Se puede leer, y en negrita, en la ponencia de ERC que marca el 2031 como horizonte para la independencia: “El independentismo (…) debe tener presente la importancia de reducir el poder y la influencia que las instituciones del Estado ejercen sobre los diferentes ámbitos de la vida comunitaria de la ciudadanía catalana”. Traducido, y como ha expresado Oriol Junqueras en el discurso final del congreso que el partido ha celebrado este fin de semana en Martorell, Esquerra aboga por que Catalunya vaya conquistando “cuotas de poder”, como la financiación singular o las competencias en inmigración, y que se compartan estos logros entre todas “las fuerzas políticas”. Y el presidente de ERC no ha tenido ningún reparo para decírselo directamente a Jordi Turull, secretario general de Junts, presente en la sala.
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