Edgar Adhemar Bacchiani, catamarqueño, de 48 años, que se hacía llamar «God trader» (algo así como el Dios de los operadores financieros), acaba de recibir una sentencia terrenal. Ya no es más una deidad de las criptomonedas, y, como determinó la Justicia, es un mundano autor de estafas piramidales.
A pocas semanas de la condena a Leonardo Cositorto, también por una estafa piramidal, ahora la Cámara 10ª del Crimen de Córdoba lo condenó a 9 años de prisión por haber estafado a 50 ahorristas cordobeses, la mayoría empleados públicos. Engañados, le confiaron elevadas sumas de dinero, que el trader recibía en su local en el barrio Cerro de las Rosas. Los atraía por sus supuestas habilidades para las inversiones.
Bacchiani, nacido en Buenos Aires y radicado en San Fernando del Valle de Catamarca, enfrentó recién su primer juicio. Es que acumula cientos de denuncias, tanto en Córdoba como en Catamarca, por parte de quienes, al final, nunca recibieron «rendimientos elevados». Al contrario, perdieron todo lo invertido.
Esta primera causa que lo llevó al banquillo es el expediente instruido por la fiscal Valeria Rissi. Se trató de un juicio abreviado, al haberse llegado a un acuerdo de partes entre el fiscal Gustavo Arocena y Eduardo Gómez Caminos, por 10 años de prisión a cambio de que el acusado reconozca haber cometido todas estas “estafas reiteradas”.
Gómez Caminos solicitó una morigeración de la pena, que tuvo algo de respuesta en el tribunal, que rebajó un año la pena acordada. Por eso finalmente irá 9 años a la cárcel. En las próximas horas será trasladado a Catamarca.

En mayo de 2022, luego de su detención, el 22 de abril de ese año, en Catamarca tuvo 72 horas de gloria, más otros tres días de prórroga, cuando el juez Miguel Ángel Contreras mantuvo su prisión domiciliaria bajo la promesa de Bacchiani de tener los fondos para revolverle el dinero a las víctimas.
La Justicia le dio permiso para que acceda a sus cuentas de billeteras virtuales y movilice el capital, que se certificó que existía. No fue suficiente para escapar a la condena ni cumplir con las deudas. En ese momento se hablaba de una estafa total que rondaba los 40 millones de dólares.
Si bien el financista no brindó plazos concretos de cuánto tiempo le demandaría devolver el capital a los damnificados, presentó ante la justicia un plan de pagos para priorizar a los ahorristas más chicos y aquellos con «problemas de salud». Desde Córdoba no tardó en llegar el pedido de prisión preventiva de parte de la fiscal Rissi, al que se dio lugar.
Un local, cientos de estafas
Bacchiani era el titular de la financiera Adhemar Capital. En la imputación enfrentó los delitos de “intermediación financiera no autorizada”, “estafa”, “lavado de dinero” y “asociación ilícita”. Su compañía ofrecía unos jugosos retornos de hasta un 20 por ciento mensual. Nunca los otorgó.
La empresa Adhemar movió dinero «ajeno» durante cuatro años. Los ahorros de al menos 111 ahorristas, entre tucumanos, riojanos, cordobeses y catamarqueños. En esta provincia fue donde más explotó el fenómeno. Desde familias de bajísimos recursos hasta miembros de la política local, todos le dejaron su dinero a Bacchiani.

«A todos los clientes que han invertido en Adhemar Capital se los ha asesorado haciéndoles conocer del alto riesgo de la inversión que realizaba. El mercado de las criptomonedas es altamente volátil», expresó Bacchiani, según la declaración que transcribió El Ancasti.
«Le explicamos a la gente que podía haber sucesos en el mundo de crash de mercado, problemas geopolíticos, trabas de gobiernos a nivel financiero que podrían llevar a situaciones como estas», puntualizó Bacchiani.
En la condena actual entran 50 de las estafas por las que se lo imputó, comtidas entre 2020 y 2022. «Estamos conformes en base a la determinación de la pena, con lo cual vamos a evaluar si realmente vale pena interponer un recurso de casación. Ahora va a continuar su detención en la provincia de Catamarca», señaló a medios de Córdoba su abogado defensor.
Y agregó que «las acciones civiles de los damnificados se van a tramitar en el fuero correspondiente, en la quiebra que se encuentra en pleno proceso en Catamarca, con lo cual los acreedores podrán ahí verificar sus créditos y cobrar sus acreencias«.
SC