Con cada fin de semana largo, las escapadas a la naturaleza se vuelven una opción tentadora. Córdoba, una de las provincias más elegidas por quienes buscan desconectar sin viajar demasiado lejos, esconde joyitas serranas poco exploradas. Una de ellas es Casa Grande, un pequeño pueblo del Valle de Punilla que invita a vivir la tranquilidad de la vida serrana.
A diferencia de destinos más conocidos como Miramar o Alta Gracia, Casa Grande ofrece un plan diferente: menos gente, más verde y una atmósfera de paz total. Este rincón cordobés permite disfrutar del aire libre, el canto de los pájaros y el ritmo pausado de los días en la sierra.
Un refugio entre sierras y naturaleza
Ubicado sobre la emblemática Ruta 38, Casa Grande queda a apenas una hora de Córdoba Capital. Llegar resulta fácil, pero lo difícil es querer irse. La localidad está rodeada de sierras, senderos y bosques que regalan vistas soñadas. Cada rincón invita a caminar, tomar mates al sol o simplemente quedarse mirando el paisaje.
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Casa Grande ofrece un plan diferente para quienes la visitan: menos gente, más verde y una atmósfera de paz total.
Sus calles de tierra, el murmullo del viento entre los árboles y la amabilidad de su gente hacen que este pueblo conserve esa esencia serrana que enamora. Las caminatas por la costanera y los baños en arroyos cercanos son parte de los rituales que quienes lo visitan no dejan pasar.
Aire puro, mates y mucho descanso en Córdoba
Casa Grande es ideal para quienes buscan alejarse del ruido sin tener que organizar grandes viajes. El aire puro se respira desde que uno llega, y los espacios abiertos se prestan para actividades tranquilas, lecturas bajo los árboles o charlas en la vereda.
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Quienes ya lo conocen vuelven por la paz que ofrece, por el entorno natural que invita a quedarse un rato más y por esa sensación de que el tiempo corre distinto. Si el plan es hacer una escapada corta, pero con mucho descanso, este pueblito cordobés tiene todo para convertirse en el nuevo destino favorito del Valle de Punilla.
