Por: Roberto Garrone
Foto: Alejandro Tazza, a la derecha de Eduardo Giménez. En sus manos y contradicciones está el futuro del «Luigi» y del «Andrés Jorge» como barcos congeladores.
Mientras el sector merlucero y langostinero espera un guiño del gobierno para eliminar o reducir derechos de exportación vinculados con la merluza hubbsi y el langostino patagónico, algo que el propio Juan Antonio López Cazorla adelantó a algunos actores del sector en Puerto Madryn, esta semana, más que habilitar la pesca de langostino al norte de la veda, el Consejo Federal Pesquero abrió la paritarias en la flota tangonera congeladora.
También con la puerta que le cerró a la empresa “Maronti” y su anhelo de que se rectifique la inscripción de su CITC de merluza hubbsi a favor del buque “Andrés Jorge”, y pase de fresquera a congelador, marca un precedente para lo que viene. Al menos desde la política pesquera no hay lugar para nuevos conversos.
El buque, que ahora ya no pertenece más a Antonio Nicolas Baldino pues firmó un contrato de locación con Miguel De Angelis y en un par de años, pago mendiante se emitirá la escritura de venta, era la punta de lanza de una cruzada más ambiciosa y que podía llegar a transformar la operatoria de barcos como el “Felix Augusto”, “San Andrés Apostol”, entre otros, que esperaban la suerte de esta petición impulsada por el Dr. Miguel Bustamante, abogado de “Maronti”.
Luego del veredicto del Consejo, en el estudio todavía estaban recalculando la hoja de ruta. El nuevo operador del barco aseguró que seguiría pescando como buque fresquero aunque Baldino había dejado a salvo el reclamo hasta entregar la escritura de venta del buque.
“La ley 24922 lo permite claramente en su Art. 27, aún cuando en el certificado de CITC debió dejarse constancia, como en otros casos, que se trata de una CITC congeladora, lo que expresamente pedimos”, señaló la empresa al momento de presentar la demanda.
La solicitud de “Maronti” había ingresado al Consejo en octubre del año pasado y cuando se conoció que figuraba en el borrador del Acta esta semana muchos especulaban con una respuesta favorable.
Sobre todo porque en la Subsecretaría habían adosado un informe elaborado por la Dirección de Normativa y Registro de la Pesca que contenía una nota de la Dirección de Administración Pesquera en la que se confirma que “la captura histórica para el período comprendido entre los años 1993 al 2000, del que se desprende que en dicho período actuó como congelador”.
Ahora los miembros del Consejo expusieron que razones de estabilidad de los actos administrativos y de seguridad jurídica conducen al rechazo de la presentación por extemporánea impugnación.
“La calidad del buque como fresquero es exclusiva, ya que no cuenta con el agregado, al que pretende tener derecho, de ser también un buque congelador. Tampoco cuenta con la autorización para langostino, expresamente excluida en todo el historial de actos que surgen de la información suministrada por la Autoridad de Aplicación”, señala uno de los párrafos más contundentes de la decisión del Consejo.
También se enfocaron en la característica de la CITC. ,”La Ley no distingue una cuota “congeladora” de una “fresquera”; la ley distingue entre buques congeladores y fresqueros en cuanto a la transferencia de sus cuotas: la CITC puede ser transferida de un buque congelador a uno fresquero, pero de éste no puede ser transferida a uno congelador”, consideraron, al tiempo que determinaron que “la pretensión de la peticionante de obtener una calificación de cuota “congeladora” para un buque fresquero, que habilite su transferencia a un buque congelador es abiertamente contraria a la prohibición legal y las categorías establecidas”.
Más allá de la decisión del Consejo, muy posiblemente esta historia prosiga en los tribunales de la justicia ordinaria donde siempre hay magistrados atentos a escuchar la queja de los administrados y terminar firmando fallos que se codean con las decisiones de manejo pesquero.
Es más, el mes pasado “Maronti” acudió nuevamente a la justicia para reiterar el pedido de una medida cautelar que le otorgue al “Andrés Jorge” las medidas solicitadas al Consejo. “Tal presunción de legitimidad determina, en principio, la improcedencia de las medidas cautelares contra los actos de los poderes públicos; e implica también que el cumplimiento de los requisitos legales para su procedencia debe ser de riguroso cumplimiento, pues los actos administrativos gozan de presunta legalidad y deben demostrarse que prima facie no tienen justificación jurídica”, señala el fallo de Cámara que firma Alejandro Osvalo Tazza y Eduardo Gimenez.
El caso del Luiggi es el escándalo más reciente pero se definió con una medida cautelar aún vigente firmada por el mismo juez Tazza. Una maravilla.
La historia del buque de Solimeno es más conocida. Recibió un permiso del buque Ur Ertza, propiedad de “Arpes”, controlada por Solimeno,, que a su vez había recibido a fines de los años 90 cuota de merluza del permiso del “Mayoral”, un buque fresquero, algo que la ley prohibía. El Ur Erza siempre operó como fresquero y hasta había renunciado a su carácter de congelador.
Tampoco le correspondía adjudicar al buque cupo de captura anual de langostino, según lo expuesto por el CFP. Hasta que lograron una medida cautelar firmada por Tazza, juez de cámara, y Bibel, el subrogante, para autorizarlos a que opere como congelador y la autorización para pescar langostino de manera irrestricta. Los milagros de Tony.
Entre todos los atributos de Antonio Solimeno habría que sumar el poder de generar amnesia jurídica en magistrados del poder judicial de Mar del Plata. Acá Tazza se olvidó de los actos administrativos de presunta legalidad…
Para sumar más condimentos a la historia, en medio del litigio con el Consejo Federal Pesquero que rechaza que opere como congelador y pesque langostino, Solimeno le vende el “Ur Ertza” a la empresa “Allelocic”. Ahí salta Alejo Toranzo, representante legal del Consejo, y pide que “Arpes” informe qué motivo tenia de mantener el litigio ya que el barco estaba en nuevas manos.
En noviembre del año pasado Santiago Martin, juez de primera instancia, determina que la vinculación del amparista (Arpes) con el permiso de pesca cuyo alcance cuestiona ya no existe más pues ese permiso es ostentado por el buque “Luigi”, perteneciente a otra sociedad (Solimeno) con la que la accionante no compartía siquiera el mismo grupo empresario.
Solimeno que no fue el litigante original, apeló el fallo al igual que el nuevo dueño de “Arpes”, Esteban Cicollela. Pero aunque tienen el mismo abogado, Miguel Bustamante, Cicolella lo hizo fuera de término y no fue aceptada.
Esto generó que, perdida esa instancia, a “Tony” no le quedara otra alternativa que apelar a la Cámara Federal de Apelaciones, cosa que ya hizo semanas tras y ahora se aguarda el veredicto. Por suerte para el empresario,. el de Apelaciones es un territorio que ya conoce muy bien… Su presidente ya fue víctima de sus poderes amnésicos: Alejandro Osvaldo Tazza
Buen domingo
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