
Antonio Cerrillo
Barcelona
Un gran alivio; sí. Las restricciones de agua -muy extendidas en amplias zonas de Catalunya- se flexibilizan, pero no conviene cantar victoria a la sequía. Las últimas lluvias han permitido al Govern tomar la decisión de levantar la emergencia por sequía en las zonas del territorio servidas por el embalse Darnius-Boadella, en el embalse de Riudecanyes y en el acuífero Fluvià-Muga. No obstante, esta última quedará en situación de excepcionalidad. También es cierto que esta mejora comportará en el caso del Alt Empordà una importante reducción de las restricciones de agua que ahora venían padeciendo sobre todo los agricultores y los ganaderos. Pero la región central sigue en alerta: los embalses aún no han llegado al 50%.
La situación de falta de recursos en los embalses ha mejorado notablemente con las últimas lluvias. El cambio es radical respecto a la situación que sufría Catalunya. Hace unos días solo 3 de las 18 unidades geográficas y de explotación estaban en situación de normalidad, mientras que actualmente 8 se encuentra en esta fase.
“Iniciamos un proceso de desescalada en la mitad de las cuencas internas, que pasan a una situación de normalidad”, con lo que reducen las restricciones, explicó la consellera de Territori, Sílvia Paneque.
Hacia la normalidad
No obstante, la región de Barcelona y Girona servida por el Ter y el Llobregat se mantiene en situación de alerta.
Se encuentran en fase de normalidad: Anoia-Gaià, Acuífero Carme Capellades, acuífero de Tarragona, cabeceras del Ter y Llobregat, Estany de Banyoles, Mig Llobregat y Prades-Llaveria.
Quedan en prealerta el Consorci d’Aigües Tarragona y Riudecanyes; mientras que el resto de zonas continúan en alerta: el sistema Ter-Llobregat, el acuífero de Baix Ter, el embalses Darnius-Boadella, Empordà i Serralada Transversal.
“Tenemos que lanzar un mensaje de prudencia porque el nivel de los embalses en el Ter Llobretat ni siquiera está al 50% (superan ligeramente el 48%), y hasta que no alcancen el 60% no se declara la salida hacia la normalidad”, explicó la consellera Paneque antes de recalcal que aún faltan por materializar las infraestructuras que alejen la región de Barcelona de la amenaza de la sequía en Catalunya.
Levantar la alerta en la región de Barcelona, ¿cuándo?
¿Podría levantarse la alerta en esta región en las próximas semanas? Todavía falta por ver si las lluvias que prevén los modelos del Servei Metrorológic de Catalunya realmente se producen, y si es así cuál es su verdadera dimensión.
Las lluvias de las últimas fechas han tenido la virtud de que se han repartido de manera homogénea en todo el territorio. “Ahora veremos si lo que plantean los modelos, que anuncian para abril una pluviometría incluso por encima de lo que es normal, se produce, y si se produce en todo el ámbito que necesita; y si llegáramos a este indicador del 60% de agua embalsada en el ámbito Ter-Llobregat nos podríamos plantear esta salida”, añadió Paneque.
No se quiere anticipar una salida de la alerta que haya luego que revocar. “Se trata de que sea una salida estable para no vernos obligados a que, al cabo de pocos días, haya que dar marcha atrás hacia escenarios de restricción”. Esto es importante porque cada cambio de escenario tiene importantes repercusiones en los sectores industriales, ganaderos, agrícolas o municipales.
El problema de la sequía no está resuelto totalmente
La consellera de Territori, Sílvia Paneque, dijo que los cambios en los estadios de alerta por la sequía han sido valorados teniendo en cuenta no solo el nivel de los embalses, de los acuíferos o de los pozos sino considerando también que se trata de evitar la repetición de situaciones de entrada y salida. “Buscamos sobre todo mantener que el cambio de situación se puede mantener al menos 5 ó 6 meses”, indicó.
Paneque recalcó que sería un error “propagar la idea de que las lluvias ya han resuelto de manera definitiva el problema de la sequía”, por lo que afirmó que se debe seguir trabajando para lograr la puesta en marcha de las nuevas infraestructuras necesarias para saldar los déficits estructurales. “Necesitamos las soluciones tecnológicas para hacer frente a la disminución de las precipitaciones a casa del cabio climático”, recordó. A más corto plazo se trabaja sobre todo en lograr el aprovechamiento adicional de los 31 hectómetro cúbicos este año mediante diversas obras urgentes.
En este punto se refirió a obras importantes y representativas en marcha: la aportación de agua regenerada desde la depuradora de Figueres hasta la esclusa de Ponts de Molins (con un presupuesto de 6 millones de euros), que ya ha empezado a funcionar con normalidad; los pozos de Peralada, necesarios para mejorar la calidad de las agua en el ámbito del acuífero de Fluvià-Muga; las desalinizadoras modulares en la zonza Roses, y las obras vinculadas a la regeneración de las aguas del Besòs.