Dorotea “Dolly” Muhr, viuda del emblemático autor de «La vida breve» y «El pozo», falleció el viernes en Buenos Aires. Planeaba viajar a Madrid para celebrar su centenario.
Foto: EFE.
Redacción El País
Este viernes murió Dorotea “Dolly” Muhr, viuda del emblemático escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, a los 100 años. La noticia fue anunciada por la fundación Mario Benedetti, quien publicó un mensaje de despedida en sus redes sociales. «Con profundo pesar despedimos a la querida Dolly Onetti, amiga de esta casa», se escribió.
«Guardaremos para siempre en nuestra memoria y en la de la Fundación Mario Benedetti, el recuerdo de su última visita el pasado diciembre, con motivo del homenaje por los 30 años del fallecimiento de Juan Carlos Onetti. Vayan a familiares y amigos nuestro sentido pésame», se agregó.
Tras el anuncio, su presidenta, Hortensia Campanella, fue entrevistada por La Diaria, y brindó más detalles sobre la muerte de Muhr. «Dolly murió hoy inesperadamente y en paz en su casa de Olivos, Buenos Aires. Hace pocos meses, después de volver del homenaje a Onetti en la Fundación Benedetti, había muerto su hermana. Sin embargo, hace poco me comentó que planeaba volver a Madrid a festejar sus 100 años», dijo.
Muhr, nacida en Argentina y violinista de profesión, había dejado los conciertos para acompañar al escritor, primero en Montevideo y luego en el exilio español, hasta la muerte de Onetti, en 1994. El escritor Mario Vargas Llosa alguna vez describió a Muhr como “compañera, secretaria y ángel de la guarda” del escritor uruguayo.
Dolly y Onetti estuvieron juntos casi cuarenta años. El matrimonio vivía feliz porque, según le dijo Dolly a EFE en 2018, se complementaban “como hacen los buenos matrimonios”, a pesar de que el padre de ella tuvo serias reticencias hacia dicho enlace.
“Yo cuidaba a Juan, aunque él intentó convencer a mis padres de que él me cuidaba a mí para que nos dejaran estar juntos”, contó Dolly Onetti, que asumió todas las tareas y responsabilidades, “desde pasar los artículos y libros a máquina a firmar los contratos de las viviendas”.
«Vivía para escribir. Su obra necesita el esfuerzo del lector, sus temas son duros e intensos, pero yo veo que los lectores crecen, sobre todo los jóvenes. Aunque Juan en el fondo es un humorista, y eso no lo entiende mucha gente», contó en una entrevista anterior con EFE, publicada en 2014.
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