aires.
Aviso de uno de los espectáculos de Mores en Mar del Plata. Fuente: Hemeroteca municipal.
Durante esa década, la temporada abarcaba todo el mes de enero. No era común salir solo los fines de semana, ya que febrero también se disfrutaba por completo, al igual que parte de marzo. Sin embargo, este último mes era preferido principalmente por quienes tenían una casa o vivienda propia, y no tanto por aquellos que debían hospedarse en hoteles.
Por otro lado, la oferta de espectáculos también respondía a un público ansioso por ellos y muy exigente. De Angelis asegura que, “Pensá que el tango convivía con la bossa nova y con la música brasilera en aquellos años, también lo hacía y dialogaba muy bien con el folclore, en el que incursionó también Mores, y con el rock de los 70, que pasaba por un momento impresionante. Y Mar del Plata era el escenario de todo eso junto”.
– ¿Y había suficientes espacios para que todo eso se presentara en la misma ciudad?
– Y, a nivel escenarios, estaban los grandes escenarios del Colón y del Auditorium, los medianos con teatros privados de mediano porte, pero también estaban el Café-concert y el centro cultural, que en esos años también encuentran una belle époque. Hoy tenemos muchos emergentes de aquellas figuras.
Esa Mar del Plata de las temporadas de los 70 estaba marcada por un importante crecimiento demográfico. La mayoría de los turistas provenían de Buenos Aires y llegaban a la ciudad tras más de seis o siete horas de viaje, con suerte, viéndose obligados a realizar paradas a lo largo de la Ruta 2. En aquel entonces, esta ruta era de una sola mano y estaba llena de parrillas a lo largo de toda su extensión, casualmente diseñadas para atender esta necesidad.
Mariano Mores, para esa altura, estaba cerca de los 60 años. Él vivió toda esa década con mucha intensidad artística y, la hipótesis de De Angelis es que, eso también fue uno de los motivos para comprar su casa aquí e instalarse. Y acá comienza jugarse otro plano de la relación de los Mores con ese chalet y con la ciudad toda. “En YouTube hay un testimonio muy interesante de un almuerzo en el programa de Mirtha Legrand, correspondiente al contexto de la obra con Libertad Lamarque en 1978. Este testimonio muestra a la familia Mores y a Mariano en una actitud más reservada, apostando por que Nito tomara la posta narrativa de la familia. En aquellos años, Nito asumía, en gran medida, las responsabilidades familiares. Lamentablemente, tres años después, él contrajo una enfermedad que lo llevó a fallecer en un plazo de tres meses. Ya en aquel almuerzo, Mariano hablaba poco y se limitaba a observar a su hijo, quien entonces gestionaba gran parte de los asuntos familiares. No digo que Mariano estuviera retirado, pero para esa época ya mostraba una clara intención de que Nito asumiera el legado familiar. Sin embargo, tras el fallecimiento de Nito en 1984, Mariano debió regresar al ruedo y hacerse cargo nuevamente de la familia”, sostiene.
Nito Mores quería mucho a su casa de Mar del Plata. Él tenía su moto acá y vivió muchas temporadas en ella. Su último show fue en esta ciudad y, según los testimonios, estaba muy a gusto con la vivienda y con Mar del Plata. Leonardo agrega, “Sí, fue un golpe también para los Mores tener que seguir viniendo a esta casa, luego de su muerte, donde el hijo mayor de la familia estaba tan vinculado a ella, pero pudieron enfrentarlo”.
La Casa Mariano Mores, Alem esquina Gascón, cuenta todo ese testimonio que dejaron sus habitantes durante tantos años. De alguna manera, el espacio se ha impuesto poder compartirlo con los propios marplatenses y con los visitantes de turno. En este sentido, en la Casa Mariano Mores se han preparado una serie de actividades que incluyen, un servicio de conciertos que se desarrollan en el lugar, un servicio especial de entrevistas a músicos durante el mes y, recientemente, se ha sumado un servicio educativo para las escuelas de la ciudad.
Así, La Casa Mariano Mores busca sumarse a la propuesta de la Villa Victoria y del Museo Castagnino como espacios de la cultura local al alcance de cualquiera que esté interesado en ella.
(*) Las actividades son las siguientes: viernes 14 y 28 a las 17 hs., Encuentros entre la música y la palabra. Entrevistas y charlas en torno al tango y sus autores; sábados a las 20 hs, ciclo Tangos al mar, conciertos populares sobre poetas y obras de la historia del tango (sábado 15 La Cuña Quinteto, sábado 22 Soledad Finoli junto a Federico Ponce Roth y el 29 Hernán Pari en un homenaje a Carlos Gardel). También hay visitas guiadas por la casa con una exhibición fotográfica de las estadías del músico y su familia en la ciudad perteneciente al archivo de la Casa Mores, cedidas por la propia familia.