Documentos de archivo, fotografías y objetos personales de los socios de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de España que fueron represaliados por motivos políticos durante la guerra civil y la posguerra españolas se recogen en la exposición Ángeles y Demonios, que sirve para saldar una «deuda histórica» con ellos.
El poeta Federico García Lorca, el dramaturgo Pedro Muñoz Seca o el ensayista y presidente de la Segunda República española Manuel Azaña son algunos de los protagonistas de la exposición, que se podrá visitar hasta el 22 de abril en la sede de SGAE en Madrid.
Investigación de tres años
La exposición, fruto de una investigación que comenzó en 2021, busca honrar a autores represaliados, perseguidos y depurados entre 1932 y 1945 que fueron socios de la entidad, fundada a finales del siglo XIX y encargada de gestionar los derechos de autor de obras en España.

El presidente de la SGAE, Antonio Onetti, subrayó que Ángeles y demonios pretende reflexionar sobre «la enorme pérdida» que las represalias de ambos bandos de la guerra civil supusieron para la cultura española.
Además, expresó que lo que más le ha gustado de esta investigación fue «descubrir cómo unos autores defendían a otros autores, independientemente del bando en el que estuviera cada uno».
La muestra tiene como imagen una viñeta de Lorca y Muñoz Seca, ambos fusilados al inicio de la guerra civil española a manos de distintos bandos en la contienda.
Fueron dos de los dramaturgos más prestigiosos de su tiempo, pertenecieron a SGAE y, además, ambos fueron fusilados al inicio de la Guerra Civil, aunque cada uno a manos de un bando distinto. «Como los casos de Lorca y Muñoz Seca, sin embargo, hubo muchos otros», agregó Onetti.
“Mujeres y hombres dedicados al teatro, la música, la zarzuela y el cine que sufrieron en sus carnes la cárcel, el asesinato, el exilio y otras formas de persecución. La mayoría, además, totalmente desconocidos en la actualidad, tras ser borrados de la historia. Merecen que su memoria sea recuperada, contada y honrada”, apunta Onetti.
Cuatro etapas
Dividida en cuatro zonas diferenciadas –Segunda República, Guerra Civil, posguerra y exilio–, la exposición recoge piezas auténticas, como fotografías y partituras reales de Lorca o las blusas y botas del cantante Miguel de Molina que, como activo defensor de la causa republicana, se acabó exiliando a Buenos Aires.

Destacan también el baúl-ropero con el que el dramaturgo Gregorio Martínez Sierra se exilió o borradores de cartas mecanografiadas del compositor Manuel de Falla, figura de gran relevancia en la música española que murió en el exilio en la Argentina.
“Somos conscientes de que faltan muchos nombres porque no se ha encontrado información sobre todos en los archivos, pero, al menos, hemos intentado saber qué ocurrió con aquellas socias y socios de SGAE, de uno u otro bando, represaliados y, de algún modo, saldar una cuenta pendiente que la entidad tenía con ellos”, dijo la curadora María Luz González Peña, quien ha conducido la investigación junto a los expertos en memoria histórica Fernando Jiménez Herrera (doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid) y Juan A. Ríos Carratalá (catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante).
La muestra incluye, además, diversas obras plásticas de artistas como Mariano Benlliure, Emilio Sala, Eduardo Vicente o Antonio Mingote. “No queríamos que todo fuera triste y oscuro. También nos interesaba ofrecer algo de luz, homenajear a todos esos creadores a través de piezas personales y mostrar así el lado más humano de sus propias vidas: la ropa o calzado que llevaban, objetos cotidianos o retratos de época, utensilios y muestras de su trabajo, etc.”, explica Maribel Sausor.
La selección comprende, por ejemplo, dos vestidos que la protagonista de la zarzuela Katiuska, primera incursión de Pablo Sorozábal en el género chico, lució en los estrenos de la obra en el Teatro Victoria de Barcelona (1931) y en el Teatro Rialto de Madrid (1932).

Especialmente relevantes son las piezas exhibidas de autoras y autores que se vieron obligados al exilio. Entre otras, el folleto promocional del barco Neptunia en el que el 2 de octubre de 1939 el compositor gaditano Manuel de Falla zarpó camino de Buenos Aires, junto a su hermana María del Carmen o la carta que ésta dirigió a su hermano Germán, su cuñada María Luisa y su sobrina Maribel para narrarles los detalles del viaje.
También el diario de a bordo de la tercera expedición de republicanos españoles que se trasladaron de Burdeos a Veracruz, entre el 13 y el 27 de julio de 1939, en el buque Mexique, y del que se llegaron a editar una decena de números.
Otra publicación de la que se exhiben distintos ejemplares es La Traca, revista satírica valenciana que, desde su nacimiento en 1884, sufrió suspensiones y censura. En 1938, tras la entrada de las tropas franquistas en Valencia, la publicación fue clausurada y tanto su director, Vicente Miguel Carceller, como el dibujante Carlos Gómez (quien firmaba como Bluff) fueron detenidos, torturados y, finalmente, fusilados en junio de 1940.
Con información de EFE.