«Fue terrorismo de Estado planificado para meter miedo a la sociedad», denunció Carlos Valenzuela, al analizar la violenta represión del Gobierno de Milei contra la marcha de jubilados. Con imágenes que indignaron al mundo, el dirigente aseguró que el operativo fue un «fracaso absoluto» de Patricia Bullrich y criticó la estigmatización de los manifestantes como «barrabravas». «La sociedad reaccionó con cacerolazos, pero el Gobierno sigue destrozando la vida de los argentinos», sentenció.
Jueves 13 de marzo de 2025. La marcha de jubilados que se llevó a cabo ayer en las inmediaciones del Congreso de la Nación terminó en un escenario de caos y represión, con imágenes que recorrieron el mundo y pusieron en evidencia la violencia desplegada por las fuerzas de seguridad bajo las órdenes Patricia Bullrich, la polémica ministra de Seguridad del Gobierno de Javier Milei. Lo que comenzó como una movilización pacífica en reclamo de una jubilación digna, derivó en enfrentamientos, detenciones arbitrarias y una fuerte crítica hacia la gestión de Bullrich, cuyo protocolo de seguridad fue calificado como un «fracaso absoluto» por parte de Carlos Valenzuela, dirigente político de Misiones.
Valenzuela, al analizar los hechos de la movilización y represión de este miércoles, no dudó en calificar lo ocurrido como acciones del «terrorismo de Estado».
En ese sentido dijo que «el Estado practicó el terrorismo para meter miedo a la sociedad y llevar adelante su plan de genocidio social y exterminio de la soberanía popular». La represión fue planificada y ejecutada en conjunto con sectores colaboracionistas, en un intento por desarticular cualquier forma de resistencia popular, expresó el dirigente en un diálogo con el periodista Guillermo López, a través de Canal 4 Posadas.
La marcha de los jubilados de los miércoles, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que convocó a miles de jubilados y simpatizantes, tenía como principal reclamo una mejora en los haberes jubilatorios, que hoy resultan insuficientes para cubrir las necesidades básicas. Sin embargo, el Gobierno intentó deslegitimar la protesta tildando a los manifestantes de opositores que buscan derrocar al Gobierno, definiendo a los que acompañaron a los jubilados como «barrabravas», en un intento por asociar la movilización con actos de violencia.
Valenzuela desmintió esta narrativa oficial: «Las barras bravas son un negocio alrededor de los clubes, pero no son la mayoría. Ayer llevaron detenidos a personas por portación de cara, por tener una camiseta de fútbol; no por ser violentos». El dirigente también denunció que muchos de los detenidos fueron víctimas de un operativo que buscaba amedrentar a la sociedad.
Uno de los momentos más impactantes de la jornada fue el golpe y la caida de una jubilada que superaría los 80 de vida, que cayó después que un uniformado la golpeara con violencia. La mujer estaba sola frente a cientos de integrantes de la fuerza de seruridad. Las imágenes, que rápidamente se viralizaron, generaron una ola de indignación. «Eso representa una indignación profunda, es como si agredieran a nuestras madres, a mi mamá. Esa es la representación del terrorismo de Estado», expresó Valenzuela, quien recordó que en Argentina hubo un «Nunca más» a la obediencia debida.
Además, periodistas y fotógrafos fueron blanco de la violencia estatal. Pablo Grillo, reconocido fotógrafo (el hombre de 35 años que fue golpeado en la cabeza por una cápsula lacrimógena cuando sacaba fotos de la manifestación y sufrió pérdida de masa encefálica y fractura de cráneo y que permanece en estado crítico), que fue tildado de «militante» por la ministra Bullrich mientras realizaba su trabajo, a modo de justificación por el ciolento accionar de las fuerzas bajo su mando. «Lo presentaron casi como un subversivo, dijo el periodista y Valenzuela repondió: «La única subversiva es Patricia Bullrich porque subvierte el sistema de derechos».
Frente a la cobertura de los medios hegemónicos, que intentaron instalar la idea de una «desestabilización al Gobierno», Valenzuela fue contundente: «Son operadores mediáticos que trabajan para el sistema. Pretenden descalificar y estigmatizar toda acción del pueblo en defensa de sus derechos».
En cuanto al mensaje que Argentina le está dando al mundo, el dirigente criticó duramente a los representantes políticos, como el papel -dentro del Congreso- del presidente de la Cármara de Diputados de la Nación, Martín Mene, que levantó la sesión de este miércoles que también se vio envuelta con actos de violencia de parte de los referentes internos de La Libertad Avanza, el partido de Milei. «Pedirle explicaciones a Martín Menem es como pedirle a un jugador de fútbol que explique cómo se juega al rugby. Es una muestra de la calidad de dirigentes que tenemos», afirmó.
Valenzuela concluyó con un llamado a la reflexión de cara a las próximas elecciones: «En octubre tenemos la oportunidad de encaminar a la Argentina. Este Gobierno no se va a ir en helicóptero como De la Rúa, pero el pueblo tendrá la última palabra».
Mientras tanto, las imágenes de la represión y el reclamo de los jubilados siguen resonando en toda la Argentina y en los medios internacionales. La sociedad, por su parte, respondió con cacerolazos espontáneos, demostrando que, a pesar del miedo, la resistencia sigue viva.
Valenzuela en Canal 4 Posadas
-Los medios internacionales muestran lo que pasó. Carlos, no es la primera vez que vemos estos enfrentamientos.
-Sí, lamentablemente ayer vivimos una página más del terrorismo de Estado. El Estado ayer practicó el terrorismo para meter miedo a la sociedad, para llevar adelante su plan de genocidio social y exterminio de la soberanía social, y eso estuvo planificado. Fue en conjunto con sus colaboracionistas, sectores que adrede y otros sin saber están encolumnados en un plan de entrega nacional, en un plan de destrozar a las familias argentinas, jubilados, salud, educación. Estamos viendo lo que pasa con la yerba acá. Lo de ayer fue tremendo. Si vemos en términos del protocolo, fue un fracaso absoluto este protocolo de la señora, esta señora que es ministra de seguridad. Su protocolo fue un fracaso porque, en lugar de concentrar la movilización en cuatro manzanas y en torno a la plaza del Congreso, generó un caos en todo el microcentro porteño. Fue planificado, porque buscan meter miedo a la sociedad, pero de alguna manera, la sociedad reaccionó bien porque hasta la madrugada veíamos que la sociedad salió de manera espontánea con sus cacerolas, a rechazar esta forma de gobierno. A manifestarse y apoyar con cacerolazos, hubo lugares insólitos. Si miramos la base de la pirámide de los jubilados, donde cobran este desastre de la mínima, pero al mirar hacia arriba vemos también que ese 1.870.000 (un millón ochocientos mil) que, para esos sectores acomodados en su momento, que viven en los barrios acomodados de la capital, que tienen que pagar haberes, expensas, la prepaga, internet, teléfono, mantener su vida social con las salidas, el teatro o el café de la tarde, esos también están destrozados porque, por más que comparados con la mínima sea una buena jubilación, le destrozaron la vida social. Esa es una sociedad en silencio y se los mira como privilegiados, pero ya no son privilegiados, no tienen privilegios. Esos sectores quizás acompañaron a este Gobierno y hoy están en un silencio que no sabemos en qué va a terminar.
-¿Qué análisis hacés cuando se escucha, desde los medios hegemónicos, que hay intentos de desestabilizar al Gobierno?
-Son operadores mediáticos. Operan para el sistema. En la Argentina hay dos modelos desde las invasiones inglesas: están los que querían el libre comercio y favorecían que entren los ingleses y los que les tiraban aceites porque querían fortalecer la industria local. Desde ahí para acá hay dos modelos con distintos nombres y en distintos tiempos. Los que impulsan este modelo pretenden descalificar y estigmatizar toda la acción que desarrolle el pueblo en su defensa y en conjunto en la protección de sus derechos. Pretenden estratificar la sociedad, que no haya movilidad social, que la comunidad no se organice y entonces, dicen, por ejemplo, que «barras bravas». Las barras bravas son un negocio alrededor de los clubes que, por un lado, son muchos, sí, pero que no eran mayoría. No son barras bravas todos los hinchas de Racing, de River, de Boca, sino que son grupos pequeños que tienen el negocio de la reventa de entradas, de las drogas y de los estacionamientos, todos arreglados con la policía. Esos, ayer, no salieron porque cobraron para no salir. Ayer llevaron detenidos por portación de caras; eso pasó ayer, como cuando detenían a los gauchos solo por ser gauchos, eso pasó ayer, llevaron detenidos a personas porque tenían alguna camiseta puesta, por hinchas de un club de fútbol y no por los barrabravas de los clubes. Ayer se vivió una página más del terrorismo de Estado protagonizado por esta señora que se llama… eh… Patricia Bullrich (Carolina Serrano en otro momento -en referencia al nombre de guerra cuando integró Montoneros-), con el topo destructor del Estado que es el presidente de la Nación. Tiene que durar este hombre los términos democráticos que dice la Constitución. En octubre hay elecciones y hay que decidir con el voto si sigue con este plan o cambian el rumbo, pero tiene que concluir su mandato. Este hombre no se va a ir en helicóptero como De la Rúa, dicen los operadores mediáticos de la derecha argentina.
-Vemos imágenes difíciles cuando una jubilada cae. Tanta violencia es difícil verla dos veces, pero esto que quedó filmado, no fue un caso aislado.
-Eso representa una indignación profunda, es la representación de la mamá de muchos; es como si agredieran a mi mamá; esa es la representación del terrorismo de Estado, eso es terrorismo de Estado: están estos señores que utilizan armas y bastones y recordar que en la Argentina hubo un «Nunca más» a la obediencia debida; después que salgamos de esta situación de anomia, en algún momento recuperaremos las instituciones y vamos a volver a la paz en el marco de la ley…
-También fotógrafos y trabajadores de prensa. Pablo Grillo… donde a la Ministra solo le faltó decir que era subversivo, lo tildó de «militante» (en tono despectivo), cuando se ve que estaba haciendo su trabajo, estaba sacando fotos…
-La única subversiva es Patricia Bullrich porque subvierte el sistema de derechos…
-¿Cómo salimos de esto? Fue afuera del Congreso, lo vimos en medios y redes. También adentro del Congreso, diputados de LLA a las trompadas entre ellos y dos diputadas agrediéndose…
-Es el reflejo de la sociedad violenta que refleja este sector que apoya al Gobierno. Desde los sectores populares tenemos expresiones fuertes, pero no somos violentos, al contrario, defendemos la integridad, la paz, los derechos humanos, la diversidad. Estos expresan ese espacio de la sociedad violenta. Son terraplanistas, niegan el cambio climático, vemos lo que pasa en Bahía Blanca. Esa gente representa un sector de la sociedad.
-Martín Menem levantando la sesión y vimos a Máximo Kirchner pidiendo explicaciones. ¿Qué mensajes le damos al mundo?
-Pedirle explicaciones a Martín Menem es como pedirle explicaciones a un jugador de fútbol sobre cómo se juega al rugby. Es una representación del nivel de la calidad de dirigentes que tenemos en este momento. En octubre tenemos la oportunidad de encaminar a la Argentina.
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RP – Misiones Plural