Una banca en el Concejo Deliberante de Moreno, finales de los ’90. Carlos López, hombre del socialismo, progresista por naturaleza y elección, hablaba de los valores democráticos a preservar y los que debían recuperarse. La fallida y caótica experiencia de la Alianza lo tuvo sosteniendo lo posible, expresando las autocríticas en pleno momento histórico. Nunca se apartó del camino que representa ser elegido por el pueblo porque ninguna causa está pérdida, los principios y valores no son banderas de modo o época. Así regresó a un segundo mandato legislativo.
Cuatro décadas después de recuperar el sentido institucional, republicano, de apego a la ley, la democracia carece de respeto democrático.
López propone una mirada de tiempo, por Presidencia, desde Raúl Alfonsín – a quien considera como el mejor mandatario – y hasta el ejercicio de Javier Milei.
«En general hay poca credibilidad de las fuerzas políticas, la dirigencia política, sea por omisión o por falta de convicciones no defendió a la democracia en los últimos 40 años» manifiesta el hombre que jamás renunciará a pelear por democracia para el pueblo.
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