Ricardo Martínez Martínez
El Salvador.- A un mes del gobierno de Donald Trump, aumentaron las deportaciones de migrantes guatemaltecos desde Estados Unidos, mientras que organismos civiles critican las agresivas políticas antiinmigrantes y la violación de derechos humanos contra los deportados, así como el uso de aviones militares para los traslados. Así lo advirtieron, medios de comunicación regionales e internacionales durante el mes de febrero.
Desde el 24 de enero a mediados de febrero, Guatemala recibió más de ocho vuelos con connacionales deportados, al sumar 600 personas. Ese mismo día arribaron tres vuelos: uno chárter y dos aeronaves militares, transportando a 264 guatemaltecos.
Prensa Libre, diario de mayor circulación, registró por su parte que el Gobierno de Guatemala optó por estrategias para la reintegración de los retornados al país y la aplicación de un plan de emergencia para prever y atender eventuales crisis humanitarias.
El uso de los aviones militares La Hora de Guatemala, Reuters y El País hicieron énfasis en la nueva modalidad de deportaciones que el gobierno de Estados Unidos comenzó a ejecutar con la expulsión de miles de personas de Guatemala, Honduras, Ecuador y Bolivia. También esos mismos medios registraron algu nas respuestas firmes como las de México y Colombia, que se opusieron a los mecanismos del uso de aviones de combate o de uso militar para las deportaciones, así como que sus connacionales fueran regresados encadenados, como si fueran delincuentes.
En el caso de Guatemala, el rotativo La Hora indicó que una novedad en este proceso fue “el uso de aviones militares estadounidenses, como el Globemaster C-17 y el Lockheed C-130 Hércules, para agilizar las deportaciones”. Esta práctica contrasta con el uso de aeronaves civiles en administraciones estadunidenses anteriores.
La HIJOS de Guatemala explicó en entrevista con Zócalo que el uso de artefactos de uso bélico como aviones militares, “expone un doble mensaje: la dureza de la política migrante y la supremacía militar de Estados Unidos en el continente americano considerado su patio trasero.”
El diario español El País, en su sección de Migración, destacó el tema de las deportaciones de Trump. “El presidente impulsa un programa en desuso que permite a la policía local hacer funciones propias de agentes federales y mantener en la cárcel a migrantes detenidos si son indocumentados.”
En el marco de su gira diplomática por Centroamé rica, el pasado 4 de febrero el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió con el presidente Bernardo Arévalo,c con quien acordó aumentar en 40 por ciento la recepción de vuelos de deportación desde Estados Unidos. Este acuerdo incluye la aceptación de deportados de diversas nacionalidades, no sólo guatemaltecos.
La agencia Reuters expuso que estas acciones “reflejan la intensificación de las políticas migratorias de la administración Trump”, que ha implementado medidas como la eliminación de la nacionalidad por nacimiento, el despliegue de tropas en la frontera y la imposición de cuotas diarias de deportaciones. Estas políticas han generado temor e incertidumbre en las comunidades migrantes.
Reacciones en Guatemala
Las recientes deportaciones de migrantes guatemaltecos desde Estados Unidos han generado diversas reacciones entre analistas, políticos y gobernantes de Guatemala.
El presidente Bernardo Arévalo informó que su gobierno ha aplicado medidas para mitigar el impacto social y económico de las deportaciones, declaración que fue registrada por la mayoría de medios del país.
Anamaría Diéguez, exviceministra de Relaciones Exteriores, indicó en el rotativo La Hora que es probable un aumento en las deportaciones en las próximas semanas. No obstante, enfatizó que “ningún país está completamente preparado para atender a un gran número de personas retornadas, especialmente si las deportaciones son masivas”, dijo.
La directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar analizó en entrevista con Zócalo cómo la administración de Trump prometió deportaciones masivas pero, dijo, “es poco probable que se realicen a gran escala a causa de limitaciones logísticas”. Sin embargo, prevé un aumento en las redadas, amenazas de detención y endurecimientos de las políticas fronterizas.
Por su parte, el destacado economista guatemalteco Hugo Maul señaló a Zócalo que las deportaciones suelen ser procesos prolongados, “lo que atenúa el impacto económico inmediato”. No obstante, señaló que el desafío principal radica en la reintegración de los deportados al mercado laboral, lo que significa “la creación de oportunidades”, concluyó.
*Catedrático y periodista
