
La captura del fugitivo más buscado de Guatemala marca un avance en una campaña de años para desmantelar una de las principales redes de narcotráfico del país. Sin embargo, su arresto por sí solo podría no ser suficiente para frenar las operaciones del grupo.
Aler Samayoa Recinos, señalado como líder del clan narcotraficante de Los Huistas, fue detenido el 11 de marzo en Chiapas, al sur de México, tras más de seis años prófugo. Luego de su arresto, fue entregado a las autoridades guatemaltecas y trasladado a un tribunal en Ciudad de Guatemala.
También conocido como “Chicharra”, Samayoa Recinos enfrenta cargos criminales en Guatemala y Estados Unidos. Ambos países lo acusan de liderar a Los Huistas, un clan del narcotráfico con sede en el departamento de Huehuetenango, en el occidente de Guatemala.
Fiscales estadounidenses lo acusaron de tráfico de drogas en 2018. Posteriormente, el Departamento del Tesoro lo sancionó por presuntamente coordinar el envío de cargamentos de cocaína entre Guatemala y México.
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La embajada de Estados Unidos en Guatemala celebró su captura en una publicación en redes sociales, calificándola como un “avance significativo en la lucha contra el narcotráfico”.
Samayoa Recinos enfrenta ahora un proceso de extradición a Estados Unidos, pero primero deberá resolver su situación legal en Guatemala antes de ser entregado a las autoridades extranjeras.
Su arresto marca la primera captura de un líder de alto nivel de Los Huistas. Gran parte de la jerarquía del grupo ha permanecido intacta, a pesar de la fuerte presión de las autoridades guatemaltecas y estadounidenses.
Los Huistas han estado activos en el tráfico de drogas desde finales de la década de 1990. Durante ese tiempo, han establecido alianzas con algunos de los grupos criminales más poderosos de México y han diversificado sus actividades hacia el cultivo de amapola y la producción de drogas sintéticas, según autoridades de Estados Unidos.
Análisis de InSight Crime
Aunque la captura de Samayoa Recinos representa un golpe a Los Huistas, es poco probable que amenace la posición del grupo como uno de los clanes narcotraficantes más influyentes de Guatemala.
“La captura de Aler Samayoa Recinos representa un golpe importante para la estructura de los Huistas, especialmente en lo que respecta a su liderazgo y capacidad de gestión operativa”, dijo Juan Francisco Sandoval, exfiscal guatemalteco que investigó al grupo. “La detención también podría generar disputas internas o afectar temporalmente la logística del grupo”, añadió.
Pero, según Sandoval, “la detención de un alto mando no necesariamente implica la desarticulación inmediata de la organización”.
Esto, en parte, se debe a que el grupo ha pasado décadas consolidando su poder en zonas remotas de Huehuetenango, donde controla lucrativas rutas de tráfico en la frontera con México y protege sus operaciones con la corrupción de las fuerzas de seguridad.
Los Huistas, además, han construido una amplia red de influencia que ha incluido a destacados políticos guatemaltecos, lo que les ha permitido operar a pesar de enfrentar investigaciones criminales dentro y fuera del país.
“Realizar una investigación normal en el sitio [en Huehuetenango] es muy difícil por el control ejercido”, dijo Alan Ajiatas, exfiscal de narcotráfico en Guatemala.
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El poder de Los Huistas también radica en sus alianzas estratégicas con otros grupos criminales, en particular con el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ambos grupos dependen de redes como la de Los Huistas para coordinar el tráfico de cocaína desde Guatemala hacia México.
Su proximidad con México también ha permitido que los principales líderes del grupo evadan a las autoridades cruzando por pasos no vigilados a lo largo de la porosa frontera entre Huehuetenango y el país vecino.
El otro gran líder del grupo, Darío Molina López, sigue prófugo, a pesar de que las autoridades estadounidenses han ofrecido una recompensa de US$10 millones por información que lleve a su captura.
La ofensiva contra Los Huistas continúa en medio de una creciente presión del gobierno de Estados Unidos sobre las autoridades de la región para arrestar y extraditar a presuntos capos del narcotráfico. En los últimos años, los miembros de Los Huistas de rangos medios y bajos también han sido golpeados por arrestos y sanciones impuestas por Estados Unidos.
“Es muy difícil mantenerse durante tanto tiempo oculto”, agregó Ajiatas.
Imagen principal: Presunto líder del clan Los Huistas, Aler Samayoa Recinos, alias “Chicharra”, espera en una prisión en Ciudad de Guatemala. Crédito: Edwin Bercián / AFP.