
Foto:Ricardo Pristupluk/La Nación,GDA.
Por Gabriel Di Nicola, La Nación/GDA
“No tenía signos vitales desde un tiempo largo”. La afirmación corresponde a Colin Campbell Irigoyen el primer médico que intentó auxiliar a Diego Armando Maradona el día de la muerte del astro mundial del fútbol. Se especializa en cirugía plástica, reparadora y estética. Vivía a unos 50 metros de la casa del barrio privado San Andrés, en Tigre, que le habían alquilado al por entonces DT de Gimnasia y Esgrima La Plata después de su operación de un hematoma subdural en su cabeza.
Hoy fue uno de los testigos claves de la cuarta audiencia del juicio donde se debaten las circunstancias que rodearon la muerte de Maradona, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro, integrado por los jueces Verónica Di Tommaso, Maximiliano Savarino y Julieta Makintach.
El 25 de noviembre de 2020, el día del fallecimiento de Maradona, Campbell Irigoyen se estaba preparando para ir a trabajar cuando recibió una llamada a su teléfono celular. Eran las 12:26. Fue cuando uno de los guardias del barrio privado le explicó que Maradona se había descompuesto.
Ya habían llamado a una ambulancia, pero necesitaban que él fuera. El médico tomó un estetoscopio y un tensiómetro. En su auto fue hasta la casa del lote 45, donde estaba el astro.
En la entrada se encontró con dos personas. A una la identificó como “el psicólogo” [por Carlos Díaz, uno de los acusados de homicidio simple con dolo eventual]”; a la otra como un chofer.
Díaz, según el testigo, le informó que Maradona se había descompensado y que no le encontraban los signos vitales. Cuando ingresó en la habitación vio a la enfermera Gisela Dahiana Madrid [que será juzgada en un próximo juicio por jurados] haciéndole masajes cardíacos, el custodio [Julio Coria], respiración boca a boca y la psiquiatra Agustina Cosachov, otra de las acusadas, estaba sentada a los pies de la cama.
Lo primero que hizo el vecino fue preguntar cuánto hacía que lo habían encontrado así a Maradona. Recibió como respuesta que se había levantado a media mañana para desayunar y que después había vuelto a su habitación.
Entonces, él comenzó a hacerle masajes cardíacos mientras le preguntaba a las personas a su alrededor con qué medios contaban. Él no vio desfibrilador ni botiquín. Tampoco oxígeno.
“¿Observó aparatología médica?”, preguntó Patricio Ferrari, uno de los fiscales generales adjuntos de San Isidro, a cargo de la acusación.

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«Ya no tenía signos vitales desde un tiempo largo»
“No nada, absolutamente nada”, afirmó sin dudar el testigo. También recordó que Diego “estaba en una posición como durmiendo. [una persona] Muy obesa y con una temperatura más baja de lo normal. Ya no tenía signos vitales desde un tiempo largo. Tenía el brazo derecho colgando, sin ningún tipo de tonicidad. Parecía postrada hace mucho tiempo, la inflación de los miembros inferiores era notable”.
Campbell Irigoyen también afirmó que la casa estaba desordenada, sucia, en especial la habitación donde estaba Maradona. “No había nada de la limpieza básica para tener a una persona recién operada”, sostuvo.

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Si bien el médico es amigo del dueño de la casa donde vivió Maradona, contó que se enteró de que el astro se había mudado al barrio San Andrés. Relató que después de que conociera la noticia, recibió un mensaje en el grupo de WhatsApp llamado Compra/Venta San Andrés donde se informaba que “Diego iba a estar acompañado por sus hijas y [otros] familiares, así como de personal médico. Una ambulancia iba a estar estacionada en el lote”.
Ante una pregunta del fiscal Ferrari, Campbell Irigoyen sostuvo que solo vio estacionada la ambulancia en el lote 45 solo entre el primer y segundo día desde la llegada de Maradona.
Ante una consulta de una de las defensas, dijo no poder recordar o reconocer quién había mandado el mensaje sobre la información de la ambulancia.
Cuando estaba por finalizar su declaración, la jueza Makintach le preguntó al testigo a qué se refería cuando afirmó “no tenía signos vitales hace un tiempo largo”. El médico respondió “entre una y dos horas”.