Monito de Monte – Captura del jefe de cuadrilla y brigadista Sergio Cifuentes.
Los incendios forestales representan una grave amenaza para los ecosistemas, afectando tanto a la flora como a la fauna de las zonas afectadas. Los efectos sobre los animales pueden ser devastadores, provocando la muerte de individuos, la pérdida de hábitats, la reducción de territorios y la escasez de refugio y alimentación.
La magnitud del impacto en la fauna depende de diversos factores, como la velocidad del viento, la carga de combustible en la vegetación, el nivel de humedad en las plantas, la época del año y el tamaño del incendio. En muchas ocasiones, los pequeños mamíferos, anfibios y reptiles son los más afectados, ya que tienen dificultades para encontrar nuevos nichos ecológicos después de un incendio.
Zorro – Imagen de Ronnie Olsen.
Uno de los efectos colaterales de los incendios es la disminución en la densidad de pequeños mamíferos, como los roedores, lo que impacta directamente en el suministro de alimento para carnívoros como zorros y aves rapaces. Además, los animales de movilidad reducida son los más vulnerables, mientras que las especies de desplazamiento rápido deben enfrentar una mayor competencia por recursos fuera de su hábitat original.
Araucaria quemada – Tomadas por el dronero @federicosoto.
El cambio forzado de nicho también expone a los sobrevivientes a un mayor riesgo de depredación y escasez de alimentos, lo que compromete su supervivencia a largo plazo. Este desequilibrio puede generar efectos en cadena dentro del ecosistema, alterando la dinámica poblacional de distintas especies y afectando la biodiversidad local.
La conservación de los ecosistemas y la prevención de incendios resultan fundamentales para minimizar el impacto sobre la flora y fauna, asegurando el equilibrio natural y la supervivencia de las especies.
Fuente: Parque Nacional Lanín
EL MONITO DEL MONTE
El monito del monte (Dromiciops gliroides) es una especie de marsupial microbioterio de la familia Microbiotheriidae que habita los bosques templados del suroeste de la Patagonia.2 A pesar de su nombre, este animal no tiene ningún parentesco con los primates. A esta especie le corresponde la distribución más austral del género.
Es endémica de los bosques templados y templado-fríos del centro-sur de Chile, desde Concepción (37ºS) hasta la Isla de Chiloé, y un sector cordillerano del suroeste de la Argentina, desde el parque nacional Lanín, en la provincia de Neuquén hasta el oeste de la provincia de Río Negro y noroeste de la provincia del Chubut.
Habita en bosque lluviosos de la ecorregión de los Bosques Patagónicos, hasta 1850 metros de altura. En Chile es más abundante en los bosques valdivianos. En Argentina habita bosque templados de Nothofagus y Coligüe.
