“Nos conocimos hace 15 años, un montón… otra vida. Vivimos todos los cambios, nos separamos en el medio”, comienza relatando Magui Bravi desde el living de su casa, donde recibe a revista GENTE para una producción especial donde contará de su intenso presente laboral, su historia de amor con su novio, Octavio Cattáneo y los detalles de esta nueva etapa como padres con el nacimiento de Galileo, hace un año.
Aunque suena metafórico, efectivamente la vida de Magui era muy distinta cuando conoció a Octavio. En ese momento era azafata y bailarina, pero nunca había pisado un escenario o un set de grabación, mucho menos un certamen como Bailando por un Sueño u otros, que tanta exposición le generaron años más tarde.

“Nos separamos como dos, casi tres años, cuando él se fue a vivir a España. Es arquitecto y había viajado a hacer un máster en Administración. Aunque nos seguíamos hablando, cada uno hizo su vida en ese tiempo”, confiesa la actriz que, al regreso de Octavio a la Argentina, decidió retomar su relación y desde 2018 que está otra vez junto a él.
-¿Qué te enamoró, Magui?
-Yo creo que… él es arquitecto, pero a la vez es músico. Entonces había como una combinación muy rara. Desde la música conectamos muchísimo, porque yo bailaba pero él me enseñó mucho, descubrí mucha música que no conocía. No fue amor a primera vista. No fue 100 por ciento físico, fue porque lo conocí y me gustó su manera de ser. Obviamente físicamente me gusta (risas).

Con el paso de los años el vínculo no paró de crecer y la llegada de la pandemia, en el año 2020, fue el empujón que necesitaban para animarse a la convivencia. Desde entonces que comparten el hogar y fueron cada vez apostando a más, con propuesta de casamiento y la llegada de su primer hijo, Galileo.
– ¿Desde un principio tenían en claro que querían ser padres?
-Sí, creo Octavio quería ser papá hace rato. Yo pensé que no iba a poder, porque había congelado óvulos y cuando hice ese tratamiento me dijeron que había muy poca reserva ovárica, que iba a estar difícil. Me plantearon que tenía que empezar a buscar y yo en ese momento no estaba para empezar a buscar. Estaba haciendo mis primeras películas.
-¿Estaban en un momento de búsqueda cuando llegó Galileo?
-No, fue una sorpresa. Yo sabía que quería ser mamá, pero nunca era el momento, bueno todo el mundo te dice que nunca es el momento. Y todos los años que me la pasé laburando, haciendo lo que más me gusta, había un pájaro en mi cabeza repitiendo ‘vos tendrías que estar buscando un bebé‘. Cuando me relajé, más adelante, llegó. Él eligió cuándo venir.

Al describir la cotidianeidad y la intimidad de la casa, Magui habla con mucha ternura de su novio en su rol de padre: “Su arte es jugar con él. Y yo medio que soy la que pone los límites. Son dos niños. Se tiran los dos en la cama y Galo se mata de risa con el papá, pero creo también es el hecho de que son dos varones. Es increíble que si yo le quiero poner límites, a veces no hace caso, pero si el papá le dice que no, se pega un susto y hace caso seguro”.
El principal motivo de pelea entre Magui Bravi y su novio
Desde la época en que era una joven azafata, pasando por llegar a ser una de las ganadoras de certámenes de baile, y ahora una actriz de cine, la vida de Magui cambió en varios sentidos. Sobre todo con un factor de exposición que sigue creciendo. Esto sin dudas repercutió en sus vínculos personales, y sin duda en su vida junto a Octavio.

Tanto en las paredes de su casa como en sus redes sociales, prácticamente no hay fotos actuales de la pareja, y el motivo tiene que ver con la personalidad más bajo perfil de su novio arquitecto, quien, a diferencia de Magui evita a toda costa estar frente a las cámaras.
“No le gusta nada. Nada. No lo vas a encontrar en una foto, no le gustan, no lo disfruta, no la pasa bien, pero ni con las fotos familiares. O sea, es como no le gusta. Podés encontrar una foto nuestra, pero porque yo lo obligo, pero real no sería su elección. No le copa la exposición, nunca le copo desde el día uno”, describe la tajante diferencia entre ella y su novio.
-¿Pero en alguna ocasión te acompañó a la tele, cuando estabas en el Bailando?
-Sí, en 2011 creo, o 2012, pero él no quería saber nada. Me costó un montón que vaya. Me acuerdo él estaba encerrado en el camarín y engañado lo llevaron hasta la pista diciéndole ‘acá hay un mejor televisor‘ y cuando llegó había cuarenta cámaras. Y lo tenía a Marcelo (Tinelli) enganchándolo para preguntarle algo. No fue consentido eso. Y hoy lo cuento y te morís de risa, pero en su momento fue un tema… porque era: «Esto es tu elección, no la mía«. Y yo un poco siempre le digo «bueno, pero es mi vida«. Y normalmente esto implica contar todo, o por lo menos la privacidad se comparte. Así que bueno, convivimos con eso, nos respetamos de la manera que se puede.
Los planes de boda, en plena suspensión
Fue en marzo de 2023 cuando se conocía mediáticamente la feliz noticia, con titulares como: “Magui Bravi se casa con su novio, tras 14 años de relación”. La emoción era total, pero que rápidamente quedó en segundo plano, ya que poquito tiempo más tarde se enteró e que estaban por ser padres de Galileo, que nació el 23 de enero de 2024.

“Quedé embarazada y esto con la mayor banalidad, pero… no quería ponerme el vestido embarazada”, recuerda entre risas la bailarina y actriz, para reconocer que actualmente la idea de un casamiento “quedó muy en segundo plano».
«Un hijo también implica mucho dinero, así que una boda por ahora no está en nuestras prioridades, sigue posponiéndose. Igual he visto ahora muchas chicas que tienen niños se casaron ahora, ya con los nenes grandes, podría ser, esperamos que Galito camine mejor y nos lleva los anillos”, bromea.