Este 22 de marzo, Cristina Fernández se presentó en la Facultad de Ciencias Sociales como oradora en el Congreso Nacional de Educación “Imaginar y Transformar”. La presidenta del PJ expuso sobre el tema teniendo en cuenta el contexto actual, porque —según sus propias palabras— “no se puede desarrollar una discusión o debate de la educación pública como si fuera una islita democrática, independientemente de lo que pasa en el mundo y en el país”.
A partir de esa premisa y siguiendo una lógica parecida a sus conocidos tweets: “Che Milei”, desarrolló su discurso copiando las formas y acercándose al contenido. Deslizando un “estúpido” o refutando metáforas al grito de “cuando pichaste hermano” expuso un diagnóstico de la situación Nacional como “una crisis institucional en un marco grave de la economía”.
Podemos decir que, como analista de la realidad, Cristina ha tenido afirmaciones acertadas, como cuando señaló el rol de diputados de Unión por la Patria de Tucumán, Catamarca, Misiones y Salta; que habilitaron al presidente Milei a negociar una nueva estafa con el FMI. Sin embargo, también es cierto que Cristina es presidenta del PJ y una de las principales referentes del peronismo. Por eso resulta, por lo menos, llamativo que en el mismo discurso donde denuncia la complicidad de sectores del peronismo con el gobierno, proponga a ese mismo espacio como la única alternativa capaz de superarlo. Cabe preguntarse: ¿esa alternativa será similar al gobierno de Alberto Fernández o a candidaturas como la de Scioli, hoy parte del gobierno de La Libertad Avanza?
Cristina Fernández sostiene que es necesario hacerse cargo de los problemas existentes para evitar que llegue alguien con intenciones de destruir el Estado. De allí se desprende su propuesta de reformarlo, ya que, tal como está, “no sirve”. Según su diagnóstico, trabajadores formales e informales perciben al empleado estatal como un privilegiado, en parte por la estabilidad laboral y las prestaciones médicas que posee. Para dar un dato, hasta octubre del 2024 el gobierno se jactaba de haber despedido a 34.000 trabajadores del estado; hasta ese período se registró una caída del 3,6% en empleados de planta permanente y transitoria; y en contraste, los trabajadores contratados bajo la Ley Marco y los empleados con contratos LOYS (monotributistas) tuvieron reducciones del 17,8% y 51,9%, respectivamente. ¿Será que privilegios y estabilidad laboral son metáforas también para hablar de la abundancia de contratos temporales o contratación por monotributo que hay en el estado?
En su intervención, la presidenta del PJ también señaló que es necesario hacerse cargo del malestar que existe en torno a la educación. Mencionó, por ejemplo, que las familias se sienten descontentas porque “los chicos no tienen clase todos los días, porque los colegios no están bien equipados, ni conservados o no son buenos”. ¿Puede leerse aquí un subtexto anti-huelga? Esa idea se podrá completar después, cuándo la ex presidente plantee que hay que premiar al docente que va todos los días a trabajar «algo más peronista que esto no hay», dijo. ¿La alternativa peronista diferente es la que ya está aplicando Milei, Jorge Macri y también Kicillof quien descuenta los días de huelga a los docentes? Como dijo Cristina “los gestos de los gobiernos también son importantes”.
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Por otro lado, también habló del malestar docente, señalando que muchos educadores se sienten frustrados porque “los padres no les ponen límites ni horarios a los jóvenes, y porque no hay respeto en el aula”. Prefirió omitir que una de las principales fuentes de malestar docente es la situación salarial: no llegan a fin de mes. También preocupa —y mucho— el estado edilicio de las escuelas, con algunos establecimientos que, por su falta de mantenimiento, ponen en riesgo la vida de docentes y estudiantes. Entonces, ¿por qué Cristina decide centrarse en las molestias que enfrentan a familias y docentes, y no en las causas estructurales que afectan a ambos? ¿Será porque de esta forma se evita reconocer el papel que jugó el peronismo en las últimas décadas, en los años más recientes, y en el actual gobierno ajustador de Milei?
Las reflexiones finales de la ex presidenta sugieren que se necesita una organización diferente para afrontar los desafíos actuales, y que para ello es fundamental “confiar en que docentes, alumnos, científicos y empresarios pueden construir una propuesta diferente”. En otras palabras, para imaginar una nueva forma de organización, Cristina apuesta a seguir incorporando al sector empresarial, el mismo que hoy se beneficia con las políticas de ajuste y precarización del actual gobierno.
¿Es entonces esto una alternativa diferente?
En su exposición, CFK, comenzó con una crítica a su espacio para luego falsear una retórica de un pasado peronista mejor en dónde decidió omitir el fracaso de su último gobierno con Alberto Fernández. Para contraponer una alternativa a la motosierra de Milei da varias concesiones a los sentidos comunes impulsado por la derecha como: hablar de “privilegios” en relación a los empleados estatales, buscar poner el ojo en los docentes como responsables de la crisis educativa, ingresar empresas privadas a la educación pública, y hasta propuso un sistema dual de secundarias que cristaliza las desigualdades sociales al dividir las formación entre los que siguen estudios universitarios y otro para quienes deben salir a trabajar.
La disertación de Cristina nos puede servir para pensar si realmente vamos a seguir comprando viejas recetas como nuevas alternativas. Si el gobierno de Milei avanza es gracias a la complicidad de los grupos económicos y de todas las fuerzas políticas del régimen, con el PRO y los radicales a la cabeza, pero con el peronismo al servicio de garantizar la gobernabilidad. La CGT y las centrales sindicales le han dejado pasar el ajuste y el ataque a nuestras conquistas, como fue el regalo de la Ley Bases que habilita los despidos discriminatorios y mayor precarización laboral entre entre otras cuestiones. ¿Van a ser las empresas privadas que hoy despiden discriminatoriamente como Shell, Pilkington, Praxair, PyG las que ayuden a saldar la crisis educativa?
También a partir de las palabras de la ex presidenta, podemos leer la apuesta estratégica del peronismo, esperar a las próximas elecciones para volver a un estado garantista, una suerte de pasado mejor, espejo, podría decirse, del “hay 2019” que llevó a Alberto a la presidencia y ajuste mediante allanó el camino para que Milei esté en el poder.
¿Es esta la única alternativa capaz de superar a Milei? ¿Cuántas conquistas y derechos podemos perder hasta las próximas elecciones?
Hay disposición de lucha y resistencia, cuando a la gente se la convoca, sale. Se vio este 24 de marzo en la masiva movilización a Plaza de Mayo y también en la movilización del 12 de marzo en apoyo a los jubilados, que resistió la dura represión del gobierno y que se volvió a repetir el 19 a pesar de las amenazas de Patricia Bullrich. Esas movilizaciones fueron las que obligaron a que la CGT salga de su testimonio tuitero y convoque a un Paro General para este 10 de abril, paro que vamos a tomar en nuestras manos para que sea realmente efectivo y que sea un día de lucha y resistencia.
No podemos seguir esperando que las soluciones vengan de los mismos políticos y sujetos que nos trajeron hasta acá, la resistencia la tenemos que construir desde abajo en nuestros lugares de estudio y de trabajo, organizando y uniendo las diferentes luchas y golpeando juntos a este gobierno criminal.
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