La inseguridad en la zona de San Luis, El Encón, Villa Lola y La Silleta alcanza niveles alarmantes, dejando a los vecinos en un estado de constante temor e incertidumbre. La falta de acción efectiva por parte de la policía ha convertido a esta región en un verdadero «corralón» para delincuentes, quienes actúan con total impunidad y a plena luz del día.
La inseguridad en la zona de San Luis, El Encón, Villa Lola y La Silleta alcanza niveles alarmantes, dejando a los vecinos en un estado de constante temor e incertidumbre. La falta de acción efectiva por parte de la policía ha convertido a esta región en un verdadero «corralón» para delincuentes, quienes actúan con total impunidad y a plena luz del día.
En las últimas semanas, se han registrado numerosos robos y saqueos que afectan tanto a ciudadanos comunes como a figuras públicas. Entre las víctimas se encuentra un comisario, a quien le sustrajeron su motocicleta en plena jurisdicción de La Silleta, además de una periodista vinculada al Poder Judicial y un ingeniero que perdió todas sus pertenencias en un asalto. Los testimonios de los vecinos revelan un patrón de acción de los delincuentes: primero investigan, luego cortan alambrados o violentan las propiedades y, horas después, perpetran los robos con total tranquilidad, incluso cargando los objetos sustraídos en vehículos durante largos períodos sin que la policía intervenga.
Los llamados de auxilio al 911 resultan ineficaces. Los vecinos denuncian que, cuando finalmente la policía se presenta, lo hace de manera insuficiente: en San Luis, por ejemplo, solo se observan patrullajes sobre la Ruta 51, mientras que en el interior de las urbanizaciones la presencia policial es prácticamente nula. Un vecino de El Encón aseguró a El Tribuno que «tras varios llamados, lo único que se ve son dos efectivos caminando por algunas calles, una respuesta claramente inadecuada frente a la magnitud del problema que tenemos».
Diez mil personas en riesgo
El abandono policial es evidente. La jurisdicción pertenece a la Unidad Regional 10, cuya base se encuentra en el sector sur de la ciudad de Salta, lejos de la Ruta 51, donde residen aproximadamente 10 mil personas. La dotación de seguridad es deficiente: en San Luis y El Encón hay una sola subcomisaría con apenas cuatro efectivos por turno, mientras que la de San Antonio enfrenta graves problemas de infraestructura y atraviesa una crisis interna por denuncias de abuso sexual que involucran a sus propios agentes. Como consecuencia, algunos policías están sumariados y sin armas reglamentarias.
Vecinos denuncian que los delincuentes parecen conocer perfectamente los movimientos de la policía y aprovechan la ausencia de patrullajes para operar con total libertad. En una zona de alto crecimiento urbano y con gran circulación de personas, la falta de acción policial ha generado un clima de desesperación e impotencia.
«Llamamos y llamamos, pero nunca responden», lamenta Fernanda, una residente de San Luis. «La inseguridad es total, la policía está desaparecida y los ladrones hacen lo que quieren», contó a El Tribuno Amalia, de El Encón.
Se reportan al menos cuatro robos al día
Los datos son contundentes: en la primera quincena del mes, se han reportado al menos cuatro robos por día solo en la jurisdicción de San Luis, sin contar los ocurridos en San Antonio y La Silleta.
La cantidad de denuncias acumuladas en las dependencias de la zona es abrumadora y, sin embargo, no se observan medidas concretas para frenar esta ola delictiva.
La zona que los vecinos describen como una «tierra de nadie» abarca varias localidades con acceso a la Ruta 51 y, debido a su amplitud y la falta de controles policiales, permite la comisión de ilícitos a toda hora.
La comunidad exige respuestas inmediatas y soluciones reales. Los ladrones se han llevado televisores, motocicletas, herramientas de albañilería, garrafas de gas, ventiladores, ropa e incluso cámaras de seguridad. Los vecinos insisten en la necesidad de un refuerzo de personal policial, la asignación de más patrulleros y la implementación de operativos de seguridad que garanticen la tranquilidad de los habitantes.
De lo contrario, la situación continuará deteriorándose, consolidando a San Luis, El Encón, Villa Lola y La Silleta como zonas sin ley, donde los delincuentes operan a sus anchas mientras la policía brilla por su ausencia.
